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Hyundai Bayon ‘mild hybrid’: para compradores racionales

El Hyundai Bayon proporciona amplitud interior y de carga en una carrocería muy compacta.

Pedro Urteaga

El Hyundai Bayon es de esos coches que van engrosando discretamente los datos de ventas del fabricante de que se trate sin ser unos superventas ni tampoco modelos poco demandados. De hecho, de los casi 65.000 coches entregados por la firma coreana en España durante 2024, alrededor de 5.000 los aportó el SUV más pequeño de su catálogo. Este fue, además, el quinto modelo más solicitado de Hyundai el año pasado.

La marca renovó recientemente el Bayon a fin de actualizar, especialmente, su aspecto exterior. Con respecto al modelo de 2021, son nuevos los paragolpes, la parrilla delantera, la luz diurna -que ahora recorre el capó de lado a lado, a base de unir sus tres tres segmentos individuales- y unos pilotos que, aunque tienen la misma forma visible, albergan una distribución de funciones diferente.

Cambia también el diseño de las llantas de aleación, de 16 y 17 pulgadas, y se estrenan cuatro colores de carrocería. En total suman nueve, con opción de pedir el techo en otro distinto al del resto del coche.

En el interior, las modificaciones son de menor calado, pero no irrelevantes. La pantalla del sistema multimedia pasa a ser siempre de 10,25 pulgadas (antes solo tenía este tamaño en algunas versiones) e incluye actualizaciones de software inalámbricas y los servicios de conectividad BlueLink de Hyundai, que suministran información sobre el estado del tráfico, la previsión meteorológica o la disponibilidad de aparcamientos, por ejemplo.

Por último, es novedad la iluminación interior mediante ledes y la posibilidad de pedir una de tipo ambiental con varios colores a elegir. Para la instrumentación sigue habiendo dos posibilidades, una tradicional de agujas para el acabado básico Klass y otra con pantalla de 10,25“ para las versiones Maxx y Tecno. En estas dos, el diseño de los menús es ligeramente distinto y presenta más posibilidades de personalización que antes.

La misma discreción con que contribuye a los registros de ventas ha hecho del Bayon un modelo muy bien considerado por esa fracción del público que no se deja confundir por cantos de sirena y atiende, cuando de comprar un coche se trata, a lo que dictan su cabeza y su bolsillo. No es el de Hyundai un vehículo que enamore a primera vista, ni que destaque por algo muy especial, pero hace todo bien y atesora todos los argumentos racionales que suele tener en cuenta el tipo de cliente al que hacemos referencia.

Sus 4,18 metros de longitud son compatibles, para empezar, con un espacio interior generoso en las plazas traseras, sobre todo para las piernas de quienes las ocupan. El volumen de maletero, de 411 litros, no es el top del segmento, pero desde luego figura entre los mejores. Además de amplio, el coche es funcional y cómodo, y su falta de detalles superfluos muestra que no está pensado para agradar a la galería.

La actualización realizada el año pasado no ha afectado a los motores disponibles en el Bayon. Se ofrecen una versión de gasolina de 1,2 litros de cilindrada y 80 caballos, a la que corresponde el distintivo ambiental C, y otra de hibridación ligera de 48 voltios, menor cilindrada (1.0) y 100 CV -la que hemos puesto a prueba nosotros- que ostenta la preciada etiqueta Eco.

Además de contar con más potencia, la variante mild hybrid permite reducir sensiblemente las cifras de consumo del modelo coreano. En la prueba de homologación WLTP consigue cerca de medio litro de ahorro con respecto a la versión de gasolina convencional: 5,2 frente a 5,7 litros/100 km.

En conducción real el gasto de combustible bordea los 6 litros/100 km, y cabe suponer -aunque no podemos afirmarlo de forma categórica al no haberlo conducido hasta el momento- que su hermano de gama se acercará a los 6,5, si no más porque la falta de potencia obliga muchas a veces a exprimir más las marchas e incrementa el consumo.

La potencia adecuada

Recordemos al respecto que el modelo de 80 CV lleva un cambio manual de cinco velocidades, mientras que el híbrido ligero de 48 V lo puede tener manual de seis marchas (solo acabado Klass) o automático de siete (Maxx y Tecno), como era nuestro caso.

El motor de 100 CV se muestra lo bastante potente como para mover con solvencia un coche que destaca por su ligereza, pues apenas pesa 1.200 kilos. La transmisión automática coopera adecuadamente para obtener siempre la respuesta necesaria, aunque el modo de conducción Eco provoca que el coche resulte más lento de la cuenta y vale más reservarlo para un uso muy tranquilo en ciudad.

Tanto el programa Normal como el Sport, más deportivo, aseguran una entrega de potencia que, a nuestro parecer, es más sólida y, a la larga, segura. Decimos esto último por el peligro que encierra la eventualidad de quedarse tirado a mitad de un adelantamiento, por ejemplo, debido solo a que pretendemos ser más eficientes, y sin conseguirlo además.

Las cualidades del Bayon brillarían con una luz más intensa si el precio al que han llegado últimamente los coches no desdibujara en exceso el balance. Por redondo y equilibrado que resulte el vehículo, y por mucho que la cabeza aconseje la compra, cómo no escuchar también al bolsillo, que protesta ante cifras que solo merecen el calificativo de desmesuradas para el poder adquisitivo de la mayoría.

Juzgue el lector qué le parece que un pequeño SUV de menos de 4,2 metros, muy correcto pero sin lujos y con apenas 80 caballos de potencia cueste casi 23.500 euros en acabado básico. Si nos inclinamos por la versión mild hybrid, que sin duda parece más aconsejable, parte de 25.200 euros en la misma terminación y supera los 29.000 en la más completa cuando se acompaña de cambio automático, y los 28.000 en caso de elegir el manual. Mejor no recordar tiempos más benignos en que por precios parecidos uno se compraba un cochazo.

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