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Cuatro años de cárcel por un atraco frustrado en una joyería de Güímar

Vista del Tribunal Supremo.-EFE/ Blanca Millez

Efe

Santa Cruz de Tenerife —

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El Tribunal Supremo ha ratificado una condena de cuatro años de cárcel para un hombre por intentar cometer un robo con violencia, usando un instrumento peligroso, en una joyería situada en un centro comercial de Güímar, Tenerife.

Los sucesivos tribunales por los que ha pasado esta causa consideran probado que sobre las 11.10 horas del 13 de junio de 2022 el acusado, con dos antecedentes penales por el mismo delito, entró al local donde se encontraba una mujer que lo había atendido en otras ocasiones, e incluso llevaba un reloj al que le había cambiado la pila.

Tras interesarse por adquirir unas correas, la dependienta le mostró una de acero, para lo que entró en una oficina anexa de pequeñas dimensiones donde estaba la caja fuerte y la mercancía de mayor valor, adonde la siguió el hombre con un cuchillo de 23 centímetros que llevaba escondido.

Exhibió el arma con el fin de asustar a la mujer, por lo que ésta comenzó a gritar y dio lugar a que el atracador le golpeara en la boca con la hoja plana del cuchillo para que se callara, y luego le colocó la punta del arma cerca del estómago.

Cuando la encargada se disponía a coger las llaves de la caja para proceder a la entrega de la mercancía aprovechó una leve distracción del acusado para presionar la alarma antiatracos.

A continuación recibió la llamada de la hija del dueño, quien podía visionar a tiempo real lo que ocurría a través del sistema de videovigilancia instalado en unas dependencias en Taco, La Laguna.

A partir de aquí se lanzó un aviso inmediato a las autoridades y trabajadores de otra tienda situada en el mismo centro comercial donde se encontraba el dueño de la relojería.

Todo ello aumentó el nerviosismo en el procesado, que se puso más violento y siguió presionando a la víctima con la punta del cuchillo.

Cuando llegó el propietario preguntó si todo estaba bien a lo que el acusado respondió: “sí, todo bien, caballero”, a la vez que intentaba meter al hombre también en la oficina y le colocaba el arma en el cuello.

La reacción instintiva de éste fue agarrarle el brazo izquierdo en el que llevaba el cuchillo, forcejeando entre ambos mientras la dependienta se escondía al temer por su vida.

A continuación llegó el vigilante del centro comercial que trató de arrebatarle el arma al condenado y, de hecho, el forcejeo continuó por el pasillo del local donde se personaron otros dos hombres más.

Uno de estos consiguió tirarlo al suelo y luego el vigilante lo pudo engrilletar y retener hasta que llegó la Policía.

El altercado produjo daños en la joyería por valor de 115 euros, lesiones en el brazo izquierdo y dedo de mano derecha del propietario que tardaron 15 días en curarse, pero el acusado no consiguió robar ningún objeto.

La Audiencia de Santa Cruz de Tenerife ratificó el fallo inicial con el agravante de reincidencia incluido.

La defensa recurrió ante el Tribunal Supremo y adujo que la condena era desproporcionada, dado que finalmente no se consumó el robo ni hubo intención de utilizar la violencia, lo que descarta el alto tribunal dada la actuación del condenado.

Tampoco aceptó el atenuante de haber confesado con posterioridad, al entender la Sala que entonces resultaba imposible esconder el delito.

No obstante, accede a rebajar la pena por el cargo de lesiones leves al concluir que se debe establecer la mínima, que en este caso es un mes de multa, a razón de dos euros diarios, en vez de los dos inicialmente impuestos. Por los daños causados en la joyería deberá abonar 115 euros.

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