Análisis

El tacticismo de Feijóo, por encima de los intereses de Canarias

El presidente de Canarias, Fernando Clavijo, ha vuelto a quedar en evidencia a consecuencia de las tácticas de oposición de su socio de Gobierno, el Partido Popular. O, por ser más precisos, por las tácticas cortoplacistas de Alberto Núñez Feijóo, que ha embarcado a todas las autoridades autonómicas de su partido en su particular cruzada de me quedo tuerto con tal de dejar ciego a Pedro Sánchez, o algo parecido a eso, que tampoco parece que lo tenga muy claro.

Lo que sí se confirma es que la imposición de Feijóo a los consejeros y consejeras de Hacienda de las comunidades autónomas gobernadas o cogobernadas por el PP de abandonar la reunión de la Comisión de Política Fiscal y Financiera con la ministra Montero no es más que una pose que acabará igual que el famoso decreto ómnibus, aquel de la subida de las pensiones y unas cuantas cosas más que al final tuvo que terminar votando el PP en el Congreso de los Diputados tras unas semanas frenéticas de encuestas endiabladas.

Para Canarias, esta nueva escaramuza de Feijóo vuelve a poner de manifiesto que al presidente nacional del Partido Popular le importa muy poco la dignidad del presidente canario y los intereses de esta ultraperiferia. Primero, por eso, porque ya se ha contagiado de todos los vicios políticos del madrileñismo, consistente en anteponer a cualquier consideración de índole federal lo que se dicte en los despachos instalados en el interior de la M-30, incluyendo los de los editores de periódicos, el del presidente de FAES (“el que pueda hacer que haga”) y el de la lideresa autonómica, azote de cualquier habitante provisional de la sede central de la calle Génova.

En segundo lugar, Feijóo hace esto porque tiene la seguridad de que el pacto que sostiene a Fernando Clavijo en la presidencia de Canarias no tiene alternativa y que el líder de Coalición Canaria aguantará lo que le echen conocedor como es del último sociobarómetro autonómico, que sigue manteniendo al PSOE de Ángel Víctor Torres como claro ganador de unas elecciones regionales.

En íntima relación con esto, Feijóo descuenta la higa que le importa el PP de Canarias, que vuelve a quedar con los glúteos al aire ante esta imposición a la consejera Matilde Asián, por mucho que a ella le haya costado poco el desplante a la ministra Montero frente al marrón de tener que explicar a los otros consejeros y consejeras de su partido que se quedaba dentro de la reunión por instrucciones del presidente del Gobierno del que forma parte, al que le debe más obediencia que al de su partido. ¿O esto ha dejado de ser así?

Por último, esta imposición a la consejera canaria de Hacienda viene a mostrar nuevamente lo poco que le interesan al PP nacional los problemas de Canarias. Porque a estas alturas de la legislatura, después de más de año y medio desde que Clavijo comenzara a clamar por una solución al problema humanitario de acogida que supone tutelar a 6.000 menores migrantes no acompañados, el partido de Feijóo sigue cerrado en banda. No ya a reformar el artículo 35 de la Ley de Extranjería para una distribución obligatoria entre las autonomías siguiendo unos criterios objetivos, sino también a la propuesta a la vasca que ha liderado Clavijo con el lehendakari. Y lo que se aprueba, si se aprueba, se lo pasarán todos los presidentes autonómicos del PP por donde a cada cual le plazca, porque la otra consigna centralista es no cederle ni un milímetro a Vox en sus principales banderas, y el racismo es una de ellas.

Todo ello, por supuesto, con unas tímidas protestas del presidente de Canarias, que se sabe atrapado en un pacto que le garantiza su permanencia en el puesto, además de otras regalías procesales en Madrid de las que ha podido disfrutar gracias a tan graciosas relaciones.