La fundación BBK invertirá en 2025 100 millones de euros en Talgo y otras dos operaciones industriales sin concretar

La fundación BBK invertirá este año 100 millones de euros en tres operaciones empresariales que se encuentran en este momento en negociación. Entre ellas está la operación de compra de Talgo, en la que la antigua caja de ahorros participa en el consorcio vasco junto al Sidenor, Gobierno vasco, y la Vital, y a la que está previsto que aporte 45 millones de euros. No han concretado las otras dos. El objetivo de la BBK es que las inversiones empresariales tengan cada vez más peso en su estructura financiera y que en el plazo de diez años supongan más de 2.800 millones de euros, sin contar con la inversión en Kutxabank.
Antes, en cinco años, pretenden que los dividendos que obtengan de estas participaciones cubran en su totalidad el presupuesto de la Obra Social, sin contar con los dividendos del banco. Ahora estos beneficios al margen del banco cubren el 84%. El presidente de la fundación BBK, Xabier Sagredo, señala que el mayor accionista de Kutxabank, del que tiene el 57% del capital, es también el “principal inversor del Estado en empresas vascas” y que, en un momento de fuerte incertidumbre empresarial, la apuesta por el arraigo de la industria en Euskadi será una variable ascendente a lo largo de los próximos años.
En la actualidad la cartera de inversiones de la fundación BBK asciende a 1.100 millones de euros que complementan los 3.600 millones de euros que supone el 57% del banco Kutxabank, lo que suman 4.700 millones en activos totales. Es una cartera empresarial que se ha forjado en los diez años que cumple como fundación este 2025 y que quiere casi duplicar en la próxima década, para pasar a gestionar 7.000 millones de euros en 2035, de los que 2.800 millones provendrían de activos diferentes a Kutxabank, aumentando cada vez más sus inversiones en empresas estratégicas.
Actualmente, de los 1.100 millones que gestiona la entidad al margen de los activos distintos a Kutxabank, 600 millones estarían en esa cartera de empresas estratégicas, y 500 millones en la de diversificación, en activos de fácil recuperación, y donde se incluye el fondo de reserva de unos 240 millones de euros, con el que está obligado a contar BBK para poder mantener el 57% del capital de Kutxabank sin salir a Bolsa ni dar entrada a nuevos socios, y poder atender cualquier posible eventualidad del banco.
Esto 600 millones destinados a inversiones estratégicas -y que irán creciendo en cantidad en la próxima década- se reparten en empresas que, según ha resaltado Sagredo, “contribuyen a la creación de 15.000 empleos directos en sectores claves como la energía la tecnología o el transporte”. En concreto, las empresas participadas por BBK hasta la fecha son Iberdrola, donde, a nivel de grupo, -es decir, contando con la participación de Kutxabank-, BBK posee el 1,63% del capital social, pero la participación directa de la fundación estaría por debajo del 1%, una inversión de 263 millones.
En CAF, BBK dispone de una participación del 3% del capital social, mientras que a nivel grupo representa el 13,23%, tratándose del segundo mayor accionista de la compañía. También es el segundo mayor accionista de Gestamp, con una posición del 3% del capital social, el mismo porcentaje que tiene en Arteche. En Vidrala, ostenta el 1,04% del capital social; en Redeia, la fundación bancaria tiene una participación directa por debajo del 1%, alrededor de 20 millones. También participa, con un 8,73% del capital en APK2, el cuarto operador de parkings de rotación a nivel estatal que trasladó a Bilbao su sede social, fiscal y efectiva tras la inversión de BBK. Otras participaciones están en Oncomatryx, con el 2,82%; en BeGas, con un 0,84%; y en Herko, con un 5,68%.
Sagredo ha resaltado que la diversificación que puso en marcha la BBK después de decidir mantenerse como accionista mayoritario de Kutxabank “funciona” y la apuesta realizada ha dado sus “frutos”, ya que cuentan con “una de las carteras industriales más relevantes del Estado, la primera en inversión en empresas vascas”. “Una cartera balanceada en términos de rentabilidad, de riesgo, de impacto social y ambiental”, ha añadido. Ha resaltado que BBK no busca únicamente la rentabilidad económica de sus inversiones, sino también el impacto social, pero a la vez ha recordado que esta rentabilidad también contribuye a garantizar la Obra Social.
En este sentido, ha señalado que en cinco años, para 2030, BBK se ha marcado como objetivo lograr unos ingresos que, al margen de los dividendos de Kutxabank, superen el presupuesto destinado a la Obra Social. Este presupuesto es en la actualidad, de 52,1 millones y para ese año, se estima que sea como mínimo de 60 millones. El año pasado los ingresos se elevaron a 210 millones, de los que 33 millones fueron los derivados de sus inversiones empresariales, es decir, al margen de Kutxabank, con lo que cubren el 84% del presupuesto de Obra Social.
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