Khiva o la puerta uzbeka de la Ruta de la Seda

Minarete de Kalta Minor. El uso del adobe y la mayólica (azulejos vidriados) son la seña de identidad de la arquitectura de la vieja ciudad de Khiva.

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La apertura de una ruta aérea directa desde España con Uzbekistán y el plan de modernización de las comunicaciones uzbekas ha puesto en el objetivo de los viajeros muchas ciudades y parajes de la mítica Ruta de la Seda al alcance de todos. Hace unos años, las posibilidades de acercarse hasta lugares tan centrales como Samarkanda, por ejemplo, eran remotas y requerían de complicados visados y auténticas odiseas dignas del mismísimo Marco Polo. El gobierno de Uzbekistán ha hecho un gran esfuerzo en infraestructuras y su tren de alta velocidad (bautizado con el nombre de la Ruta de la Seda) comunica en pocas horas ciudades como la propia Samarkanda, Tashkent (la capital del país) o Bujará. Y muy pronto las locomotoras capaces de volar a 300 kilómetros por hora llegarán a Khiva completando un recorrido que hace algunos siglos era sinónimo de aventura, peligro y valentía: todo para traer hasta los mercados de Europa las enormes riquezas del Oriente. Uzbekistán es un país muy seguro para viajar y que mima al viajero. La recompensa por llegar hasta aquí es poder meterse de lleno en esa mística de la Ruta. Un verdadero lujo para cualquier currículo viajero que se precie.

Khiva (se pronuncia Jiva) es la primera de las ciudades uzbekas de la ruta. Cercana a la frontera con la actual Turkmenistán y a pocas horas en coche de la costa del Mar Caspio, la vieja Khiva levanta sus murallas y edificios de adobe, madera y cerámica en uno de los oasis más importantes de Asia Central. Dicen que el agua que riega los campos de esta villa histórica fueron cavados por uno de los hijos de Noé (Sem) para regar los campos tras marcharse las aguas del diluvio. La riqueza agrícola del lugar propició que esta ciudad controlara un amplio territorio conocido desde los tiempos del Imperio Persa como el Jorasán (otro nombre mítico). Griegos, árabes y mongoles completan el puzzle del Kanato de Khiva, un reino independiente que se instaló aquí entre finales del XV y casi antes de ayer (1920) cuando toda la región quedó bajo la órbita soviética. El resultado de todo este potaje es una ciudad digna de las mil y una noches.

La ciudad amurallada.- La forma habitual de acercarse hasta la ciudad antigua de Khiva es a través de la Puerta de Hércules (Palvan Darzova). Esta puerta monumental ha sido, desde siempre, el principal punto de acceso al recinto amurallado y también la mejor de las presentaciones. El entorno de la Puerta de Hércules ha sido un espacio multifunción desde los tiempos más remotos: desde lugar de proclamas públicas a mercado de esclavos pasando por escenario de ejecuciones públicas o grandes actos de carácter político y religioso. La fisonomía actual data de principios del siglo XIX. Y es normal. Entrar a la ciudadela es penetrar en un mundo de barro y madera. Sólo el uso de los preciosos azulejos rompe la ‘monotonía’ del barro. Entramos a un verdadero museo. Porque lo mejor que tiene Khiva es que la mayor parte de sus monumentos están abiertos y se pueden visitar. 

Sin salir del entorno de esta Puerta de Hércules podemos visitar algunos hitos clave de la ciudad: los Baños de Anusha-khan (siglo XVII); la Madrasa de Hodzhamberdibey (siglo XVII); la Madrasa de Allakuli Khan (XIX); el Tim - mercado cubierto- (XIX); el Palacio Tash Hauly (XIX); el Caravasar de Allakuli Khan (XIX), el Mausoleo de Uch-Ovilya y la Madrasa de Khurdjum (XIX) entre otros mausoleos, casonas y pequeñas mezquitas. Todo apiñado formando un conjunto monumental  impresionante que apenas representa una mínima parte de lo que ofrece la ciudad. Los tiempos de la Unión Soviética supusieron la desacralización de la mayor parte de los edificios religiosos y su conversión en museos. Por eso es posible ir de edificio en edificio para admirarlos por fuera y por dentro. Quizás el ejemplo paradigmático en esta zona de la ciudad es el Palacio de Tash Hauly. Este conjunto de patios y pabellones (que incluye al Mausoleo de Uch-Ovilya) es de los mejores ejemplos de arquitectura palaciega del kanato de Khiva. Hoy es la sede de un museo de artesanía pero más allá del contenido hay que fijarse en el continente: sobre todo en los magníficos techos policromados de la Sala del Diván y en los azulejos del patio. En la Madrasa de Khurdjum puedes ver otro museo de bellas artes.

Lo mejor de la ciudad vieja de Khiva es ir caminando sin rumbo para ir encontrándote con minaretes, fachadas adornadas con azulejos o lugares que atesoran leyendas fantásticas. Cuando te enfrentes a los escalones retorcidos e incómodos del Minarete de Islam Khodja, que sirve de atalaya de oración a la madrasa del mismo nombre, quizás pienses que es una mala idea subir los casi 55 metros de esta torre de barro forrada con filigranas de azulejos. Este es el minarete más alto de toda la ciudadela y las vistas son sencillamente alucinantes. Es la mejor opción para descubrir el arte de cúpulas y minaretes muchas veces ocultos por la estrechez de las calles. Admira, por ejemplo, el conjunto de cúpulas del Mausoleo de Pahlavan Mahmoud, uno de los lugares santos más venerados por los locales. 

Las columnas de la Mezquita Juma.- La Mezquita del Viernes es la más importante y monumental de toda la ciudadela. Se encuentra en el centro del recinto amurallado y es de una simpleza abrumadoramente hermosa. La construcción data de finales del XVIII y su característica más notable es el conjunto de 213 pilares de madera (todos tallados primorosamente y ninguno igual a otro) que soportan su artesonado geométrico de madera. La mezquita, y su imponente minarete de 52 metros, se construyeron en el XVIII, pero en algunos muros y columnas pueden verse elementos de las sucesivas mezquitas que se han ido construyendo a lo largo de la historia desde el siglo X. 

El Mausoleo de Pahlavan Mahmoud.- Ya lo viste por fuera desde lo alto del minarete de la Madrasa de Islam Khodja. Ahora toca verlo por dentro. Pahlavan Mahmud Khwarazmi (1247-1325) fue un poeta, filósofo y guerrero iraní que se convirtió en uno de los santos más importantes del sufismo asiático. Su tumba es la más venerada de la ciudad y en torno a ella se han hecho enterrar khanes y sus familias, comerciantes y altos funcionarios formando un complejo funerario enorme y, desde el punto de vista artístico, maravilloso. Los khanes fueron convirtiendo el lugar en una obra de arte de la arquitectura y la decoración islámica. Destacan los azulejos (mayólica), las yeserías y los espectaculares techos geométricos de madera.

La Ciudadela de Kunya Ark.- Su nombre puede traducirse como ‘la fortaleza de la fortaleza’. Su posición junto a la Puerta del Oeste (Ota Darvoza) no es casual ya que por aquí llegaban las caravanas que hacían la  Ruta de la Seda desde el Occidente. Las piedras y adobes más antiguas de este castillo palaciego datan del XVII aunque como sucede en toda la ciudad vieja, el palacio es el resultado de muchas reconstrucciones y añadidos.  El interior es un verdadero laberinto de patios, callejones y tapiales que esconden verdaderas joyas como el Pabellón Kurinishkhona, la gran sala de audiencias del Khan. Este recinto está ricamente decorado con azulejos y grandes pilares de madera pintada. La mejor hora para visitar este lugar es a última hora de la tarde cuando el sol declina y pinta la ciudad de un bonito tono anaranjado. Desde aquí puedes ver todos los minaretes y cúpulas de la vieja Khiva, incluido el Minarete de Kalta Minor, que se encuentra justo al lado del palacio (forma parte de una vieja madrasa convertida en hotel).

Las marionetas de Khiva.- Una de las tradiciones más antiguas y bonitas de la región del Jurasán es la del teatro de marionetas. Este arte está documentado desde hace más de dos milenios y sus orígenes se vinculan con los cultos Zoroastrianos del Imperio Persa. Las marionetas de Khiva se realizan con papel maché y se visten con ropajes tradicionales. En la ciudad puedes ver varias tiendas de estos curiosos personajes teatrales. Algunas de ellas se encuentran en la ciudad vieja. El Teatro Estatal de Marionetas de Khorezm (Yangi Turmush) es una institución muy respetada a nivel internacional. Su programación es permanente y es fácil coincidir con alguna de las representaciones.

Fotos bajo Licencia CC: Mr. Theklan; Teo Romera; Richard Mortel; Fulvio Spada; Dan Lundberg

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