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Cuando improvisar no es una opción: cómo es salir de fiesta para las personas con discapacidad

Imagen de archivo de una persona en silla de ruedas

César Aldecoa

Valladolid —

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“Para salir, ir a cenar a un restaurante o tomar unas copas, necesito planificar todo lo previo”. Es el testimonio de Nacho, un vallisoletano de 40 años con una discapacidad que le obliga a ir en silla de ruedas, pero que no quiere renunciar a disfrutar de un ocio completo. “Hacen falta más locales accesibles, tener más posibilidades”, relata Víctor, técnico de juventud en Aspaym Castilla y León, que trabaja con jóvenes con discapacidad y que también reivindica un ocio más accesible.

Nacho y Víctor no son conformistas, quieren poder disfrutar de un ocio accesible, con un gran abanico de posibilidades y sin que sea un quebradero de cabeza cada vez que quieren organizar un plan. Ambos reconocen que las ciudades, en este caso Valladolid, están avanzando en materia de accesibilidad. Cada vez son más los locales, bares, restaurantes o discotecas que están adaptados para personas con discapacidad, concretamente aquellos más “nuevos o recientes”, confiesan ambos.

Sin embargo, la petición es reiterada: hacen falta más opciones. Nacho cuenta que “siempre gusta ir a sitios nuevos”, aunque también es consciente de las dificultades que ello conlleva. “Hay que llamar, preguntar si tienen un acceso adaptado, un baño para personas con discapacidad, gestiones que a veces son pesadas”, cuenta. Coincide con él Víctor, que insiste en que “planificar la ruta es indispensable, no se puede salir sin planificar, no puedes hacer un plan improvisado”.

Ambos son conscientes de sus limitaciones, de sus necesidades al estar en silla de ruedas. Pero defienden que no es tan “difícil” poder tener un ocio accesible más completo. “Con más accesibilidad, fomentamos la autonomía, un ocio inclusivo”, relata Víctor, en su deseo de una mayor “libertad”.

La vuelta a casa, uno de los grandes problemas

Una vez que se ha planificado todo, que se ha llamado al local en cuestión al que van a acudir, y todos los detalles previos están resueltos... queda por cerrar la parte más complicada: la vuelta a casa. Valladolid cuenta con una amplia flota de autobuses adaptados, con los recorridos de buses nocturnos que facilitan regresar al terminar la noche, pero no siempre es la mejor opción para personas en silla de ruedas.

Nacho cuenta que no siempre “tienes una parada cercana o el recorrido del búho te deja cerca de casa”. Lo que para una persona con plena movilidad será caminar cinco o diez minutos, para alguien en silla de ruedas es mucho más tedioso. Además, el servicio de autobuses de noche finaliza a cierta hora de la madrugada; si la noche “se alarga”, esa opción ya no está sobre la mesa.

¿Cómo regresas a casa entonces? La respuesta son los taxis. Pero aquí llega el gran problema que nos exponen tanto Nacho como Víctor. Más allá de pedir más opciones de locales adaptados, la gran demanda, la más necesaria, es la de un servicio de taxis adaptados “completo y disponible” durante la noche. “A veces, he tenido que esperar horas para que me recogiera uno”, detalla Nacho.

“Si vas con amigos, te pueden ayudar para entrar en un taxi normal, pero te tienen que coger, meter en el coche, guardar la silla – la suya pesa 40 kilos – y después ayudar a salir. No es la mejor opción, además de que pueden hacerme daño sin querer”, sigue narrando Nacho, que se resigna ante la dificultad que se encuentra en muchas ocasiones en este momento de la noche.

Valladolid avanza hacia la accesibilidad

Si bien han explicado ambos que son necesarios más bares y restaurantes adaptados, también reconocen que Valladolid ha avanzado mucho en materia de accesibilidad. Por un lado, en eventos como pueden ser las Ferias y Fiestas de la ciudad; y, por otro, en festivales, conciertos y citas multitudinarias como retransmisiones deportivas en la calle. Lugares adaptados para personas con movilidad reducida, barras bajas para poder pedir consumiciones o baños preparados para las personas con discapacidad.

Aunque, como ya han señalado Nacho y Víctor, “nunca es suficiente”. Por ejemplo, Nacho reclama que en festivales o conciertos en la Plaza Mayor, se habilite un espacio en la propia plaza, aunque señala que el balcón “es una gran oportunidad” para poder disfrutar de estos conciertos. Sin embargo, “si quieres tomar algo o estar con tus amigos, no puedes estar en la calle”.

Otro aspecto que tiene marcada la casilla de “necesita mejorar” es el de baños adaptados en bares y restaurantes. No siempre existen y, cuando están en los locales, a veces no “cumplen” del todo. Nacho recuerda que en ocasiones se ha encontrado baños para personas con discapacidad convertidos en almacén y cuando ha querido ir, los trabajadores han tenido que sacar todo de dentro. Otras, no tienen barras para poder apoyarse. Detalles que, como todo lo anterior, dificulta la plena accesibilidad para disfrutar del ocio nocturno.

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