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Marta Nogueras, directora general de Lanzadera: "Antes las 'startups' las montaban los amigos, el emprendedor de hoy es mayor y está más formado'

La directora general de Lanzadera, la aceleradora de ‘startups’ de Juan Roig, desgrana los cambios de paradigma del ecosistema emprendedor, y no son pocos

Marta Nogueras, directora general de Lanzadera: "Antes las 'startups' las montaban los amigos, el emprendedor de hoy es mayor y está más formado'
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La sede de Lanzadera mira al mar desde la antigua base de BMW Oracle de la Copa de América en el Puerto de Valencia. La aceleradora de startups es una de las tres cabezas de la Marina de Empresas de Juan Roig, un polo empresarial pionero, que ayuda a lanzar empresas y empresarios a mar abierto, generando empleo y riqueza desde la capital de la Comunidad Valenciana. Lanzadera, la escuela de empresarios Edem, y el brazo inversor Angels están interconectados y en plena transformación. Marta Nogueras es la directora general de Lanzadera desde marzo de 2023. Conoce muy bien todo lo que sucede en el ecosistema y ha visto cambiar en los últimos años el perfil de los emprendedores y el de las propias aceleradoras. Avanza una era de camellos ante la escasez de unicornios por un cambio de paradigma en la inversión que ha dado la vuelta al tablero de juego. Ha sido, además, una de las encargadas de coordinar la ayuda de Juan Roig para recomponer el tejido empresarial valenciano tras la tragedia de la dana y llama a no olvidar lo sucedido antes de tiempo. Aún está por ver, advierte, el impacto real de esta tragedia en la economía valenciana.

¿Lanzadera surge, como dicen, de un empeño personal de Juan Roig?
Es una iniciativa de apoyo a emprendedores que impulsa Juan Roig en 2013, cuando ya había pasado la crisis económica de 2008. Y lo hizo de forma visionaria en un momento en el que empezaba a llegar a España, desde Estados Unidos, el concepto de startups. Crea esta aceleradora con el objetivo de que, desde Valencia, se ayude a que haya más emprendimiento y que se genere más tejido empresarial en España, creando empleo y riqueza.
¿Qué echaba de menos en España?
Es la forma de Juan Roig, desde su faceta personal, de aportar al ámbito de la empresa, que es un tema que le gusta mucho. En su trayectoria empresarial al frente de Mercadona, a él le hubiera gustado tener un lugar donde poner en común sus ideas, haber encontrado más ayuda o apoyo, o sencillamente un acompañamiento, sobre todo en los primeros años.
Dicen que tienen enfoque agnóstico, ¿qué significa eso?
Somos una aceleradora de startups con un enfoque agnóstico en cuanto a sector y a modelo de negocio. Porque nos focalizamos mucho en la parte del liderazgo y la gestión empresarial. Seleccionamos, sobre todo, líderes emprendedores que vemos que pueden impulsar la innovación y que hayan detectado una necesidad o un problema en el mercado y que sean capaces de darle una solución.

¿Cómo les llegan y cómo criban los proyectos?
Por inscripción. Los emprendedores se inscriben en dos convocatorias anuales, en primavera y septiembre.
¿Y se presentan muchos?
Aplican una media de unas 1.000 startups por convocatoria. Es decir, unas 2.000 al año.
¿Qué hacen para separar el grano de la paja?
El proceso de selección dura unos tres meses. Nos dedicamos, por tanto, a lo largo del año, seis meses a seleccionar emprendedores. Trabajamos mucho por focalizarnos en la parte del equipo.
¿A qué se refiere?
Para nosotros es muy importante que haya un equipo fundador que se pueda dedicar a tiempo completo a ese proyecto que quiere impulsar. La dedicación tiene que ser plena. Tiene que ser alguien que quiera crecer, que quiera mejorar, que quiera crear una empresa y que realmente esté dispuesto a contratar a gente, a arriesgarse. En el proceso de selección les hacemos varias entrevistas y vamos entendiendo bien en qué punto está su empresa, cuál es el modelo de negocio, cómo está el mercado, pero sobre todo intentamos valorar mucho al emprendedor.
¿Es la materia prima, más que la empresa o la idea?
Buscamos emprendedores que quieran aprovechar esto. Lanzadera es hoy, en 2025, es un centro de alto rendimiento. Aquí vienen emprendedores a crecer, ya no lanzamos startups. Hemos sido incubadora, pero lo que sabemos hacer bien hoy es trabajar a partir del momento en el que una startup tiene un producto mínimo viable y capacidad de generar ingresos.
El cimiento hecho, vamos.
A partir de ahí es cuando nosotros sabemos activar en ellos qué es lo que van necesitando. Les ponemos objetivos y, sobre todo, les ayudamos en la parte de negocio, en finanzas, en gestión y en todo lo que pueda ser ventas y talento. Todo tiene que llevar a que sea una empresa que crezca, que sea sostenible y o invertible.
¿Con qué cifras han cerrado 2024?
Ya han pasado más de 1.500 startups por Lanzadera tras el cierre de este año.
¿Y cuántas sobreviven?
Tenemos una ratio de supervivencia de casi el 80%. Para nosotros es un dato muy relevante.
Es muy alto para el sector, ¿no?
Sí, es un dato muy alto, pero creemos que es fruto de la filosofía que mantenemos de trabajar mucho un camino más hacia la sostenibilidad.
Ser sostenible económicamente.
Sí. Quizá no somos muy reconocidos por tener unicornios, pero sí que hemos tenido muchos camellos, que es una metáfora que ahora se utiliza mucho en el ecosistema. Realmente hemos visto que en la generación de negocio es donde más podemos aportar al emprendedor y, sobre todo, les enseñamos a sobrevivir y a gestionar la caja para, a partir de ahí, buscar inversión y crecer.

¿Han cambiado mucho los emprendedores desde ese 2013?
En la parte de los perfiles de los emprendedores, hemos madurado. Cuando empezamos en 2013, todo el mercado de las startups, sobre todo aquí en España pero también en Europa, era muy incipiente. Empezaron a surgir startups, que eran más bien empresas que montaban grupos de amigos o familiares. A día de hoy, eso ha cambiado. Ahora mismo el emprendedor está cada vez más formado. Y no solo hablo de la formación académica, que muchos tienen másteres o incluso doctorados, sino también de la media de edad. La gente que está viniendo a emprender hoy tiene una media de 34 o 35 años.
¿Antes eran más de 20 y hoy están más cerca de los 40?
Sí. Hoy son gente que ya ha tenido alguna experiencia profesional previa y que ha detectado en esa experiencia o en su formación alguna carencia que les empuja al emprendimiento.
¿Domina algún sector entre las empresas que pasan por Lanzadera?
Hay dos claros: todo el tema de salud y nutrición, que lo tenemos que relacionar con la pandemia, que hizo que se generara mucha más concienciación con el tema de la prevención y la longevidad. Y luego toda la parte de educación. En España tenemos mucha edtech, las startups orientadas a dar tecnología al servicio de la educación.
¿Qué peso tiene hoy cada uno de estos sectores en su catálogo?
Salud es como un 15% de lo que vemos en Lanzadera. Y educación, entre un 8 y un 10%.
Dibuja emprendedores cada vez más veteranos. ¿Hay también cada vez más mujeres o eso es aún una asignatura pendiente?
Hemos tenido siempre muchas mujeres emprendedoras, pero es verdad que muchas han tenido más un rol de socia fundadora, pero sin coger la parte de liderazgo, el rol de CEO. Ahora sin embargo en Lanzadera, de las startups que tenemos en programa, hay un 25% de mujeres. Y son las emprendedoras, las cabezas. Y es un dato que está creciendo cada vez más.
¿Qué falta para equilibrar ese dato?
Está creciendo, pero la diversidad es una asignatura pendiente que tenemos el ecosistema emprendedor, al menos en España. Hay que trabajar mucho el tema de referentes. Tenemos muchísimo talento femenino llevado a muchas disciplinas.
Hablaba antes de los camellos. ¿Se han extinguido los unicornios?
Sí, ha habido un momento de inflexión con la inversión y eso está marcado el paso de las startups estos dos últimos años. En 2022 estábamos en un momento en el que arrastrábamos unos años donde había mucha inversión, con valoraciones muy altas en las startups y una cantidad de operaciones muy grande. Este último año, sin embargo, no hemos tenido un unicornio referente en España, pero eso no quiere decir que no haya startups o scaleups relevantes.
¿Y cómo está ahora la inversión?
Lo que estamos viendo ahora en la parte de inversión es que hay liquidez en los fondos, pero que hay más concentración en las operaciones. Los fondos cada vez son más selectivos y ese nivel de exigencia ha generado que el emprendedor se tenga que hacer más consciente de que tiene que trabajar más la sostenibilidad que la inversión. Es un cambio de paradigma que hace que el concepto de camello venga para quedarse.
¿Qué significa eso de trabajar menos la inversión?
Hay capital para sobrevivir y hay capital para crecer. El de sobrevivir es el que tienes que generar de la propia particularidad de tu negocio, con tu propia actividad, con tus clientes. Es un cambio de paradigma que hemos tenido que impulsar mucho: la empresa debe ser autosostenible con sus propios clientes y la inversión tiene que estar, pero para crecer.
En esa fase de crecimiento, ustedes también ayudan.
Estamos conectados con Angels Capital, que es sociedad de inversión, también 100% de Juan Roig, que invierte solo en startups de Lanzadera. Digo solo, pero tiene 1.500 en las que invertir.
¿Ese cambio de paradigma que menciona ha llevado también a una crisis en el modelo de las aceleradoras?
El ecosistema ha ido madurando, fruto también de todos estos años en los que han ido apareciendo cada vez más agentes público privados. Ahora cada vez hay menos aceleradoras. Muchas se han reinventado en fondos de inversión o hacia conceptos de venture builder.
Ustedes resisten...
Nosotros tenemos la suerte de que somos una iniciativa de emprendimiento impulsada al 100% por Juan Roig, y eso nos ha permitido mantener esto. Y tenemos la firme convicción de que debemos seguir trabajando como aceleradora.

¿Qué ha cambiado usted desde que asumió la gestión de Lanzadera en 2023?
Hemos hecho mucho trabajo de discovery, muchas entrevistas, nos hemos sentado a escuchar muchísimo al emprendedor, preguntándole qué es lo que necesita y entenderlo bien. Y nos hemos dado cuenta de que hay cosas que han cambiado. La primera, que el emprendedor cada vez es más exigente y lo que busca realmente es que le des solución a problemas de su día a día. Y luego, por otro lado, y esta es una constante, sentimos que tenemos un rol importante porque sigue existiendo la soledad del empresario.
¿La soledad del empresario?
Sí, sigue existiendo esa incertidumbre, esa soledad, que fue una de las cosas por las que Juan Roig montó esto. Eso sigue pasando. Y por eso les ayuda mucho llegar a un sitio donde conviven con otros 300 emprendedores que tienen proyectos de distinta índole y distinto modelo de negocio, con distinto perfil, pero que al final han podido tener experiencias similares, porque hay experiencias muy comunes y dolores muy comunes, como la captación de talento, aumentar ventas, clientes o buscar inversión o financiación. Hemos tomado nota de todo eso y ahora, cuando entra un emprendedor, trabajamos con el concepto de que somos una aceleradora de personas. Esto es un hoy centro de alto rendimiento.
Tienen un enfoque muy presencial. ¿No es contracíclico en los tiempos del trabajo a distancia?
Eso ha sido otra evolución que hemos tenido. Ha habido momentos en los que hemos sido semipresenciales, pero ahora tenemos claro que el programa debe ser 100% presencial. Cuando vienes a Lanzadera, la forma de aprovecharlo de verdad es dedicando tiempo. Obviamente es un coste de oportunidad que tiene que asumir el emprendedor, porque el programa exige horas de dedicación, pero al mismo tiempo puede ser algo que le ahorre mucho tiempo y dinero más adelante.
¿Se han planteado en algún momento la posibilidad de abrir una delegación de Lanzadera fuera de Valencia?
Lanzadera nace en Valencia y su vocación está en Valencia, aunque tengamos una proyección muy global. Esto para nosotros, aquí en Marina de Empresas, es algo muy importante. Tenemos empresas, damos formación, ayudamos a emprendedores o invertimos en empresas que pueden estar por toda España, pero que en algún momento tienen que pasar por Valencia. Poco a poco Valencia es cada vez un agente más importante con su ecosistema de emprendimiento e innovación.
¿De dónde son sus emprendedores?
Más o menos ahora mismo el 30% de los emprendedores que tenemos son valencianos. Tenemos también muchos de Madrid, de Cataluña o del norte. Pero en 2023 estuvimos acelerando ya una veintena de startups portuguesas y este año pasado entre un 5% y un 10% han venido de Latinoamérica.
Ustedes tuvieron un rol muy activo tras la tragedia de la dana. ¿Cómo recuerda esos momentos?
Creo que no somos todavía capaces de ver toda la magnitud y el impacto que esta tragedia está teniendo y va a tener. Desde un componente social y también desde un componente económico y empresarial. Ha afectado a un 30% de las empresas de la provincia de Valencia, donde tenemos muchísimo arraigo, y desde un primer momento trabajamos mucho por ver cómo podíamos ayudar. Y aquí Juan Roig fue clave.
Actuó rápido.
Además de ser una persona muy visionaria que ha tenido siempre grandes ideas en momentos importantes que han marcado un cambio social, Juan Roig decidió a escasas dos semanas de que pasara esta dana impulsar un movimiento, Alcem-se, que significa levantémonos y forma parte del himno valenciano. Fue una iniciativa suya para ayudar a reconstruir el tejido empresarial. Además de ser un visionario, es una persona tremendamente generosa, y lo que nos dijo en esos momentos fue: tenemos que dar un paso al frente y que desde Marina de Empresas ayudemos a los empresarios afectados por la dana.
Y usted estuvo involucrada en el diseño de esa ayuda...
Sí, estuve muy involucrada desde el principio. Nos movilizamos 150 personas del equipo de Marina de Empresas y lanzamos una convocatoria para negocios afectados por la dana, que hubieran tenido daños materiales.
Dieron ayudas finalistas.
Sí. Queríamos ayudar a reconstruir el tejido empresarial con dos premisas. Era muy importante que diéramos una ayuda finalista. Y esto fue clave. Nosotros íbamos a ayudar directamente, desde Juan Roig, al empresario afectado. Sin intermediarios. Y la segunda, teníamos que ser muy ágiles porque era una necesidad total y absoluta. O sea, el empresario estaba en modo supervivencia. Ha estado y está en supervivencia.
¿A cuántos llegaron?
Desde el mes de noviembre e incluido todo el mes de diciembre dimos donaciones a 4.600 negocios, 35 millones en donaciones que salieron del patrimonio personal de Juan Roig. Y se lo dábamos para que pudieran reabrir cuanto antes. Les ayudamos a que se volvieran a comprar un coche, herramientas, maquinaria, stock, a que te pusieran una cristalera, un escaparate, una persiana... Era muy necesaria una ayuda muy rápida.
Llegaron antes que las instituciones...
Ya estábamos tramitando donaciones, cuando empezaron a llegar algunas ayudas, que aún siguen llegando. La verdad es que ha sido un proyecto que nos ha llenado el corazón y que nos ha permitido poner desde Marina de Empresas ese granito de arena, gracias sobre todo a la generosidad de Juan Roig, que ha sido espectacular y que ha llegado muy rápido.
Mencionaba antes que aún no somos capaces de ver la dimensión real de la tragedia. ¿Echa de menos más ayuda por parte de las administraciones? ¿Cree que algo así puede desincentivar inversiones en la zona?
Bueno, si se va reconstruyendo y no dejamos de ayudar... Lo que no hay que hacer ahora es olvidarse de esto. No debería desincentivar el venir a Valencia, pero hay que hacer una labor para que no se olvide que hace apenas tres meses hemos vivido esta tragedia y que se va a tardar tiempo en reconstruir. Aquí, tanto agentes públicos como privados nos tenemos que seguir movilizando.
Muchos CEO que entrevistamos en la revista nos hablan de una crisis de talento, que les cuesta encontrar ciertos perfiles. ¿Aplica esto también a nivel emprendedor?
El tema de la captación de talento es una de las principales necesidades que nos transmiten los emprendedores. No hay un problema de talento, pero cuesta mucho entender cómo captar uno adecuado para una startup. Son empresas que viven en un entorno más de incertidumbre, por lo que hay que buscar primero a la gente por un tema de actitud, actitud con C. Incorporar gente que sea inquieta, que esté cómoda en lo incómodo y que le guste desafiarse.
Cuatro de cada 10 jóvenes quieren opositar... ¿Eso no es también una crisis empresarial y de empredimiento?
Quizá aquí vivimos en una burbuja, pero estamos rodeados de gente que es muy inconformista y eso nos gusta mucho. Vemos gente que se quiere complicar la vida. Al final lo que la gente tiene que ver es que hay salidas profesionales y que emprender no tiene edad. Tiene una parte dura, claro, a las duras y a las maduras, pero es también muy satisfactorio. Y tener empresas es lo que hace que el país funcione.actacaadd