Decir adiós al instituto sin saber casi nada de la dictadura: “Reproducen falsos mitos como que 'con Franco se vivía mejor'”
No es poco común que sabiéndose muy bien las Cortes de Cádiz, el reinado de Fernando VII, la Primera República, la Restauración y la Guerra de Cuba pero no sabiendo nada del golpe de Estado de 1936, el franquismo o la Transición, haya estudiantes que saquen un 10 en la prueba de Selectividad que les da acceso a la universidad. Tampoco son inusuales los jóvenes que acaban sus estudios obligatorios –y se quedan ahí o continúan en formación profesional– sin prácticamente haber visto qué fue la dictadura, cómo fue su cruel y masiva represión, en qué consistió el exilio o cómo impactó la terrible hambruna que asoló el país en los años cuarenta.
Que España tiene un problema con el estudio de estas etapas históricas lo corroboran varias investigaciones recientes que aluden a las lagunas que arrastra el sistema educativo. Y es algo que ha vuelto a ponerse sobre la mesa esta semana con el inicio de los actos que el Gobierno ha preparado por los “50 años de libertad” tras la muerte de Franco. A la iniciativa se oponen las derechas, que han desplegado su habitual argumentario señalando que es algo del pasado o que la izquierda busca imponer una visión “única” y “sesgada”, pero hablar del dictador sigue siendo una asignatura pendiente en las aulas, donde, como está ocurriendo con otros temas, conviven varias posturas en un escenario marcado por la polarización.
“De entrada, lo que hay es un desconocimiento generalizado”, esgrime Néstor Banderas, que ha sido hasta este curso profesor de Historia en un instituto de Valencia. El docente apunta a la “pérdida progresiva de referentes” que les puedan hablar del pasado, siempre y cuando no impere en la familia el asentado mandato de silencio. Unido eso, existe “un problema estructural” que tiene que ver con el currículum educativo, sus contenidos y su organización, coinciden los expertos y profesores consultados para este reportaje.l
Todos saben nombrar algún campo de concentración nazi, pero si les preguntamos por los de aquí o por las cárceles, saben poco
El resultado son aulas en las que, aunque prima la heterogeneidad, son muchos los jóvenes que saben que estas etapas existieron, pero desconocen o confunden muchas de sus características y lógicas internas, según concluyó un estudio con personas de entre 16 y 30 años elaborado por el instituto de investigación CIMOP para la Asociación de Descendientes del Exilio Español. Una situación exacerbada por los libros de texto más utilizados, que tienden a reproducir una imagen “reduccionista” de la dictadura. “Todos saben nombrar algún campo de concentración nazi, pero si les preguntamos por los de aquí o por las cárceles, saben poco. En general, se tiende a menospreciar la importancia que tuvo la represión franquista”, esgrime Banderas.
Falta de información y auge ultra
Aída Fernández Olanda, que ha dado clase en institutos de Madrid y Andalucía, donde está ahora, coincide: “Hay poca información, depende mucho de la intención que tengamos los profesores a título individual en transmitir estos conocimientos. Pero en general les resulta algo muy ajeno y muy lejano, extremadamente distante, algo del pasado, que ellos no vivieron...”, reflexiona la profesora. De ese desconocimiento parten mitos y creencias falsas que se reproducen en las aulas y que entronca con los que la sociedad también manifiesta en muchos casos.
“Hay de todo, depende mucho de la cultura política y familiar, de la formación que tenga el alumnado o el consumo de redes sociales y productos culturales que haga... No sé si es mayoritario, pero sí hay posturas y típicos comentarios de banalización, mitos como 'con Franco se vivía mejor', que 'hacía pantanos' o que 'se podía tener la puerta de casa abierta porque había más seguridad'. Es algo que viene de la falta de información en muchos casos y en otros también del auge del discurso de la extrema derecha, que es muy simplificador del pasado y muy poco científico”, explica Banderas, que hace referencia a cómo el discurso ultra ha permeado también en parte de los estudiantes, una tendencia identificada ya en los centros educativos.
Al conocimiento “pobre” y la desinformación hace también referencia Víctor Manuel Vegas Conejo, profesor de Geografía e Historia en el IES Isla de León de San Fernando (Cádiz), que reproduce los mismos mitos que su compañero valenciano y los resume en “información sesgada y poco profunda”. “Yo lo que hago es incentivar a la clase para que salgan todas esas ideas, para luego ponerlas encima de la mesa y debatirlas entre todos. De todas formas, ¿qué les estamos pidiendo a los jóvenes cuando la propia sociedad sigue sin estar formada en esto?”, plantea el docente, que menciona además la dificultad añadida que en estos momentos entraña “tratar según qué temas” ante las acusaciones de “adoctrinamiento” que han agitado los sectores ultra en los últimos años. Él, por ejemplo, lo ha vivido por parte de algunas familias y compañeros del centro, donde le han puesto el mote de 'el fosas', cuenta.
Hay equidistancia, estereotipos, actitudes de banalización y de rechazo a las políticas de memoria, pero también detectamos grupos con visiones más complejas, interesados en aprender del franquismo
El historiador Carlos Fuertes, experto en historia social y educación bajo el franquismo, avanza en la misma línea y apuesta por poner el foco en “la diversidad de posturas” que se dan en una misma aula. “Hay equidistancia, estereotipos, actitudes de banalización y de rechazo a las políticas de memoria, no se trata de negar esto, pero también podemos detectar grupos con visiones más complejas, interesados en aprender del franquismo”, opina el experto, que también hace referencia a cómo, tras la irrupción de Vox “hay mayor osadía en la expresión de opiniones antidemocráticas” y reconoce al mismo tiempo que la organización del sistema “no favorece” el tratamiento en profundidad de la dictadura.
Tarde y poco
Porque la primera vez que a un alumno le hablan en clase del franquismo no es hasta 4º de la ESO, cuando tiene unos 15 años. Pero la vasta extensión del programa no favorece un tratamiento en profundidad, ya que en una misma asignatura se aborda la historia universal, europea y española. La LOMLOE ha dejado que las comunidades distribuyan los contenidos entre 3º y 4º, pero solo tres han decidido desplazar el siglo XIX y Geografía al primero para que en el segundo haya más tiempo para estudiar la historia más reciente. Además, como el temario suele seguir un orden cronológico, se deja para el final de curso y eso fomenta su “evitación o el abordaje superficial”.
Así lo detalla el estudio Franquismo y transición en las aulas: enseñanza y memoria democrática, publicado en la revista Ayer por Banderas y Fuertes –ambos investigadores en la Universidad de Valencia–. Los docentes consultados coinciden en lo habitual que es que no llegue a tratarse esta etapa histórica, lo que provoca que quienes abandonan sus estudios tras cursar la ESO o continúan haciendo una FP puedan dejar atrás el instituto sin haber estudiado el franquismo o tras haberlo hecho muy por encima. Una encuesta entre alumnado valenciano realizada por Fuertes y Banderas para su estudio reveló que el 74% de estudiantes no trató el franquismo en 4º de la ESO.
La siguiente ocasión en abordarlo, esta vez con mucha más profundidad, será 2º de Bachillerato. En este caso la LOMLOE ha supuesto un cambio y ha retornado la Historia Contemporánea con la que acabó la LOMCE de José Ignacio Wert (PP) y que implicaba concentrar un amplísimo temario que arrancaba en la prehistoria en una misma asignatura. Aun así, lo que condiciona mucho el contenido que se ve a lo largo del curso es que 2º esté tan encaminado a aprobar Selectividad. Un ejemplo es lo que ha ocurrido en Andalucía, donde según explica Fernández Olanda, al menos desde 2017 “la única pregunta que se hace” en la prueba “sobre el siglo XX es la dictadura de Miguel Primo de Rivera”.
Todo esto depende mucho del empeño personal del profesor, no siempre los centros nos dan facilidades y no se piensa que sea algo importante del sistema educativo.
“Yo el primer año me empeñé mucho en estudiar con ellos Segunda República, Guerra Civil y franquismo y me decían 'no va a caer' y efectivamente así fue ese y los cursos posteriores”, sostiene la profesora, que añade además que en los últimos cursos desde la pandemia de coronavirus “se amplió la optatividad” en muchas comunidades autónomas “dando a elegir entre una pregunta del siglo XIX y otra del XX”, de forma que “una persona solo estudiando el primero puede sacar un 10 sin haberse mirado nada del siglo XX”, resume Fernández Olanda. “Todo depende mucho del empeño personal del profesor. No siempre los centros nos dan facilidades y no se piensa que sea algo importante del sistema educativo”, destaca.
Visitar fosas, contar historias
Al mismo tiempo, no son pocos los docentes que, como los consultados para este reportaje, están intentando que el conocimiento sobre estos asuntos sea amplio y riguroso y poniendo en marcha proyectos de innovación educativa en esta línea. Un ejemplo es lo que hacen en el IES Manuel de Falla de Puerto Real, donde hace cinco cursos se creó el grupo Recuperando Memoria para implicar a toda la comunidad educativa y desde el que hacen jornadas, charlas, visitan fosas que se están exhumando y hacen actividades para hacer emerger las historias familiares del alumnado. “Es una pasada y es algo que funciona muy bien. En un lugar como este en el que hubo tanta represión, de 83 alumnos que puedo tener, salen 30 familiares fusilados”, esgrime Cristina Honorato, profesora de Historia y una de las impulsoras del grupo.
En su experiencia, coincide con sus compañeros en que “hay mucha desinformación y los chavales reproducen clichés”, pero “en el momento en que tienes la posibilidad de tener un espacio para trabajarlo en profundidad y motivando al alumnado es muy bien recibido y lo que te dicen es que no tenían ni idea y que deberían haberlo conocido antes. Siempre tienen ganas de más, tienen curiosidad”, explica Honorato, que lamenta que los temas de la dictadura lleguen “tan tarde” a los estudiantes. “Desde los cursos de Primaria debería empezar a abordarse. Son niños que están súper machacados con quién es Cristobal Colón, ¿por qué no con esto?”.
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