Miles de terrazas de Madrid, en un limbo legal por la anulación de la Ordenanza y la tardanza de Almeida en aprobar otra

“El equipo de Gobierno estaba preparado para que los vecinos sigan disfrutando del descanso y para que los hosteleros puedan proporcionar el servicio que tanto agradecemos también los vecinos de Madrid”.
Incertidumbre en el sector hostelero ante la anulación de la Ordenanza de Terrazas de Madrid después de la setencia del Tribunal Supremo, que ha tumbado el recurso de casación que el Ayuntamiento interpuso hace un año contra esta anulación, decretada entonces por el TSJM. Con esta resolución, la capital vuelve a la normativa que se aprobó en 2013, en plena alcaldía de Ana Botella, con importantes cambios con respecto a la normativa actual y bastantes restricciones para muchos negocios.
El alcalde asegura que su equipo va a renovar las autorizaciones existentes. “Desde ese punto de vista no hay problema para los hosteleros”, aseguraba este miércoles. “Aquellos establecimientos de hostelería que quieran pedir ahora terraza será con respecto a la Ordenanza de 2013”, añadía. “Vamos a aprobar una nueva ordenanza de terrazas antes de que acabe el año”, concluía al dar explicaciones sobre sus próximos pasos.
La sentencia del Supremo le ha pillado al Ayuntamiento con el pie cambiado, después de un año en el que pudo haber avanzado en la aprobación de una nueva norma que sustituyera a la anterior y que no llegará hasta previsiblemente los meses de noviembre y diciembre. Hasta entonces, la oposición cree que el consistorio deberá revisar uno a uno todos los permisos y rechazar los que no encajen en la antigua norma, señalan desde el PSOE.
La normativa anulada era -en líneas generales- más permisiva que la anterior y permitía colocar más mesas y sillas a los locales, al reducir las distancias mínimas hacia diferentes elementos del mobiliario urbano, lo que ha permitido hasta ahora a muchos bares que no tenían terraza pedirla en lugares donde antes estaban prohibidas. Además, se añadió en la normativa un tipo de mesas altas, que el Ayuntamiento denomina de baja ocupación, con capacidad para dos clientes. Aunque el ancho mínimo de paso ha de ser de 2,50 metros como norma general, en aceras estrechas se permiten este tipo de terraza siempre que se deje como mínimo 1,80 metros para el tránsito de peatones.
En principio, los bares tendrían que retirar todos estos elementos. Como también deberían hacer los mercados municipales con los veladores que hayan sacado desde hace dos años al exterior, ya que estos nacieron con la normativa de 2022. Otra de las opciones que prevé la normativa anulada ahora por el TSJM es la peatonalización de calles de forma excepcional “teniendo en cuenta la compatibilidad con otras actividades que se desarrollen con ocasión de la peatonalización”.
Los horarios recortados y las multas
El aumento de sillas y mesas que originó la normativa aprobada por Almeida intentó ser compensado con algunas restricciones adicionales a las que había impuesto la versión de 2013. La anulación judicial también da al traste con ellas. La más destacada es la de los horarios: el Ayuntamiento rebajó en una hora el momento del cierre para las terrazas situadas fuera de las ZPAE. Hasta el año 2022 podían llegar las 2.30 horas de la madrugada durante los fines de semana, límite que se redujo a partir de entonces en una hora.
El régimen sancionador también era más duro con la norma anulada y fue pensado especialmente para eliminar las terrazas de los hosteleros que incumplen sistemáticamente la normativa, los que suelen causar molestias más graves a los vecinos. Con los cambios de 2022 se habilitó la posibilidad de retirar la licencia de terraza por un año en el caso de que se acumulen dos infracciones muy graves o tres graves. Las multas económicas van desde los 750 hasta los 3.000 euros. Se desconoce qué sucederá con todas las sanciones que se impusieron bajo la norma ahora declarada ilegal, un aspecto que Almeida ha encomendado a “los servicios jurídicos”.
Otra de las restricciones adicionales, con especial incidencia en el centro de Madrid, es la posibilidad del Ayuntamiento de retirar mesas y sillas donde exista una concentración excesiva de terrazas. El Ayuntamiento de Madrid aprobó con la ordenanza un mapa con 256 puntos potencialmente conflictivos sobre los que se actuar para reducir su impacto, basándose en distintos indicadores. Los hosteleros de estas zonas saturadas han ido viendo cómo desaparecían sillas y mesas para evitar la concentración excesiva, e incluso su horario de cierre se podría adelantar a las 23.00 horas.
Para acabar con la saturación de una zona, el Ayuntamiento podrá reducir el número de permisos o superficie autorizada, para que no se supere el 30% de ocupación en la acera. También reducir su horario de funcionamiento hasta las 23.00 o incluso antes, limitar los elementos autorizados o incluso no conceder ningún permiso más en determinadas calles. Todo eso queda en el aire hasta una nueva aprobación.
Por último, otra de las principales novedades de la norma anulada fue la figura del responsable de terraza, una o dos personas designadas por el titular de la autorización, encargadas de “reducir los eventuales conflictos que pudiesen plantearse con los vecinos u otros establecimientos”.
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