Emocionarse

Si te escribo hoy es con la ambición de desencadenar en ti una emoción positiva. 

Decía don Diego de Miranda, el Caballero del Verde Gabán que “las letras sin virtud son perlas en el muladar”. Ahora que la inteligencia artificial todo lo revuelve para creer el trampantojo de saber, vuelvo a mi don Quijote como el que retorna al hogar para recuperar los olores de su vida.

Te escribo con la esperanza de que tengas también personajes que te hayan acompañado llenos de gozo en tu vida. Puestos a inventar avatares, que sean los grandes los que nos marquen el paso de la ficción.

También me sirven para ti los versos de una partitura, esas ejecuciones musicales novedosas en las que el director encaminó a su orquesta como ni siquiera el autor hubiera imaginado. O la luz de un cuadro, ese brillo distinto capaz de dibujar nuevas formas en los lienzos. Imágenes que se anclan en la memoria y fijan sus contornos a nuestro ser como si por siempre hubieran sido contempladas. ¿Qué decir del teatro? ¿y del cine? ¿Y de la danza? ¿Cómo no incluir los avances de la ciencia, los aciertos de inteligencias maravillosamente humanas que lograron resolver enigmas indispensables para mejorarnos al resto la vida? 

Te escribo y paladeo las bellas artes, repaso otros tiempos y otros aciertos, como señuelos del pasado que nos pintaron un futuro de dicha.

Rememoro, pues, obras de los grandes seres repletos de humanidad; los que pusieron su empeño en hacernos mejores con dedicación, paciencia, tesón y muchos errores.

Ahora que todo quiere resolverse en un instante, que lo cómodo nos perturba. En este tiempo falso en el que todo se coge, se desgasta, se prejuzga, se grita; en este tiempo de catástrofes reales e inventadas; en este espacio de seres iguales en su artificialidad recortada; en este dolor de voces con parloteos de opiniones falsas, con relatos sin más sustancia que el daño, en este universo, sí, yo te escribo y reivindico para tu 2025 la virtud humilde de admirar los logros ajenos y en esa admiración, confabular el don humano de poder emocionarse.