Medio millar de personas rodean la presa más alta de España, en Zamora, para pedir aparcar y miradores

Cerca de medio millar de personas, según fuentes de la Guardia Civil, han formado este sábado una cadena humana con la que han rodeado la que es la presa más alta de España, la del embalse de Almendra, con 202 metros de caída, para exigir la reapertura de los aparcamientos y los miradores de esa infraestructura hidráulica, que recibía numerosos visitantes.
Los asistentes, en su mayoría vecinos de los pueblos de la zona, han avanzado desde ambas orillas, situadas en los municipios de Almendra (Salamanca) y Villar del Buey (Zamora), para recorrer los más de tres kilómetros de la carretera de coronación de la presa y juntarse en medio de ella.
Allí han planteado sus reivindicaciones y han advertido de la incidencia negativa que ha tenido para el turismo las medidas implementadas el pasado mes de noviembre, cuando se instalaron bolardos en los aparcamientos y una valla impidió el acceso al mirador de la presa del que es el tercer mayor embalse de España en tamaño, con sus 2.648 hectómetros cúbicos de capacidad y 8.650 hectáreas de superficie ocupada.
Con el lema “territorio vivo, seguimos aquí”, los manifestantes han permanecido cerca de tres horas en la zona, para concluir la jornada con una comida de confraternización. En la concentración se ha dado lectura a un comunicado en el que han instado tanto a la Administración central como a la autonómica a corregir “la situación anómala que se ha producido” con la instalación del vallado y la colocación de “cientos de bolardos” para impedir aparcar.
Entre los asistentes, la concejala de Cultura del Ayuntamiento de Fermoselle (Zamora), Escolástica Fidalgo, ha declarado que el territorio del entorno está “despoblado y vaciado” y las medidas adoptadas incidirán negativamente en el turismo. “Antes veníamos y podíamos ver los paisajes estupendos que tenemos, tanto a un lado como a otro, a uno los arribes del Tormes y al otro el mar inmenso que tenemos”, ha dicho en referencia al embalse, conocido popularmente como el mar de Castilla y León por su extensión.

Por su parte, el presidente de la Agrupación Europea de Cooperación Transfronteriza Duero-Douro y coordinador de la cadena humana, José Luis Pascual, ha aludido al problema de seguridad que se ha generado con el vallado, que deja en medio metro el ancho de la acera de la presa. Y ha admitido asimismo que en la zona son pocos vecinos y tienen pocas oportunidades, “pero no queremos que se nos quite ninguna”, ha advertido.
El vallado de los miradores y la prohibición de aparcar, según han recordado desde Iberdrola, que tiene la explotación del embalse, responde a una normativa europea de seguridad en grandes presas y es similar a las medidas adoptadas en embalses de otras provincias españolas como Madrid, Jaén o Badajoz y de otros países como Portugal o Francia.
Esta semana la empresa hidroeléctrica y la Junta de Castilla y León han anunciado la próxima habilitación de un nuevo mirador en el entorno de la presa, intentando frenar las protestas de toda la zona.