El Embrujo de Shanghái: El barrio de Pudong y la pujanza de la nueva China

El río Huangpu divide Shanghái en dos zonas casi antagónicas: de un lado el Bung con sus edificios de estilo colonial que actúa de frente ribereño de la cuidad antigua y del otro el universo de acero, cristal, leds y lásers de Pudong. Láser. Aquí no se andan con chiquitas. Los rascacielos del skyline más rompedor de China se erigen frente al art decó ‘decadente’ de los tiempos de la concesión… En este país superlativo nada se hace por casualidad. Lo simbólico tiene un lugar protagonista en todos y cada uno de los aspectos de la existencia. Y el urbanismo no está exento. La mejor manera de ver este paisaje de rascacielos imposibles es, precisamente, desde el Bund. Uno de los puntos más bonitos de la ciudad es la Plaza Huangpu, un agradable parque ribereño que alberga el Monumento de los Héroes del Pueblo (475, Zhong Shan Dong Yi Lu). Desde aquí un tiene que mirar hacia arriba para ver las maravillas arquitectónicas de Pudong (aquí hay que venir de día y de noche). Y después, cuando uno sube a alguno de los gigantes de la orilla contraria tiene que mirar hacia abajo para ver los otrora orgullosos edificios franceses, ingleses, norteamericanos, españoles… La nueva China ha dejado enanos a los gigantes occidentales.
El Bund Sightseeing Tunnel (349, Zhong Shan Dong Yi Lu) es un ejemplo paradigmático del gusto chino por la extravagancia. Este corredor de unos 800 metros sirve para cruzar el Huangpu entre el Bund y Pudong: nunca tan pocos metros dieron para tanto. El tren recorre el trecho por un túnel ‘adornado’ con luces de neón de colores estridentes en un ambiente de música acompañada por ruidos extraños… Curioso. No cabe duda de que la forma más bonita de cruzar el río es alguno de los transbordadores que hacen el recorrido entre East Fuxing Rooad y Dongchang Road (ver mapa). Pero hacer esta ‘chinada’ es entender la idiosincrasia local. Por lo menos una vez. Una vez en la nueva orilla hay que echar la vista hacia El Bund para ver que pese a su ‘tamaño’ sigue siendo magnífico.

Los gigantes de Pudong.- Las masas de turistas pisan la orilla y van como locos hacia la Oriental Pearl Tower. Si sólo tienes tiempo para subir a alguno de los rascacielos de este barrio no dudes ni un momento en encaminarte hacia Shanghai Tower (501, Yin Cheng Zhong Lu). Con sus 632 metros de altura sólo ‘mira desde abajo’ al Burj Kalifa de Dubái y al Merdeka 118 de Kuala Lumpur. Este edificio tiene el tercer mirador más alto del mundo y su gran ventaja sobre la Perla Oriental es que, precisamente, puedes verla en toda su magnitud. Obvio que si tienes tiempo, ganas y los posibles para subir a varios miradores –auparse a la perla cuesta como 40 eurazos- pues tienes que subir a la Oriental Pearl Tower (1, Shi Ji Da Dao) y flipar con sus miradores 360 grados y sus modernidades. La terna de gigantes codiciados se completa con el Shanghai World Financial Center (100, Shi Ji Da Dao), más conocido como el abrebotellas –y que ofrece un espeluznante mirador con suelo de cristal- y el Jin Mao Tower (88, Shi Ji Da Dao) y su ‘wander in the cloud’, un mirador inclinado que te pone los pelos de punta.

Pudong simboliza el espíritu de la Shanghái que mira al futuro: pero hay mucho más que grandes edificios, centros comerciales que quitan el hipo y grandes centros de negocios o convenciones. China ha puesto todo el empeño para que la ciudad más poblada del país acumule hitos de carácter cultural o tecnológico que hagan palidecer a cualquier gran ciudad occidental. Un ejemplo es el Maglev Train Transportation que puedes ver en la Estación de Longyang Road Station (Long Hui Lu). El primer tren de levitación magnética del mundo une Pudong con el aeropuerto; pero es que más allá de su función como transporte público se ha convertido en una atracción turística más en la que la peña hace el viaje ida y vuelta por el mero hecho de volar sobre las vías.

Los equipamientos culturales del barrio también están a la altura destacando algunos de primer nivel internacional como el Acuario Oceánico de Shanghái (1388, Lu Jia Zui Huan Lu), uno de los mayores y mejor dotados de todo el mundo. Un lugar que nos gustó mucho es el Museo de Arte Aurora (99, Fu Cheng Lu). Nos gustó el impresionante edificio y aún más la colección de objetos históricos y arqueológicos que se atesora en este museo imprescindible si visitas la ciudad. La mejor hora para dejarse caer por el barrio es cuando este bulle actividad. Ríos de gente por todos lados. Allá donde legues haz lo que vieres. Y una buena idea es acercarse hasta el Lujiazui Central Green Space, el gran parque de esta zona de la ciudad. No sólo para darse un descanso (el parque es muy bonito) sino para ver el Skyline de la ciudad desde una perspectiva diferente y alucinante.

El Gran Museo de Arte de China (205 Shang Nan Lu).- Este es uno de los grandes museos de todo el país: una especie de Louvre de arte chino antiguo que merece mucho la pena verse. Las colecciones son impresionantes y ponen de manifiesto el rico legado cultural de esta nación milenaria. La colección cuenta con más de 120.000 piezas que exploran la historia del país abarcando las grandes dinastías y culturas del país (como la Song, la Ming o la Qing) y también las muestras de ingenio de culturas minoritarias o regionales. Flipante la colección de cerámica incluyendo la mítica porcelana de la época gloriosa de este artículo de lujo. También molan mucho los bronces y las colecciones de pintura china antigua.
Fotos bajo Licencia CC: lwtt93; Alexey Yakovlev; Gary Todd; Rick Massey; Edwin; tab2_dawa
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