Philippe Claudel: “El regreso de Trump es como si unos canallas sin educación estuvieran al frente de una gran potencia”

El escritor francés, durante la entrevista en la sede de la Fundación Tres Culturas en Sevilla.

Fermín Cabanillas

6 de abril de 2025 22:24 h

1

Philippe Claudel (Nancy, Francia, 1962) escribe de lo que ve, de lo que pasa en su entorno más cercano o en la sociedad mundial, y todo lo que percibe lo lleva al papel. Por eso, quizás, ha tardado nueve años en entregar a su editor El crepúsculo, una novela policíaca y con aires de fábula, que comenzó a esbozar en 2013 y cuyo manuscrito entregó en 2022.

Esta semana la ha presentado en la Fundación Tres Culturas, en Sevilla, donde ha dicho que, simplemente, su trabajo es “reflejo de lo que pasa, lo que se describe, el lugar y el tiempo” Y por eso precisamente tuvo una labor tan intensa de documentación y escritura, porque “en esos años se produjo un fenómeno muy interesante, muchos cambios, y algunos de ellos han modificado nuestro mundo”.

Claudel se toma con serenidad su faceta como escritor, con la perspectiva que le dan sus 63 años de vida y sus casi 20 libros publicados, y explica, desde esa tranquilidad, que su editor “nunca sabe sobre qué estoy escribiendo”. “Solo yo sabía que estaba escribiendo El crepúsculo, además de que mientras lo elaboraba estaba también con otros libros, pero proyectos como estos exigen una larga maduración”, confiesa el escritor francés.

Así, cuando cree que ha terminado un libro “lo leo, releo, y, cuando mi mujer lo ve, entonces es cuando lo sabe mi editor”. Claudel es fiel a su forma de escribir y vivir en muchos sentidos. Está casado desde hace 42 años con la misma mujer, y sigue viviendo en Dombasle-sur-Meurthe, donde nació, en las afueras de Nancy.

Un policía sin valores

La obra arranca con un crimen, lo que le sirve al escritor francés para llegar hasta lo más hondo del alma humana, muy a principios del siglo XX, en un lugar recóndito del Imperio. Allí ha situado a Nurio, un policía dominado y muy poco ético. Salvando las distancias, es un Torrente a la francesa, que se encarga de investigar el asesinato del viejo capellán de la ciudad en la que todos los protagonistas residen.

“Quería trabajar en un personaje que no era muy simpático, para demostrar que es posible tener como personaje principal a alguien sin valores”, todo ello contra la idea general de que “el escritor quiere conseguir la adhesión del lector, pero yo quería hacer un personaje mediocre, un ser que se cree muy inteligente, que cree que debería estar en funciones muy elevadas, y que está muy frustrado de estar ahí en ese pequeño pueblo”.

Así, para Nurio, el asesinato “es como una oportunidad de dar un nuevo impulso a su carrera”. “Está dispuesto a abdicar de cualquier modalidad de moral para llegar a sus fines y gustar a la gente, aunque es un hombre de poder que en algún momento olvida su deber, porque su espíritu está gobernado por sus impulsos sexuales”, relata el autor de El crepúsculo.

“Le Pen tiene que someterse a la justicia, como todos”

La charla con Philippe Claudel da también para reflexionar sobre la actualidad en su país, con temas como la condena a Marine Le Pen (cinco años de inhabilitación para cargos públicos y cuatro años de prisión y 100.000 euros de multa) en su punto de mira. “Yo ya estaba en España cuando salió la sentencia, pero sobre todo vivo en una democracia que se basa en la separación de poderes, y que contempla una serie de leyes a las que todos los ciudadanos y ciudadanas están sometidos sin excepción”, expresa el escritor y cineasta galo.

“Los jueces lo han estimado y decidido, después de un juicio que duró bastante tiempo, y han pronunciado esta sentencia, y si pensamos que está mal redactada se puede redactar otra, pero la señora Le Pen ha sido juzgada como cualquier otro ciudadano”, apostilla Claudel.

Reflexiona también sobre la actualidad mundial, con Donald Trump y sus polémicas decisiones: “Tras el inicio del segundo mandato de Trump es como si unos canallas sin educación hubiesen llegado a la cabeza de una gran potencia, y lanzaran una horda de atrocidades diciendo que ya no hacemos lo que se hacía antes”.

“Voy a cambiar la forma de hablar, voy a ser el chico malo que impone su punto de vista en el bar”, dice al hablar del presidente norteamericano, del que añade que “cada semana suelta una afirmación, otro proyecto de ley, otras cosas que simplemente nos dejan estupefactos”.

Etiquetas
stats