La relevancia de Zoo analizada en un libro: “La escena de la música en valenciano tiene talento y oferta, lo que me preocupa es el público”

Administrar los puntos y seguidos es una cuestión de oficio, a medida que se practica se hace mejor. En cambio, saber poner el punto final idóneo es un talento efímero y poco valorado que puede marcar el olvido o la trascendencia de artistas de todo tipo. La noche del 13 de julio de 2024 a Gandia se escribía uno de los segundos.

Hablamos del último concierto del grupo valenciano Zoo. Tocaba ante un público inmenso, heterogéneo y diverso, entre los cuales había muchos asistentes que ya habían vivido otros últimos conciertos de grupos como Orxata Souns System, Obrint Pas, La Gossa Sorda o Aspencat. Lo cierto es que todos los grupos más relevantes de la música en valenciano se lo habían dejado. Y aquella noche se despedía la síntesis musical de todos ellos. La escena valenciana perdía su máximo exponente y aceptaba, como palmera que aguanta el huracán, el punto final de una etapa importantísima, el alcance de la cual todavía está para ver.

Alentado por investigar el significado cultural de la trayectoria del grupo, tomarle las medidas a su significativo ‘adiós’, el crítico musical especialista en músicas del Mediterráneo, Josep Vicent Frechina, publica ‘Sempre a la contra i avant: La història de ZOO a través de les seues cançons’’ con Sembra Llibres. Un ensayo que verá la luz el próximo 21 de febrero, y se presentará inmediatamente después, el jueves 26 de febrero en la librería del barrio de Benimaclet, La Repartidora. “La tesis fundamental del libro”, nos confiesa Frechina, “sostiene que el movimiento cultural más importante que ha habido en el País Valencià en el siglo XXI ha sido la música en valenciano, y Zoo ha sido precisamente la cumbre de este movimiento”. Hablamos con él sobre las claves que han convertido a Zoo en un fenómeno cultural, a través de cuatro canciones clave de su repertorio.

‘Vull’, o la inteligencia de las letras

“La canción más emblemática de los inicios de Zoo siento que es: ‘Vull’”, opina Frechina. “Porque es la que tiene los ingredientes que más tarde definirán su estilo. La mezcla de diversión con política, que inaugura la escena musical, muchos antes Obrint Pas, la hereda Zoo en este tema”. Para el crítico musical, poder gozar y pasarlo bien al tiempo que insuflar en las letras razones para generar espíritu crítico que politice a la audiencia, es una característica de la música valenciana del siglo XXI.

En este tema, además, el grupo que lideraba Toni Sànchez 'Panxo', ejemplifica muy bien uno de los grandes atributos de Zoo: la complejidad de la letra. “Las letras de Zoo tiuenen tres cosas que a mí me resultan fascinantes. La primera es la capacidad para conceptualizar, para encabir conceptos grandes en letras aparentemente sencillas. La segunda, que dentro de esas letras siempre haya frases memorables, aforismos. Y la tercera: la complejidad discursiva. La capacidad para hacer mensajes claros pero no simples, sin ir nunca a por la consigna, siempre exhibiendo la contradicción y la autocrítica, lo poliédrica que es la realidad”. Versos como “El concepte és molt fàcil / Si ha de plorar algú que ploren ells”, “Vull sentir-me d'on soc, d'una terra / que m'importa prou més que un país” o “Que no tot en la vida és faena / que morir és no viure lliutant”, dan cuenta de ello: ya forman parte inalienable del imaginario léxico valenciano. “Son como rayos poéticos que iluminan dentro del concepto general de cada canción. Zoo son únicos haciendo eso” dice Frechina.

‘Carrer de l’amargura’, o la capacidad para narrarnos

“Mi canción favorita de Zoo, la que más me ha emocionado y la que me hizo enamorarme del grupo”, confiesa el autor de ‘Sempre a la contra i avant’. “Hicieron muy pocas canciones así, con un eje narrativo. ‘Carrer de l’amargura’ es una de las cúspides de la música en catalán de todos los tiempos. Y demuestra que tanto a ‘Panxo’ como Arnau el rap les sirve para hacer letras con una densidad bestial. En cada frase dicen muchas cosas a través de l’acumullatio de imágenes”.  

A su vez, hablamos de una canción que se estructura a través de la vida de tres miembros de una familia de un pueblo del interior valenciano: un estudiante que vive en València y vuelve al pueblo los fines de semana, la hermana precarizada y embarazada, y el abuelo de ambos, que ve como su final se acerca. Una historia intergeneracional de menos de 4 minutos, que explica tanto la capacidad del grupo para interpelar oyentes de diferentes edades, como para localizar su mensaje. “Hay un intento de reivindicarse localmente. Desde ‘Estiu’ hasta temas como ‘Diània’, pasando por ‘Carrer de l’amargura’, hay una intención muy clara de reivindicarse en lo local con mensajes que pueden ser universales”.

‘Correfoc’, o l’adèu

“Tiene uno de los pareados más afortunados de su historia”, dice Frechina. Y recita: “Si la cançó mata la pena / som emissaris de la mort”. En el concierto de despedida, el grupo desapareció del escenario repentinamente, y mientras generaban ruido y expectación entre el público, todos los integrantes de la formación se vistieron la misma camiseta. Una que rezaba “Hem sigut feliços” con el logo del monito característico de Zoo. Es significativo que lo hicieran, justamente, antes de tocar ‘Correfoc’.

Esta canción se escucha diferente después del adiós de Zoo. Otros grupos tienen que ser ahora quienes continúen manteniendo viva la chispa de la canción valenciana. “El adiós de Zoo también significa el fin de un ciclo para la música en valenciano. Se había llegado al cenit y la etapa posterior a su música es incierta”, explica Frechina. “Evidentemente, se está renovando la oferta musical y los géneros, la escena de la música en valenciano tiene talento y oferta, lo que me preocupa es el público, porque ese público festivalero que quiere que haya contenido político en las letras y que el directo sea divertido, ahora mismo está huérfano sin Zoo”. Además, un grupo que no ha querido nunca abrazar ninguna consigna barata: “Tan solo Zoo puede cantar una frase tan significativa como ‘matem el facha que portem endins’”, dice el escritor.

‘Avant’ o la universalidad de la protesta valenciana 

Josep Vicent Frechina empieza su libro con una imagen que podría parecer anecdótica, pero es muy ilustrativa. En mayo de 2024 un joven enarbolaba una bandera palestina dentro del Rectorado de la Universidad de La Habana, en Cuba, durante unas protestas “contra la indolencia, cínica y cómplice, con que la mayoría de los gobiernos del planeta están respondiendo al genocidio palestino que perpetra impunemente el estado de Israel”. Unas protestas, muy lejos de la Safor, donde no obstante, se escuchaba de fondo las estrofas y la voz de Panxo. “Se trata de ’Avant’, una canción en valenciano que suena aquí como inesperada banda sonora de las protestas globales”.

“Zoo ha dejado un legado de canciones muy importante que se han quedado en la memoria colectiva. A las manifestaciones de la DANA se ven pancartas con frases suyas”, cuenta en elDiario.es Frechina. “La nostalgia es inevitable. El problema es cuando acabas atrapado por el bucle nostálgico consistente al lamerte las heridas y victimizarte. Aquí está el peligro”, argumenta Frechina sobre el legado de Zoo. “En el futuro próximo nos hará falta alguien que nos ayude a construir marcos mentales más nuestros. Ese imaginario colectivo que ayudó a hacer Zoo. Necesitamos propuestas con esa popularidad, porque esto nos garantiza la renovación del imaginario. No hay mejor defensa de la lengua que propuestas que llegan a tanto de público”.