La increíble historia de Galentine, la mamá que resistió abandonada y encadenada bajo cero por amor a sus cachorros

Nadie nace siendo madre. Y, desde luego, nadie está preparado para aprenderlo mientras se hiela de frío sobre una cama de nieve sucia. Hay vidas que arrancan torcidas y aún así encuentran la forma de que se acabe enderezando. Lo sorprendente no es que alguien sobreviva a eso, sino lo que llega después: cuando se deja de sobrevivir y se empieza, por fin, a vivir. En medio del abandono, una perra joven entendió que cuidar no era una opción, era lo único que podía hacer.
Un mes antes de que la adoptaran, la ataron con una cadena frente a una caseta en mitad de la nieve, como si eso bastara para que resistiera el temporal. Mientras el hielo le mordía el lomo, escondía un secreto dentro de la caseta: seis cachorros recién nacidos pegados a su vientre. La descubrieron en Missouri, justo el 14 de febrero, durante un operativo del equipo de Stray Rescue of St. Louis. Hasta entonces, nadie sabía que había dado a luz allí mismo, al aire libre, sin más protección que su cuerpo.
Una cadena menos, una familia a salvo
Cuando Donna Lochmann, voluntaria del refugio, se acercó con su equipo, la prioridad era soltar a la madre. Pero al mirar dentro, todo cambió. Entre mantas raídas y restos de comida congelada, seis bultos diminutos se movían con dificultad. Había que actuar rápido, aunque sacar a las crías no sería fácil. Sin embargo, la madre —a la que después llamaron Galentine— no opuso resistencia. Dejó que metieran a los cachorros uno a uno en una manta y los llevaran al coche. Y cuando llegó su turno, se subió al vehículo sin protestar.
Según explicó Natalie Thomson, directora de comunicación del refugio, “se subió a nuestros regazos en el Jeep y saltó atrás para oler a sus bebés y asegurarse de que estaban todos. Era la primera vez en su vida que sentían calor, así que se durmieron casi al instante”. No había rastro de tensión en su cara, tampoco agresividad o miedo. Solo alivio. El mismo que sintieron los rescatistas cuando, por fin, pusieron rumbo al centro de acogida.
Allí les esperaban mantas limpias, comida caliente y un espacio donde descansar. En pocos días, los seis pequeños —a los que llamaron Serenade, Cherish, Flirt, Arrow, Amour y Adore— empezaron a engordar a un ritmo constante. Ella, por su parte, no se despegaba. “Está hambrienta de cariño. Solo quiere subirse a nuestras piernas y lamernos las manos”, contaron desde SRSL a través de sus redes sociales. Y añadieron que “es una madre estupenda”. La relación entre ellos era tan fuerte como desde el primer día, aunque esta vez sin frío ni cadenas.

El tiempo hizo el resto. Las crías aprendieron a comer solas, ganaron fuerza y comenzaron el proceso de adopción en hogares de acogida. Mientras tanto, a Galentine le llegó su oportunidad. Apenas un mes después de su rescate, durante un evento de adopción, una familia se enamoró de ella y se la llevó a casa.
Ahora, en vez de nieve, hay césped. Y en lugar de una cadena, una correa suelta que la acompaña en sus paseos. Según el equipo de SRSL, “con solo 2 años, Galentine es casi una bebé también. Nunca más volverá a pasar frío, a tener miedo o hambre. Está lista para recibir respeto y dar mucho amor a cambio. Ella importa”.
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