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Koldo niega las acusaciones de Aldama y asegura que ni él ni Ábalos cobraron mordidas

Koldo García, exasesor de José Luis Ábalos, a su llegada al Tribunal Supremo.

Elena Herrera

17 de diciembre de 2024 13:05 h

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Koldo García, el que fuera asesor de José Luis Ábalos en el Ministerio de Transportes, ha declarado por primera vez delante de un juez diez meses después del estallido del caso de corrupción que lleva su nombre. En el interrogatorio, que se ha alargado durante casi tres horas, ha rebatido las principales acusaciones del empresario Víctor de Aldama, que en su comparecencia de este lunes reiteró haber pagado miles de euros en mordidas tanto a Ábalos como a él y que lo señaló como el principal nexo con el Gobierno, informan fuentes conocedoras del contenido de su declaración.

Los indicios que revelan las investigaciones realizadas hasta ahora en la Audiencia Nacional apuntan a Koldo García como el “enlace” entre la Administración y las empresas. Esto es, entre Ábalos y Aldama. El juez le atribuye indiciariamente delitos de tráfico de influencias, cohecho, blanqueo de capitales y pertenencia a organización criminal. Sin embargo, ante el juez, el antiguo asesor lo ha negado prácticamente todo. Ha protegido a su antiguo jefe, ha negado haber desviado mordidas hacia el PSOE y ha tratado de mostrarse como un mero asesor sin capacidad de decisión.

También ha desmentido las acusaciones lanzadas por el supuesto conseguidor contra otros cargos del partido y el Gobierno. Así, ha afirmado que no es cierto que él entregara 15.000 euros en efectivo a Santos Cerdán, actual ‘número tres’ del PSOE; y también ha negado haber dado sobres con dinero a Carlos Moreno, jefe de gabinete de la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, a cambio de supuestos favores, tal y como sostiene Aldama. Sobre este último sí ha admitido que pudo coincidir una vez con él en un bar y haberse encontrado con el empresario de casualidad. Cerdán y Moreno también han desmentido estas acusaciones.

Los atestados de la UCO

El inicio de esta causa se centró en la investigación del negocio de las mascarillas, lo que permitió poner al descubierto la relación privilegiada de Aldama en el entonces Ministerio de Fomento. Los informes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil acreditan que este empresario pagó de manera recurrente y periódica a Koldo García, al menos desde octubre de 2019, 10.000 euros al mes. Una cantidad que le servía para hacerse con la “influencia” de Ábalos y que ambos actuaran después en beneficio de los negocios del empresario. La UCO también cifró en 1,5 millones de euros el patrimonio acumulado por Koldo García y su entorno más cercano.

Durante el interrogatorio, en el que ha respondido a todas las partes, Koldo García ha desmentido que él se hubiera beneficiado de comisiones o prebendas. Y que, en consecuencia, tampoco las pudo repartir con quien fuera su jefe. Sin embargo, el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno sostiene que esos pagos sí han existido y que se habrían visto acompañados de otros de carácter extraordinario cuyo beneficiario sería Ábalos.

Las prebendas más evidentes, según la investigación, serían el disfrute de un chalet en Cádiz y el pago a través de personas vinculadas a Aldama del alquiler de un apartamento de lujo que disfrutaba Jessica, una mujer con la que el ministro mantenía una relación.

Preguntado por este inmueble, el antiguo asesor ha dado una explicación ciertamente inverosímil. Ha asegurado que contactó con Luis Alberto Escolano, uno de los socios de Aldama, para buscar un alojamiento para Jessica porque él estaba viviendo en un piso de 35 metros cuadrados y sólo podía ofrecerle un sofá. Y que este le ofreció alquilar un inmueble para que ella residiera y que, a su vez, se pudieran celebrar allí reuniones empresariales.

Según el relato de Koldo García, el empresario cedió el piso de forma gratuita, aunque conforme fueron pasando los meses tanto él como Jessica colaboraron abonando algunas mensualidades. En este punto, el magistrado Leopoldo Puente no ha podido ocultar su extrañeza por el hecho de que hubieran puesto a disposición de la entonces pareja del ministro un piso de lujo —cuya renta ascendía a 2.700 euros al mes— en lugar de una alternativa más asequible.

Niega los amaños y los pagos al PSOE

Los supuestos amaños de obra pública también han centrado parte del interrogatorio después de que el empresario vinculara al exministro y su asesor con el cobro de mordidas a cambio de adjudicaciones. Según el empresario, las constructoras pagaban entre un 1% y un 1,5% de comisión por cada contrato adjudicado. Era un porcentaje que, según su versión, dependía de la magnitud de la obra y que fue orquestado a instancias de Koldo García, quien le habría reclamado ayuda para cobrar esas comisiones.

Ante el juez, Koldo García también ha negado estas acusaciones. E incluso ha tratado de rebatir el manuscrito que el empresario aportó como prueba y que, según su testimonio, le habría mandado Koldo García con el detalle de supuestas adjudicaciones ya pactadas. Preguntado por este asunto, el exasesor ha dicho que no reconoce como suya la letra de ese manuscrito.

Además, en su declaración de este lunes, el empresario trató de extender al PSOE las sospechas sobre el cobro de comisiones al asegurar que ambos le decían “continuamente” que “una parte” de esas mordidas iban para el partido, si bien él no hizo entregas directas a la formación ni tiene pruebas de que eso efectivamente ocurriera. Koldo García también ha rebatido esta acusación.

Entre las últimas incriminaciones del empresario figura también la supuesta financiación por su parte de hasta tres inmuebles en distintos emplazamientos de la capital que habría puesto a disposición de Ábalos, Koldo García y otros miembros del Ejecutivo. Entre ellos, el alquiler de un piso turístico en la calle Atocha de Madrid del que, según su versión, también habría hecho uso el actual ministro de Política Territorial y Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, en compañía de mujeres.

En el escrito que aportó al Supremo, el supuesto conseguidor afirmó que fue “recurrente el alquiler de un piso en la calle Atocha”, si bien en su declaración de este lunes en el alto tribunal reconoció que en ese piso habría habido solo un encuentro. Preguntado por este asunto, el exasesor ha negado haber estado en esos inmuebles y ha situado en bares sus encuentros con Aldama.

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