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Todos los domingos, en el boletín ‘Política para supervivientes’, algunas de las historias de política nacional que han ocurrido en la semana con las dosis mínimas de autoplagio. Y otros asuntos más de importancia discutible.

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Los periodistas esperan a Koldo García el día de su declaración en el Tribunal Supremo en diciembre.

Iñigo Sáenz de Ugarte

16 de febrero de 2025 08:55 h

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Hace una semana, escribía aquí sobre la aparición estelar de Víctor de Aldama en el programa de Iker Jiménez. No era por meterme en el campo de la crítica televisiva. A fin de cuentas, el Partido Popular ha incorporado a su discurso político las denuncias del comisionista imputado por varios delitos como si fueran hechos incuestionables. Eso incluye dar carta de credibilidad a la acusación por Aldama sobre un piso con “señoritas” (guiño, guiño) por el que aparecieron el exministro Ábalos y el ministro Torres y unas cuantas cosas más. Lo que dice Aldama va a misa, según el PP, que nunca deja de comulgar en estos actos.

No pensaba insistir en lo mismo, pero el Tribunal Supremo ha dejado la bola botando en el área pequeña y no me queda más remedio que empujarla a la red. El magistrado Leopoldo Puente, que instruye el caso Ábalos, tenía que responder a la petición de un empresario de querellarse contra Aldama por acusarle de entregar sobornos a cambio de obras públicas. Puente le ha dicho que no es necesario darse tanta prisa. En un auto, afirma que esas imputaciones “descansan en este momento únicamente en afirmaciones, no mínimamente contrastadas, inhábiles para reputarse indicios sólidos”. Aldama le dijo a Jiménez que ya había presentado muchísimas pruebas –afirmó lo mismo en una entrevista en la COPE–. La realidad es que el juez comunica ahora que no hay más pruebas que la palabra de Aldama. Los indicios no son sólidos y las afirmaciones no están contrastadas por nada.

El juez también escribe algo que es bastante lógico. Hay que entender los comentarios de Aldama como parte de su derecho a la defensa. “Aspira seguramente a obtener alguna clase de beneficio penológico vinculado a la eventual aplicación de la circunstancia atenuante analógica de confesión”. Hay que ver cómo escriben los jueces. Traducido a lengua romance, quiere decir que Aldama, como cualquier acusado, aspira a salir beneficiado en el caso de que sea declarado culpable y que se tenga en cuenta su colaboración con la justicia. Evidentemente, puede ser que esté mintiendo. El juez no lo sabe todavía a la espera de recibir pruebas. 

Después de que Aldama declarara ante el juez que había pagado sobornos a varios dirigentes socialistas, Alberto Núñez Feijóo anunció que no había que esperar más. Pedro Sánchez tenía que dimitir. “Lo que haría cualquier persona con decencia es dimitir, marcharse y dejar en paz a los españoles”, dijo en el Congreso. Animó a los socios del Gobierno a que se unieran a él en una moción de censura que por lo demás no está dispuesto a presentar. “Ya solo es el número uno de esta trama. No lo digo yo, lo dice el sumario”. Más que el sumario, lo decía Aldama en la misma parte de su declaración que el juez del Supremo afirma que no es para tanto, porque no está mínimamente contrastada.

La semana ha tenido varios momentos judiciales de esos que dejan huella. Hubo uno especialmente cómico. Los grupos ultras que integran la acusación popular en la investigación de Begoña Gómez se dirigieron al juez Peinado para pedirle que se tapara un poco. Que no se deje llevar por la pasión de atacar a Moncloa. Está muy bien todo eso, pero tiene que fingir que es el juez instructor que busca pruebas sin prejuicios. Había ordenado la imputación de la asistente de Gómez en Moncloa sin haberla argumentado. A las acusaciones les parecía muy bien, pero, claro, tienes que explicar las razones. No puede ser que lo hagas porque te sale de la toga. Más teniendo en cuenta que estás imputando a una persona a la que has llamado a declarar antes como testigo, una práctica muy habitual con ese juez.

No es que le estén dando clases –Peinado ya debería saber algo de Derecho a su edad–, sino que les preocupa que la Audiencia Provincial anule la decisión o suponga un posible motivo de nulidad de la causa que la defensa podría aprovechar. Que es como decir: a ver, Peinado, ponte las pilas no sea que tus chapuzas permitan librarse a Gómez. 

En otro campo de batalla judicial, hay tantos que es fácil perderse, el fiscal general ha reaccionado indignado porque la Guardia Civil ha enviado al Tribunal Supremo miles de datos “absolutamente innecesarios” sobre su teléfono. Toda esa documentación ha sido entregada por el juez a las partes personadas en la instrucción. Incluye datos personales sobre él, la ex fiscal general Dolores Delgado y otras personas.

No debería sorprendernos. Se está investigando al fiscal general con las mismas armas que se dirigen contra un narcotraficante o un terrorista. Todo porque se le ocurrió desmentir el bulo lanzado por Miguel Ángel Rodríguez. El jefe de gabinete de Isabel Díaz Ayuso quería denunciar una gran conspiración contra el novio después de que este reconociera al fiscal que había cometido dos delitos fiscales. La intromisión en la privacidad de García Ortiz y de un montón de personas es fácil de interpretar. Si no dimites, vas a sufrir lo que no está escrito.

Trump es un peligro para Europa

Francamente, con aliados como Donald Trump no necesitas enemigos. El presidente de EEUU ha confirmado en menos de un mes que las alianzas que su país ha mantenido durante décadas no le interesan nada. O no son una prioridad, ya que hay cosas más importantes. Eso es un problema en Europa, donde sus dirigentes no hacen más que presumir de su relación especial, permanente o amistosa con Washington. Después de conformarse con no armar mucho ruido para no provocar a la bestia, al final se han tenido que rendir a la evidencia. Tienen un problema grave y no saben cuál es la solución.

Esta semana, Trump ha firmado la orden por la que EEUU impondrá aranceles prácticamente a todos sus socios comerciales, empezando por los países europeos. Es el fin de una era que ha durado 75 años desde que Washington decidió que el libre comercio era la opción que favorecía a sus intereses, además de a sus principales aliados. Más grave fue el anuncio de Trump de que había hablado con Putin para iniciar un proceso de negociaciones con el que poner fin a la guerra en Ucrania. Eso tendría consecuencias indudablemente positivas para todos, pero importa más ahora mismo saber si eso supondrá dejar tirados a los ucranianos. La posición de entrada del Gobierno de Trump es que la idea de que Ucrania pueda formar parte de la OTAN y de que recupere sus territorios que ahora ocupa Rusia no es realista.

He escrito un largo artículo sobre este momento que es inédito en la historia de las relaciones entre EEUU y Europa desde 1945. Para entenderlo, quizá convenga recordar los tiempos del imperialismo británico en el siglo XIX, cuando Inglaterra comunicó a todos los demás países que no tenía “aliados eternos” ni “enemigos perpetuos”, sólo sus propios intereses.

A ver cómo aumentas el gasto militar porque te lo exige un aliado que en realidad te está amenazando todos los días. 

La foto y la estafa

Este es uno de los pasillos de la residencia de Los Olivos, donde vive el presidente de Argentina. Javier Milei ha situado en sus paredes varias portadas de revistas como Time o The Economist dedicadas a él. Pero lo que es de traca es ese cuadro que aparece a la derecha. Milei, caracterizado como Wolverine, el personaje de las películas de 'X Men'. No vamos a entrar en el buen o mal gusto, ya que el kitsch cuenta con sus partidarios. Pero ese ego distorsionado que hace que un político se crea algo parecido a un superhéroe de película de Hollywood es tan perturbador que sólo un psiquiatra podría establecer un diagnóstico preciso.

Un psicoanalista argentino no sería suficiente. Probablemente, acabaría por pegarse un tiro.

Algo así estarán pensando los que han perdido su dinero por una supuesta criptomoneda que fue promocionada por Milei desde su cuenta de Twitter. En realidad, todo tiene aspecto de ser una estafa en la que los promotores lanzaron el producto y se retiraron con los beneficios después de que miles de incautos mordieran el anzuelo. Muchos de ellos lo hicieron por la recomendación entusiasta de Milei. El presidente mantuvo fijado el tuit durante seis horas y luego lo borró diciendo que “no estaba interiorizado de los pormenores del proyecto”. 

La oposición quiere que el Congreso investigue el fraude y la responsabilidad de Milei. “Ser presidente no es jugar a ser tuitero; gobernar no es un chiste y el país no es una timba”, dijo la senadora Guadalupe Tagliaferri, del partido conservador PRO, aliado de Milei. Otros fueron más duros. “Milei involucrado directamente en un fraude criptográfico. Ha traspasado todos los límites morales, esto que postea está hecho para robar. Ya no puede dudarse: causal de juicio político”, escribió el economista liberal Carlos Maslatón varias horas antes de que Milei borrara el tuit. 

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