La primera fotógrafa de EFE, la canaria Elvira Urquijo, reconocida por la Asociación de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión

La canaria Elvira Urquijo, primera mujer fotógrafa en plantilla en la Agencia EFE, posa durante una entrevista en Logroño donde recibe este jueves la insignia de oro que concede la Asociación de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión (AiG) de La Rioja.

Rebeca Palacios / Efe

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La canaria Elvira Urquijo, primera mujer fotógrafa en plantilla en la Agencia EFE, ha alertado del “intrusismo” profesional que ha provocado el uso de teléfonos móviles y la proliferación de gabinetes de comunicación, de modo que “vale cualquier imagen movida o borrosa y no se admira la calidad”, ha dicho a EFE en Logroño.

Urquijo (Las Palmas de Gran Canaria, 1967) recibe este jueves en Logroño la insignia de oro que concede la Asociación de Informadores Gráficos de Prensa y Televisión (AiG) de La Rioja y es jurado del XII Premio de Fotoperiodismo, impulsado por el Parlamento regional y este colectivo profesional.

Hija del fotógrafo colaborador de EFE Félix Urquijo, llegó a la agencia en 1986 para hacer unas prácticas de periodismo, carrera que no ha llegado a completar por solo dos asignaturas; después compaginó redacción y fotografía para, finalmente, dedicarse solo a captar imágenes desde 1990.

Profesional “todoterreno”

Canarias, principalmente conocida en el mundo como destino turístico de sol y playa, en los últimos años ha tenido mucho interés mediático internacional debido a la crisis migratoria y sucesos como el volcán de La Palma.

“Yo soy una profesional todoterreno, me toca de todo, nunca sabes cómo va a acabar el día porque los hay tranquilos y otros, como el pasado martes, que se complican por las inundaciones y acabas de trabajar a las diez de la noche”, ha explicado.

Después de más de 35 años detrás del objetivo, ha asegurado que logra sacar la chispa a cada imagen que le toca fotografiar.

Sin embargo, en sus inicios no tenía tanta confianza y aún recuerda cómo le temblaban las rodillas aquella vez que tuvo que hacerle fotos al entonces presidente del Gobierno, Felipe González, y cómo “rezaba” a la hora de revelarlas en el laboratorio, con miedo a que no hubieran salido bien.

“La experiencia te da una suficiencia para estar preparada, ser selectiva y saber hacer la foto en cada momento”, ha reconocido.

Urquijo era una gran defensora de la fotografía analógica “hasta descubrir la velocidad del sistema digital”, que le permite enviar sus fotografías con inmediatez y perder menos tiempo.

Sin embargo, actualmente, “cualquier persona con un móvil o con una camarita digital ya se considera un fotógrafo”, pero, ha recalcado, “no todo el mundo es capaz de hacer fotos buenas con una cámara” de las antiguas.

El polizón entre barrotes

La concesión de la insignia de oro de la AiG de La Rioja coincide con la exposición 'Informadores gráficos', que organiza cada año esta asociación para mostrar un centenar de imágenes de profesionales riojanos y del galardonado y, en esta ocasión, incluye ocho de Elvira Urquijo, que está colgada en el Museo del Torreón de Haro.

Para esta fotógrafa, supone “todo un honor, y algo totalmente inesperado, haber recibido este reconocimiento y, además, desde una región tan distante a las islas”, ha relatado.

Entre todos sus trabajos, ha resaltado la imagen captada en 1996 de un polizón de un barco mirando a través de un ojo de buey con barrotes, que fue una de las primeras imágenes de la tragedia de la migración en Canarias y “dio la vuelta al mundo”.

También ha recordado la foto de su hermana Patricia llorando, alzando el trofeo tras ganar con el CB Islas Canarias la Copa Liliana Ronchetti de baloncesto; y la “agotadora pero inolvidable” experiencia que supuso cubrir los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016.

Con el paso de los años, ha comprobado que su profesión “cada vez está más complicada, primero por el intrusismo profesional”, y también porque cree que las vidas de los fotoperiodistas “no valen nada” en lugares en conflicto.

Ha añadido que “cada vez hay más protocolos y es todo menos natural” a la hora de trabajar, de modo que, en su trabajo diario en la actualidad, para captar imágenes de pateras, tiene que ponerse muy lejos, colocar el objetivo detrás de una valla sin poder acercarse a los migrantes, lo que “complica” mucho su oficio. 

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