Javier Gutiérrez: “Los actores no vivimos al margen de las miserias de cualquier otro oficio”
Javier Gutiérrez es uno de esos actores a los que nunca les importó hacer televisión. ¿Por qué no aceptar un papel en una serie? “Independientemente del medio, lo que quiero es contar buenas historias”, defiende el asturiano. En 2017, tras ganar un premio Goya por La isla mínima, protagonizó 52 capítulos de Estoy vivo (TVE). Después hizo Vergüenza y Reyes de la noche, ambas para Movistar Plus+, y este año se ha cubierto de gloria con otro papel memorable en El caso Asunta (Netflix). “Si no fuese por la televisión, estoy seguro de que más del 50% del público no vendría a ver las funciones de teatro que hago”, reconoce.
Ahora tiene entre manos otro proyecto para la pequeña pantalla, esta vez con Mediaset. Encabeza el reparto de La Agencia, una serie que sigue los pasos de cuatro agentes de representación artística. Gutiérrez da vida a uno de estos negociadores incansables que hacen hasta lo imposible para que sus clientes estén siempre bajo el foco. Manuela Velasco, Carlos Bardem y Fiorella Faltoyano interpretan al resto.
La Agencia es la versión española de la exitosa serie francesa Call my agent, ganadora de un premio Emmy. Aunque su rodaje acaba de comenzar y, por lo tanto, es todavía muy pronto para hablar de fecha de estreno, a finales de octubre ya se dieron algunas pistas sobre este proyecto en el South International Series Festival de Cádiz. “A priori, al espectador no le interesaría mucho que se hable del mundo de los representantes, así que la serie ahonda en las relaciones de pareja, en las infidelidades, los celos, las disputas familiares, los codazos en el trabajo”, contó el actor durante un corrillo con varios medios de comunicación, entre ellos verTele.
El remake español tendrá más comedia y conservará el “punto cabrón” de la versión francesa. “Los actores no vivimos al margen de las miserias de cualquier otro oficio”, destaca Gutiérrez sobre la competencia y los desmanes del mundo laboral. La suya es una profesión más, insiste el intérprete, pero no todos los trabajos dan para una serie. ¿O quizá sí?
Cuéntanos acerca de tu personaje en 'La Agencia'
Yo interpreto a Gabriel Solá, que es uno de los cuatro representantes que llevan la agencia. Él está un poco superado por sus circunstancias vitales y profesionales. Es un personaje que, en muchos momentos, lleva el peso de la comedia de la serie.
Este es un remake español de la serie francesa, que está teniendo mucho éxito en el mundo y tiene remakes en diferentes países. El nuestro tiene de particular que va a ahondar más en la comedia que la serie original.
¿Va a haber menos 'cabronismo' que en la original?
A priori, al espectador no le interesaría mucho que se hable del mundo de los representantes y de las agencias, así que [la serie] ahonda en las relaciones de pareja, en las infidelidades, los celos, las disputas familiares, los codazos a la hora de ascender... Tiene ese punto cabrón que tiene la serie francesa.
¿Habéis vivido situaciones de este tipo en el mundo de la interpretación?
Los actores desempeñamos una profesión como cualquier otra. Decidme dónde no pasa esto, porque si empezamos a hablar del periodismo... No vivimos al margen de las miserias de cualquier otro oficio.
Nuestro remake tiene de particular que va a ahondar más en la comedia que la serie original
'Call my Agent' es muy popular. ¿La habías visto antes de que se plantease este proyecto?
Había visto algo, pero ahora he visto mucho más para ver el tono de la francesa, el perfume de la original. La nuestra se distancia mucho de ella.
Una de las premisas de la versión francesa es que, en cada episodio, hay un actor que hace una versión ficticia de uno mismo. ¿Va a ser así en la versión española?
Eso no me compete a mí [dar los nombres], pero sí es cierto que va a haber primeros espadas de la interpretación interpretándose a sí mismos como en la serie francesa.
¿Imaginas una versión en la que tú hagas tu papel de Gabriel, y a la vez hagas de Javier Gutiérrez ficticio?
No tengo el don de la ubicuidad como para hacer eso, pero si me ofreciesen interpretarme a mí mismo en una serie como esta, me haría gracia, sería algo simpático.
¿Qué es lo que más te atrae de tu personaje?
Creo que me va a permitir transitar sin solución de continuidad entre el drama y la comedia, que es algo que me apetece mucho. Hacer un personaje de televisión de 13 capítulos te da para probar y experimentar mucho. Da para divertirse. Yo soy un gran defensor de la televisión y creo que, a los actores, este tipo de trabajos donde podemos pasar por diferentes momentos y disfrutarlos con el personaje, es algo que en el cine no se puede hacer.
Aunque no tienen nada que ver, esta serie se va a comparar con 'Paquita Salas'
Que sea del mismo gremio no quiere decir que tenga ningún paralelismo con Paquita Salas. Ese es un personaje tan brutal que tiene [para sí mismo] absolutamente toda la serie, en la que hay una galería de personajes muy peculiares. Aquí hay otro tipo de fauna y flora.
¿Qué tipo de representante es Gabriel Solá?
Lleva muchos años en el negocio y se desvive por sus actrices y actores. Es un tipo muy honesto, y con algunos de ellos tiene una relación casi de amistad más que de profesión.
Dado que cada episodio tiene varias estrellas, es una oportunidad para que coincidas con otros grandes profesionales. ¿Cómo vas a vivir esos momentos?
No lo sé. Es cierto que hay compañeros con los que nunca he rodado y con los que me apetece mucho encontrarme. Va a ser curioso que ellos hagan de sí mismos, y yo interprete un personaje.
¿Con Marta Hazas y Manuela Velasco habías trabajado antes?
Manuela Velasco interpretó un personaje en Águila Roja, pero no coincidimos en ninguna secuencia. Con Marta acabo de presentar La vida breve de Movistar Plus+; hace un cameo en el primer capítulo, pero no tenemos ni una sola línea de diálogo juntos. Me apetecía mucho trabajar con ellas porque son dos actrices que manejan muy bien la comedia y el drama. Voy a tener una relación muy particular con las dos.
Vosotros también tenéis representantes. ¿Habéis hablado con ellos para prepararos vuestros personajes?
La mía es una mujer y hablo casi a diario con ella. En ese sentido, sí reconozco mucho de lo que hay en mi personaje porque mi relación [con su representante] va más allá de lo profesional. Muchas veces, los representantes se convierten en padres, madres, amigos y compañeros a los que contamos secretos inconfesables. Por momentos, saben de nuestras vidas más que nosotros mismos. Yo tengo la experiencia profesional de haber tratado no solo con el mío, sino con muchos representantes, y de ver lo diferentes que son. Más allá de un guion muy bien escrito, hay muchas versiones de los cuatro o cinco primeros capítulos.
¿Qué dicen ellos al verse así retratados?
Un representante no tiene por qué ser cabrón. Sí es verdad que es la cara amarga que negocia cosas que un actor no tiene por qué negociar. El actor se viste, se maquilla y sale al set a dar lo mejor de sí mismo, pero no tiene que estar enfrentándose a cosas para las que están los representantes.
Los representantes os cubren en muchos malos momentos.
Están en lo profesional y en los momentos personales. Yo, por fortuna, soy un actor que trabaja, pero hay que apuntalar e insuflar ánimo y energía a los compañeros y compañeras que no trabajan.
También es interesante mostrar lo que hay entre las bambalinas de la profesión
Claro, es que esta serie va de eso, de cómo los representantes luchan, pelean y, si hace falta, mienten para que sus representados consigan el trabajo perseguido.
Un representante no tiene por qué ser cabrón, pero sí es la cara amarga
¿Ha influido el movimiento Me Too en las relaciones que hay entre bambalinas, y se va a ver reflejado en la serie?
De momento, no. Esta serie va por otro lado, y tampoco queremos alejar al público de lo que se cuenta en la serie, que es una agencia de representantes de actores con sus éxitos, frustraciones y fracasos.
Hubo años en los que un actor de cine no podía hacer una serie porque parecía que se estaba rebajando. Tú nunca has sido de esos, ¿te sientes uno de los referentes de eso? ¿Qué les dirías a esos compañeros que sí tenían esa percepción?
No soy referente de nada, pero sí tengo una idea de lo que es este oficio. Independientemente del medio, lo que quiero es contar buenas historias y acceder a buenos personajes que me aporten a mí y a los que yo pueda aportar. En ese sentido, la televisión es un maravilloso trampolín de entrenamiento. Si no fuese por la televisión, estoy seguro de que más del 50% del público no vendría a ver las funciones de teatro que hago. Para mí es una pena que el cine se vea en una pantalla de televisión; quizá soy un romántico, pero el cine tiene que verse en una pantalla de cine. Pero a la hora de producir y de hacer, todo se ha fusionado: los tiempos son los mismos, la forma de producir es la misma y la forma de interpretar es la misma. Con lo cual, ahora nos hemos dado cuenta de que la gente que hacía televisión no estaba equivocada porque, al final, de lo que se trata es de hacer historias.