Joan Romero: “El Estado autonómico ha perdido una excelente oportunidad tras la DANA de demostrar que había alcanzado la mayoría de edad”
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La Generalitat Valenciana tiene un plan de recuperación tras la DANA del pasado 29 de octubre, e incluso tiene un flamante vicepresidente encargado exclusivamente de esa tarea, el teniente general retirado Francisco José Gan Pampols; el Gobierno de España también tiene un plan para la recuperación tras la DANA. Ese es precisamente el problema que denuncia el catedrático emérito de Geografía Humana de la Universitat de València, Joan Romero, que tiene la gestión posterior a la tragedia que hace menos de tres meses provocó la muerte en València de 224 personas (a los que hay que sumar tres desaparecidos) y causó cuantiosos daños valorados en miles de millones de euros; dos instituciones, dos planes para la recuperación diferentes, que dejan patente la falta de coordinación entre administraciones (estatal, autonómica y local), “y en ambos casos se obvia la escala metropolitana, que debería ser clave”.
A juicio del profesor Romero, que ha participado este lunes en la comisión no permanente para la recuperación de las zonas afectadas por las inundaciones que se celebra en el Ayuntamiento de València, el Estado autonómico “ha perdido una excelente oportunidad para demostrar que ya había alcanzado la mayoría de edad. Yo creía que con la crisis sanitaria de la COVID, que funcionó bastante bien, había llegado a la adolescencia, pero la gestión tras la DANA ha supuesto un retroceso”. En su opinión, el actual modelo de Estado funciona bien en situación de normalidad, pero tiene serios problemas en condiciones de extraordinariedad.
El catedrático de la Universitat de València ha situado gobernanza en España, la forma de hacer política y la descoordinación que se deriva de ello como los principales problemas de la administración de la crisis tras las riadas del 29 de octubre: “La gestión de la DANA ha evidenciado de forma dramática la gran descoordinación entre los distintos niveles de gobierno” y la escasa presencia del nivel municipal.
“La política no es el problema, ni tampoco lo es el modelo de estado”, ha asegurado Romero, quien ha señalado que “el problema es la forma de entender la política y la forma de operar en un modelo de estado de multinivel como el nuestro”. “El desencuentro permanente que se ve cada día condiciona la agenda de los gobiernos y hace difícil la visión estratégica y la coordinación”, ha lamentado, al tiempo que centraba su “única esperanza” en la escala local, donde pueden aparecer iniciativas que puedan tener un gran efecto demostración positivo y favorable: “Las ciudades, y el concepto metropolitano, aparecen como el espacio clave de gobernanza y de empoderamiento de la ciudadanía”.
Acción conjunta en el área metropolitana de València
Joan Romero ha instado a la Administración a impulsar una agenda distinta, en la que las acciones de recuperación de los 44 municipios del área metropolitana de València afectados puedan abordarse de forma conjunta, y que impulsen planes de adaptación al cambio climático, adapten la planificación y gestión del agua (entendida como recurso y como riesgo), actualicen la gestión de las zonas costeras y previsión de riesgos, elaboren protocolos de gestión actualizados ante fenómenos extremos “que, con toda seguridad, se repetirán de nuevo”, ha advertido, y, sobre todo, introduzcan la visión metropolitana en la gestión territorial, entre otros aspectos.
De hecho, ha alertado de que, de haber dispuesto de una agenda distinta, esta “habría debido aconsejar la revisión de alguna iniciativa legislativa que se ha aprobado después de ocurrir la DANA, como el decreto ley de simplificación administrativa, o el de medidas urbanísticas urgentes”. También ha señalado a la Administración General del Estado, “que debería mejorar la acción y coordinación con las escalas regional y local”, tal como ha subrayado.
Efectos en la salud mental a tres y cuatro años
También ha participado en la comisión el psiquiatra Rafael Tabares, catedrático de la Universitat de València, quien se ha referido a los efectos de las riadas en la salud mental de la ciudadanía afectada: “Hay evidencias de los efectos del cambio climático en la salud física y mental tanto a nivel individual y colectivo, como a nivel local y global”. Y ha añadido que el efecto de la DANA en la salud mental “no solo se prolongará durante los próximos meses, sino que la evidencia dice que durará de 3 a 4 años y afectará no solo a los trastornos mentales, sino también a las expectativas, por lo que porque hay que reforzar la prevención”.
Según ha explicado el catedrático, la “hipersensibilización de la sociedad” por el efecto de traumas en cascada cuando hay una exposición acumulativa, “en lugar de hacernos más fuertes nos sensibilizan, ya que no es solo la DANA, sino que estamos hablando de unas sociedades que han sufrido, en los últimos 20 años, traumas como la crisis económica, la pandemia y ahora las inundaciones”. Sobre este fenómeno, Tabares ha querido destacar la importancia de las políticas gubernamentales y de la actuación de las administraciones públicas “porque hay evidencias que demuestran que en los desastres naturales, cuando el Gobierno no ha sido eficaz, incrementa el efecto más traumático y unas buenas políticas aumentan la resiliencia de los ciudadanos y ciudadanas sobre todo de los colectivos más vulnerables”.
Tabares también se ha referido a la sobre información a la que está expuesta la población a través de los medios de comunicación y las redes sociales, “que transmiten los traumas colectivos en tiempo récord y simultáneamente, y que ahora sabemos que inciden en sintomatologías ansiosa y depresiva a largo plazo”.
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