Bolaños defiende limitar la acusación popular porque es “una feria de ultras con ganas de publicitarse”

El ministro de Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes, Félix Bolaños, ha defendido este miércoles la iniciativa del PSOE que pretende reformar la figura de la acusación popular. “Hay que regular la acusación popular en este momento es una feria de ultras con ganas de publicitarse”, ha afirmado en declaraciones a la prensa a su llegada al acto de inauguración del curso selectivo de la 63 promoción de acceso a la carrera fiscal. 

La reforma del PSOE pretende que la acusación popular en las causas judiciales quede adscrita a la fase de juicio oral y a la formulación inicial de la querella y no a la instrucción. El objetivo es que se acabe con “la filtración constante de las diligencias por parte de acusaciones con objetivos políticos y con los intentos abusivos de alargar y mediatizar un proceso judicial”, aseguraron fuentes socialistas, según publicó elDiario.es. El texto ha recibido críticas de los socios del Ejecutivo y de la oposición y ha soliviantado también a las asociaciones de jueces. 

Por otro lado, el titular de Justicia ha afirmado que “no existe ninguna prueba ni evidencia que acredite” lo que se dice en el auto del Tribunal Supremo que acuerda citar como investigado al fiscal general del Estado, Álvaro García Ortiz, en la causa por la filtración de un correo confidencial del empresario Alberto González Amador, pareja de Isabel Díaz Ayuso. Y ha añadido que está “convencido” que el alto tribunal acreditará que el máximo representante del Ministerio Público “cumplió su función, persiguió el delito y contó la verdad”.

Asimismo, Bolaños ha calificado de “esquizofrenia absoluta” la relación que el PP mantiene con Junts, pues han pasado de llamarles “terroristas y delincuentes” a “mendigar” todos los días que sus diputados apoyen a Alberto Núñez Feijóo. El ministro ha admitido que le “divierte” esta relación y que sería oportuno preguntar al PP qué le ha prometido a Junts para alcanzar la investidura de Feijóo tras una hipotética moción de censura.