Muere Xosé Manuel Piñeiro, 'Superpiñeiro', rostro icónico de la verbena en la TVG

Xosé Manuel Piñeiro

Luís Pardo

22 de enero de 2025 10:58 h

Xosé Manuel Piñeiro (Allariz, 1957-Santiago de Compostela, 2025) fue uno de los rostros más icónicos de la TVG. Desde su salto a la fama con Supermartes, programa que presentó durante trece años, hasta Bamboleo, el mayor ejemplo de verbena televisiva. Abandonó el programa temporalmente en 2018, en el primero de los varios paréntesis a los que lo obligó el mieloma múltiple que padecía. La noticia de su fallecimiento, anoche, la ha anunciado en la mañana de este miércoles Galicia por Diante, el magazine matinal de la Radio Galega, la emisora pública donde también gozó de protagonismo.

El de Piñeiro es uno de los nombres a los que está ligado la imagen histórica de la TVG; el otro, sin duda, el de Xosé Ramón Gayoso, eterno presentador de Luar. “Gayoso y Piñeiro” o “Piñeiro y Gayoso” sintetizaban un estilo, una forma de entretenimiento que ha definido el carácter del canal público durante buena parte de sus cuatro décadas de vida.

“Dime que no eres gallega sin decirme que no eres gallega”, respondía durante la campaña de las elecciones americanas un usuario de la red social X al post de otra twittera que no creía posible que existiese un Supermartes. Porque para los crecidos en la Galicia de los 90, mucho antes de oír hablar de demócratas y republicanos, esa palabra representaba el concurso donde Piñeiro -desde entonces, también Súper- y el esqueleto Atilano monopolizaban la pantalla.

Era una época en la que los premios se daban en metálico, así que Piñeiro se paseaba entre el público con un fajo de billetes, que repartía entre los agraciados. Algunos de aquellos desafíos han quedado para siempre en la memoria colectiva, como aquella en la que los concursantes tenían que cantar mientras Atilano se lo permitiese: cuando desafinaban, hacía sonar su -también desafinada- trompeta. Todo un anticipo de los talent shows que décadas después llenarían las pantallas. Pero, sobre todo, se recuerda la última prueba, que combinaba conocimientos y strip-tease: una ronda de preguntas en la que, por cada fallo, el participante debía quitarse una prenda.

“Sólo faltaba yo”

El Supermartes duró hasta 2005, cuando el PP perdió la Xunta. El programa se consideraba uno de los símbolos televisivos del fraguismo y la búsqueda de una nueva imagen para TVG se lo llevó por delante. Pero no a Piñeiro, que regresó, primero animando las fiestas para mayores de la vicepresidencia nacionalista de su paisano Anxo Quintana; después con un nuevo espacio en las tardes de lunes a viernes, Acompáñenos, dirigido a ese mismo público. “¿Cambio? ¡Pero qué cambio, si el único que faltaba era yo!”, ironizaría en El País, recordando que el bipartito no había tocado ni a Gayoso ni a Os Tonechos, el dúo cómico de Roberto Vilar y Víctor Fábregas.

Con la vuelta del PP, este licenciado en Filosofía y Ciencias de la Educación no tardó en regresar al prime time. Si los viernes eran de Gayoso, él se quedó las noches de los sábados con su Bamboleo, el programa con el que la verbena tomó la pantalla desde 2011. 

Pero la presencia de Piñeiro no se quedaba ahí: era el rostro de galas y programas especiales, ejercía de jurado en el Recantos de Luar, tenía su propio programa en la Radio Galega, Sesión Vermú, y escribía en La Región y Atlántico Diario. Y cantaba, no sólo sobre el escenario de sus programas. 

Gracias a la “parroquia”

Llegó a editar varios discos. Uno de ellos, con su autobiografía, De Piñeiro a Superpiñeiro, que incluye, según la sinopsis, “Anécdotas de monaguillo, apuros de estudiante, cuentos de camerino, secretos de grabación, sustos del directo, encuentros con los famosos, aptitudes culinarias, competencia doméstica…”.

En noviembre de 2018, el cáncer le obligó a hacer su primer paréntesis. Regresó emocionado en Luar, diez meses después, cantando un popurrí de Juan Pardo y recibiendo la felicitación, vía telefónica, de alguien con quien compartió inicios -y piso- en Santiago: Boris Izaguirre. 

En 2020, la Xunta le concedía la Medalla Castelao. Aquel día, agradeció a la TVG, su “parroquia”, haberle permitido entrar en los hogares de toda Galicia.

Desde entonces y hasta el desenlace final, su presencia en televisión se fue haciendo cada vez más intermitente. Tras conocerse su muerte, las muestras de condolencia se han multiplicado. El presidente de la Xunta, Alfonso Rueda, habla de un “inolvidable” Piñeiro al que la líder de la oposición, Ana Pontón (BNG) considera un “referente”. Con él, se va una época, aunque el estilo que ayudó a implantar sigue impregnando la pantalla de la televisión autonómica.

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