Siete mujeres que brillan con luz propia en la gastronomía de Gran Canaria

Javier Suárez

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En lo que ya viene siendo una tradición durante los años anteriores en Por Fogones de Canarias Ahora, con motivo de este 8 de marzo les presentamos a varias mujeres que forman parte de la gastronomía de Gran Canaria mucho más allá de la cocina.

Najwa William

Copropietaria de Allende junto a su pareja de vida y socio de profesión, Jesús Blanca. Una profesional de la hostelería y la restauración que desde un pequeño local ubicado en la zona Puerto Canteras como fue el Allende original ha ido creciendo paso a paso, con tropezones incluidos como le gusta decir a ella pero con un objetivo claro, ser feliz con su profesión y transmitirla a su familia Allende y a los comensales que los eligen en cualquiera de sus restaurantes o taller para comer en casa.

Para alguien que no te conoce, ¿cómo te presentarías?

Soy una persona con inquietudes, observo la sociedad en la que vivo. Me considero una mujer dinámica, creativa, y según las personas que me conocen, sincera, honesta y comprensiva. Cuando veo una  injusticia, no puedo quedarme impasible.

¿Tienes la sensación de que la sociedad está cambiando o los males del machismo en tu sector están muy enquistados? ¿Ante qué te has plantado y por dónde no piensas dejar pasar ni una más?

Como bien sabes, hay situaciones que cuesta mucho cambiar pero soy bastante positiva, porque en pocos años hemos evolucionado mucho. Al final la educación consigue cambiar las cosas y solo hay que tener paciencia. 

Pero en la parte empresarial, he visto como siempre que ha estado mi marido presente, se han dirigido primero a él y han pensado que yo soy “la esposa del empresario”. Eso sí, no me ha hecho falta alzar la voz ni ofenderme porque en pocos segundos  muchos de ellos se han dado cuenta de su error.

¿De qué te sientes más satisfecha en tu trayectoria profesional a día de hoy?

Me siento satisfecha de que todo lo que he conseguido ha sido sin renunciar a mis principios y sin hacer daño a nadie. Que lo mucho o lo poco, ha sido con el apoyo de todas las personas que han trabajado con nosotros, que han sabido compartir la ilusión y esa sinceridad y honestidad. 

Hemos construido una gran familia Allende, en la que todos sienten esa filosofía, una empresa que es más que un negocio. 

A veces solo se ve  a la empresa como un ente, sin valorar las personas que hay detrás,  la responsabilidad que se asume, la gran mochila que se lleva a la espalda al tener trabajadores y querer tenerlo todo bien hilado para no fallar nunca aunque las cosas vengan mal.

Siempre digo que se sabe cómo son las personas cuando se enfrentan a problemas y siguen manteniendo sus valores.

¿Qué sueños te quedan por cumplir en tu objetivo profesional?

¡¡Ideas quedan miles…!! Desde hace mucho tiempo en Allende hemos marcado una tendencia en muchos aspectos. Hemos ayudado a transformar nuestra gastronomía y el concepto de local, apostando por un estilo de vida y priorizando la interacción social .

Pero sueño con terminar varios conceptos totalmente diferentes que tengo en mi mente desde hace años y que aportarán un cambio importante en la transformación del entorno y en la forma de disfrutar de la gastronomía. Generarán además otro tipo de empleos, involucrando a todo el equipo, para que vean que también ellos pueden soñar, ya que  son parte de un equipo que comparte una vida .

Sueño también con que nuestro sector y nuestra diversidad sea un orgullo y un valor añadido para las personas que residimos en la isla y para las que nos visitan.

¿Qué le dirías hoy a la niña que eras ayer?

¡¡Que todavía no se vaya por favor!!

Aunque permíteme corregirte, Javier, (risas), la pregunta perfecta sería ¿qué me dice esa niña que sigue dentro?…

Que haga lo que haga, no deje de hacerme sonreír ni soñar.

Cris Arteaga

Propietaria de Llévame al Huerto, un local donde la cocina saludable con alma latina y productos canarios protagonizan su propuesta. Creadora de contenidos en redes sociales, cocinera, madre y esposa, su vida siempre la lleva con una sonrisa por delante con su Colombia natal por bandera.

Para alguien que no te conoce, ¿cómo te presentarías?

Soy una amante incansable de la cocina y la nutrición, una exploradora de sabores y texturas. Me apasiona trabajar con ingredientes frescos, ecológicos a ser posibles, locales y a poder ser cultivados con mis propias manos, desde mis aromáticas hasta mis hortalizas y espero que en un futuro no muy lejano frutas de varios tipos. Pero, sobre todo, soy una persona que cree en una cocina real, saludable y con identidad propia. Además, soy mamá de tres hijos, y gracias al apoyo de mi pareja he podido seguir regentando un restaurante que no es solo mi trabajo, sino una extensión de mi esencia y mi forma de entender la vida.

¿Tienes la sensación de que la sociedad está cambiando o los males del machismo en tu sector están muy enquistados? ¿Ante qué te has plantado y por dónde no piensas dejar pasar ni una más?

La sociedad está cambiando, pero no al ritmo que me gustaría. La cocina en la restauración ha estado históricamente dominada por hombres, y todavía existen prejuicios sobre la capacidad de las mujeres en este sector, sobre todo cuando conciliamos nuestra vida personal con una profesión tan exigente. He tenido que plantarme ante comentarios del tipo “¿cómo puedes llevar un restaurante y ser madre a la vez?” como si fuera una locura. Y algunas veces lo es, pero ahí seguimos luchando por mejorar y mantenernos. 

¿De qué te sientes más satisfecha en tu trayectoria profesional a día de hoy?

De haber logrado que mi pasión por la cocina sea mi forma de vida. No solo por tener un restaurante, sino por haber creado un concepto gastronómico que refleja mi forma de ver la alimentación: consciente, saludable y llena de matices. Me llena saber que, a través de mis platos, puedo transmitir mis raíces, mezcladas con mis experiencias de vida y con mis emociones, cuidar la salud de mis clientes y sorprenderlos con combinaciones únicas. También me enorgullece haber seguido creciendo y aprendiendo cada día, sin dejarme vencer por los obstáculos.

¿Qué sueños te quedan por cumplir en tu objetivo profesional?

Muchos. La cocina es un mundo infinito, y siempre hay algo nuevo por descubrir. Me gustaría seguir explorando ingredientes autóctonos, aprender más sobre técnicas profesionales actuales y tradicionales y quizás, en el futuro, escribir un libro donde pueda plasmar mi visión de la gastronomía. También sueño con hacer crecer mi restaurante sin perder la esencia que lo hace especial, creando un espacio donde la gente no solo venga a comer, sino a vivir una experiencia sensorial completa.

5- ¿Qué le dirías hoy a la niña que eras ayer?

Le diría que siga soñando y experimentando con los sabores sin miedo. Que no escuche a quienes le digan que la cocina es solo un pasatiempo o que hay caminos más fáciles. Que su intuición es su mejor herramienta y que aunque habrá momentos de dudas y cansancio, el amor por lo que hace será siempre su mayor motor. También le diría que un día encontrará un equilibrio entre su familia y su pasión, y que eso la hará más fuerte y la hará muy feliz.

Ivonne González Cuevas

Jefa de cocina y copropietaria del que para muchos es el mejor restaurante mexicano de la isla, La Mexicana Vecindario. Ivonne es México puro en el corazón y eso lo transmite en cada conversación que mantengas con ella.

Para alguien que no te conoce, ¿cómo te presentarías?

Nací en la Ciudad de México. Ahí me desempeñaba como ejecutivo de cuenta de una empresa de reclutamiento y selección de personal, algo totalmente alejado a lo que me dediqué después.

Tuve un accidente hace 20 años. En medio de un fuego cruzado, una bala me alcanzó y perdí el 90% de mi mano izquierda. Después de muchas cirugías y rehabilitación nos fuimos de México. 

Y por diversas circunstancias vivimos en China durante 5 años con mis 3 hijos y mi ex marido. Ahí me divorcié y decidí buscar trabajo para salir adelante por mis propios medios y sola. 

Empecé a trabajar con una chica mexicana, llevaba la contabilidad y administración de su negocio de catering de comida mexicana. 

Un día los empleados que le ayudaban se marcharon y me ofrecí a ayudar con la elaboración de la comida. Ella me enseñó y aprendí a ganarme la vida en esta apasionante profesión. 

En Shanghai trabajé en un restaurante mexicano y un día fue Ángel a comer ahí, por casualidad salí de la cocina, lo miré y le pregunté (hablas español), de ahí en adelante nos fuimos conociendo y gracias a él estoy aquí. (Ángel es su pareja de vida y socio en La Mexicana Vecindario)

¿Tienes la sensación de que la sociedad está cambiando o los males del machismo en tu sector están muy enquistados? ¿Ante qué te has plantado y por dónde no piensas dejar pasar ni una más?

Creo que en nuestro sector cada vez hay más hombres y menos mujeres reconocidas. Cuando hablo con otras mujeres siempre decimos que algo raro pasa y yo sinceramente no sé cómo interpretarlo. Y tampoco es algo que me quite el sueño pero la diferencia salta a la vista cuando ves los premios y reconocimientos. 

Es entonces cuando piensas que el verdadero valor y el reconocimiento lo obtengo de mi gente, por el trabajo y el esfuerzo que supone estar cada día entre fogones. 

¿De qué te sientes más satisfecha en tu trayectoria profesional a día de hoy?

Mi mayor satisfacción es dar a conocer la auténtica gastronomía de mi país, que vengan mexicanos y gente que ha viajado a México y me digan “Gracias por devolverme a México”. 

Qué sueños te quedan por cumplir en tu objetivo profesional?

Huy.. A mis 57 años.. Lo que quiero es seguir dando lo mejor de mi para que la gente pueda seguir disfrutando retirarme dentro de unos años con la satisfacción de haber dejado una pequeña huella en el camino. 

¿Qué le dirías hoy a la niña que eras ayer?

Tu vida depende de ti, tú puedes hacer lo que te propongas, da igual lo que te pase en el camino. 

Si te caes, te levantas, te sacudes y sigue adelante, sin mirar atrás. 

Lo malo que te suceda, cógelo y que te sirva de experiencia. Lo que no te mata te hace más fuerte.

Jennise Ferrari

Una de las cocineras con más prestigio en guías gastronómicas en la isla de Gran Canaria. Alguien que trabaja para vivir y a la que le gusta disfrutar de una buena mesa tanto como cocinar un gran plato.

Para alguien que no te conoce, ¿cómo te presentarías?

Como en mi perfil de Instagram : Jen Ferrari, empresaria / cocinera. 

Del mundo con Venezuela en el corazón y feliz en Gran Canaria.

¿Tienes la sensación de que la sociedad está cambiando o los males del machismo en tu sector están muy enquistados? ¿Ante qué te has plantado y por dónde no piensas dejar pasar ni una más?

Siento que en mi sector la presencia femenina no ha sido más equilibrada por el convenio laboral, por la biología cuando decides ser madre y los paradigmas de quienes llevan los hogares pero jamás por la capacidad profesional o productiva. Actualmente llevamos la cocina del Qué Leche tres mujeres maduras con más tiempo para ausentarnos a horas familiares. Nunca he sido víctima del machismo porque tuve la suerte de crecer entre mujeres empoderadas y jamás me he sentido menos, pero como en todos los ámbitos profesionales debes demostrar con respeto y responsabilidad tu capacidad no es cuestión de género, ni para lo bueno ni para lo malo. Al inicio por falta de comunicación fui encasillada como la pastelera ( que me parece maravilloso) o nunca como protagonista estando en mi anterior sociedad con un hombre cocinero, pero con el tiempo pude ser reconocida como creadora  y cocinera de profesión. 

Es cierto que en las escuelas de cocina pude ver más mujeres que en el campo laboral.

¿De qué te sientes más satisfecha en tu trayectoria profesional a día de hoy?. 

Ver la evolución de mi proyecto actual por 10 años. Todo el aprendizaje del día a día, formar equipos maravillosos, conocer a mis clientes, hacer una gran familia con otros colegas de profesión, sentirme como en casa en la isla. 

¿Qué sueños te quedan por cumplir en tu objetivo profesional?

Crecer empresarialmente con algún otro proyecto pero distinto al Qué Leche. Seguir aprendiendo técnicas, descubriendo productos y disfrutando platos, míos o de mis compañeros porque a mí me encanta comer, viajar y conocer.

¿Qué le dirías hoy a la niña que eras ayer?

Que la vida no es perfecta ni finita pero aquí está la diversión. Sería muy aburrida y plana. Que siga cultivando la valentía, el coraje, amor propio, pasión y autenticidad. El resto vendrá solo.

Valeria Rivas

La mujer más joven del artículo, una de las grandes sorpresas y un auténtico descubrimiento liderando la sala del Restaurante Verode, quizás la apertura más fulgurante y exitosa de la capital en los últimos meses.

Para alguien que no te conoce, ¿cómo te presentarías?

Soy una chica bastante alegre, intensa y llena de energía. Me encanta intentar impregnar de esta energía positiva a la gente que pasa un ratito conmigo. Sé que tengo a la vez un carácter fuerte y que me ha hecho convertirme en el aspecto laboral en una chica bastante perfeccionista y competitiva conmigo misma porque adoro mi trabajo y me gusta que el cliente que elige el sitio donde yo trabaje se siente bien.

¿Tienes la sensación de que la sociedad está cambiando o los males del machismo en tu sector están muy enquistados? ¿Ante qué te has plantado y por dónde no piensas dejar pasar ni una más?

He tenido la oportunidad en estos últimos años de formar parte de equipos donde me he sentido muy a gusto y me han hecho sentir parte del equipo escuchando y valorando mi opinión como cualquier otra. Esto me ha hecho crecer a nivel profesional porque si miro hacia atrás he tenido la suerte/handicap, según como lo mires, de ser la más joven en cada casa que he estado. Pero si bien ahora en Verode me siento validada aunque sea la más joven en sala (recordemos que es la jefa de sala en Verode y lo clava), en otros lugares no me he sentido tan bien tratada porque o bien no se me dejaba opinar por ser la más joven o no se tenía en cuenta la opinión que daba por prejuicios arcaicos en cuanto a años de experiencia o formación. Pero reitero, me quedo con mis últimos años de profesión donde esto no ha pasado, me he sentido realizada y de ahí mi crecimiento pero también tengo claro que no dejaría jamás que volviera a pasar y como jefa de sala no permitiré que le pase a ningún otro compañero/a que tenga conmigo.

¿De qué te sientes más satisfecha en tu trayectoria profesional a día de hoy?

Me siento orgullosa de encontrar la hostelería que amo y mi puesto en ella. Empecé en discotecas en el mundo de la noche con 19 años y fui aprendiendo en hoteles o barras de discotecas con la incertidumbre de cómo me vería en el futuro. Hoy eso ha pasado y puedo confirmar que esto es lo que me gusta y me realiza porque aunque me guste como persona el tener una rutina definida, en un restaurante se juega a la rutina por un lado pero a la emoción de que cada día es diferente gracias a los clientes que entran y salen de tus mesas con caracteres y culturas diferentes. Diría que me siento orgullosa y feliz de haberme asentado en la hostelería y que no fuera una profesión de paso, sino la mía.

¿Qué sueños te quedan por cumplir en tu objetivo profesional?

Me quedan millones de sueños por cumplir porque no paro quieta y mi mente no deja de soñar. Me encanta que mi equipo y yo destaquemos por el buen trabajo que realizamos día a día, intentando ser mejores en cada servicio. Si hablamos de mí en particular, tengo claro que tengo todo el camino por delante, aún soy una joven de 24 años con miles de cosas y compañeros por aprender. A corto plato te diría que tengo que adentrarme y formarme en el mundo de los vinos, algo imprescindible para un puesto como el mío.

¿Qué le dirías hoy a la niña que eras ayer?

A la niña que yo era ayer le diría que se deje llevar, pequé mucho de sentimiento de culpabilidad juzgándome por la carrera que estaba escogiendo por el simple hecho de que para muchos jóvenes de mi generación tomaba de paso y hubo momentos en el que dudé de mi capacidad y hasta de mi convencimiento porque no vi cuanto amo mi profesión. Es un trabajo que me ha enriquecido mucho a nivel profesional y personal porque me ha permitido dar rienda a lo que creo es mi mejor cualidad personal, casi un don, que es el conectar y comunicar con la gente. Con los años me quité los prejuicios y dije que este es mi lugar y soy feliz con ello, por eso le diría a esa niña que siga su instinto, su corazón y sus sueños porque ellos le ayudarán a ser feliz y una mujer realizada el día de mañana.

Francesca Hunt

Italiana de nacimiento y grancanaria de adopción, tras algunos años en la isla se animó a emprender junto a su pareja Marco Nardini el proyecto Berro Bistrot, quizás la casa de toda Canarias que da forma con una manera más original, creativa y sabrosa a la cocina vegetariana 100%.

Para alguien que no te conoce, ¿cómo te presentarías?

Sin duda alguna me presentaría como una mujer tenaz, que necesita estímulos constantes y apasionada por su trabajo. Pero también como una persona sensible, y a veces frágil, aunque mis fragilidades me han ayudado a superar mis miedos.

¿Tienes la sensación de que la sociedad está cambiando o los males del machismo en tu sector están muy enquistados? ¿Ante qué te has plantado y por dónde no piensas dejar pasar ni una más?

Creo que está cambiando y mejorando, aunque en el sector de la restauración sigue habiendo una gran presencia masculina, a pesar de que la cocina ha estado desde siempre en manos de las mujeres tanto en las casas como en multitud de casas de comidas por todo el planeta.

¿De qué te sientes más satisfecha en tu trayectoria profesional a día de hoy?

Sin duda alguna de poder compaginar el ser madre y emprendedora al mismo tiempo es lo que más me satisface. Además, ver que mi trabajo está dando buenos resultados me hace sentir bien. No es fácil, porque conciliar ambas cosas a veces es muy estresante, pero, como dije antes, soy tenaz y no me rindo.

¿Qué sueños te quedan por cumplir en tu objetivo profesional?

No te voy a mentir, estoy en el camino pero trabajando la cocina vegetal de la manera que lo hago sueño con alcanzar un mayor éxito como cocinera y quien sabe, no te negaré que también me gustaría tener algún reconocimiento para el trabajo que hacemos en Berro Bistrot.

¿Qué le dirías hoy a la niña que eras ayer?

Le diría: “Mira lo que hemos creado, mira hasta dónde hemos llegado. ¡Debemos estar orgullosas de nosotras!”

Cristina Monge

Este viaje por la gastronomía con nombre de mujer en Gran Canaria lo voy a terminar con alguien que hace muy poco ha apagado sus fogones, Cristina Monge. En Borneo, primero en Maspalomas y después en la capital, nos mostró lo mejor de la cocina filipina tradicional, la que aprendió a comer en su casa (madre filipina) y con la que sedujo a centenares de comensales durante los casi 15 años que mantuvo su negocio abierto. Tras decidir cerrar este año 2025 cansada de luchar como autónoma en un sector tremendamente castigado las trabas actuales en forma de impuestos, situación burocrática, personal profesional y costes, los que tuvimos la suerte de conocer su cocina soñamos con el día que se vuelva a poner al frente de unos fogones donde hacernos felices de nuevo.

Para alguien que no te conoce, ¿cómo te presentarías?

Creo que no me suelo plantear demasiado nada a la hora de presentarme, pero diría simplemente que soy Cristina, cocinera de una casa filipina en la que hago honor a los platos de mi familia, que son con los que he crecido.

¿Tienes la sensación de que la sociedad está cambiando o los males del machismo en tu sector están muy enquistados? ¿Ante qué te has plantado y por dónde no piensas dejar pasar ni una más?

Ciertamente la sociedad está cambiando y a la mujer se nos tiene más presente en el sector, pero aparte de ser menos en proporción a los hombres, a veces me da la sensación de que todo es un poco forzado. Afortunadamente no me he visto en demasiadas situaciones incómodas, pero sí que alguna vez he hecho volver a algún proveedor que preguntaba directamente por el dueño o el responsable, no teniendo en cuenta que el metro y medio que tenía delante podía ser la dueña, (risas). Bueno, he de decir que a uno lo hice volver tres veces, porque le comentaba que el dueño no estaba (más risas). Pero en ámbitos generales siempre me he sentido

muy respetada por todo el sector.

¿De qué te sientes más satisfecha en tu trayectoria profesional a día de hoy?

De haberme sido fiel a mí misma de principio a fin

¿Qué sueños te quedan por cumplir en tu objetivo profesional?

Poder viajar más para poder seguir creando, para ampliar mi pequeña biblioteca de sabores a recordar y con los que poder emocionarme. No se, yo vivo un sueño continuo, trabajo en aquello que me gusta y me apasiona, eso es un sueño para cualquiera y no todos tienen la fortuna de vivirlo.

¿Qué le dirías hoy a la niña que eras ayer?

Que siga igual de cabezota que siempre, porque vale la pena confiar en uno mismo, que llorar es sano y necesario, tirar la toalla también vale la pena hacerlo cuando sientes que ya no puedes más. Pero sobre todo no dejar de tener nunca esos miedos que siempre nos acompañan, porque esos sonlos que ayudan a crecer.

Y aunque este podría ser el fin del reportaje, no será así, porque como les dije en la descripción de Cristina, ella acaba de cerrar su negocio, Borneo Las Palmas, tras casi 15 años abierto. Es por eso por lo que quise profundizar un poquito más y aunque dudó si hacerlo, lo aceptó y creo que esta parte es bastante interesante de leer porque nos servirá a todos para reflexionar. 

¿Cómo ha sido para ti el apagar los fogones tras tantos años al frente de tu negocio?

Muy duro y reconfortante a la vez. Es difícil de explicar porque mi cocina fue mi refugio durante todos esos años, fue más casa que mi propia casa por así decirlo. Pero apagué los fogones con la propuesta gastronómica que siempre quise tener y eso me hace sentir muy orgullosa de cada paso que di a pesar de lo duro que fue en muchos momentos. 

Es bonito echar la vista atrás y tener miles de recuerdos bonitos, de conocer a gente increíble, de cocinar mi casa, de cómo muchísimas personas confiaron en mí y en mi equipo…Así que a pesar de los momentos duros, solo puedo dar las gracias a todos los que confiaron en Borneo

Se habla de apoyo y visibilidad a la mujer, en tu caso además confluyen que eres empresaria y cocinera, ¿crees que el sistema apoya a la mujer a la hora de emprender?

Si considero que se está apoyando más a la mujer, sobre todo a la hora de tener más visibilidad pero a mi parecer sigue sin haber una consciencia real de las responsabilidades que las mujeres llevamos en ámbitos generales y que hacen que nuestro crecimiento a nivel laboral luego sea más difícil, como pueden ser las tareas del hogar o la maternidad.

Si pudieras dar marcha atrás al reloj del tiempo, ¿repetirías los pasos, errores incluidos?. 

¡Por supuesto! Estoy segurísima que aun sabiendo que pasaría en cada momento volvería a meter la pata una y mil veces. Encima me entraría subidón porque cada paso fue importante para ahora poder contar y tener mi propia historia.

¿Qué le dirías a una joven que quiera emprender como cocinera o profesional de la hostelería a día de hoy?

Que no es fácil, porque ser autónomo en España es muy complicado. Pero eso no es nada nuevo, así que si lo hace, que vaya a por todas y si ese proyecto no sale, siempre llegan otros.

¿Con qué te quedas tras el cierre de la etapa Borneo?

¡¡¡Me quedo con todo!!! Porque me fui llena de cariño de personas que estuvieron a mi lado durante todo este trayecto, que ya muchos son amigos y casi familia.

Me quedo con el aprendizaje tan increíble que he tenido con mis dos hijos, que me han apoyado en cada momento y muchas veces pienso en que no sé cómo lo hice tan bien con ellos (risas).

Con todas las personas que fueron equipo a mi lado y confiaron en mí, así que a todos ellos solo puedo decir gracias por permitirme vivir mi sueño tan bien acompañada. 

Y no me puedo olvidar de los más importantes, los comensales y clientes que han estado a mi lado todos estos años y que sin ellos posiblemente no estaríamos hablando tú y yo ahora.

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