Un paseo por la ciudad checa de la plata. Kutna-Horá, un patrimonio mundial a una hora de Praga

Imagínate concentrar todo el patrimonio histórico artístico de una ciudad como Toledo en un pueblo de menos de 20.000 habitantes. Imagínate un pueblo mediano que acumula patrimonios mundiales como quien acumula piedras en una carretilla. Imagínate ir saltando de una catedral a un castillo y de un castillo a un palacio y de un palacio a una iglesia que en cualquier ciudad sería la protagonista de todas las postales pero que palidece al lado del castillo que, a su vez mira con envidia a la catedral… Y así sigue y sigue. Kutna-Horá es un pueblo grande que se encuentra a apenas 70 kilómetros del centro de Praga. Llegar hasta aquí es muy fácil y rápido. La mejor opción y la más bonita es el tren (Ferrocarriles de Chequia). La línea sale desde la estación de Hlavní Nádrazi y tarda una hora en llegar a la pequeña ciudad: una hora deliciosa que merece la pena disfrutar (el precio del billete ronda los tres euros).
Kutna-Horá fue, en sus días de mayor gloria, una de las ciudades más ricas de Europa. La profusión de iglesias y palacios es la huella de aquel pasado bañado en plata. Kutna-Horá significa ‘Montaña de las minas’. El descubrimiento de ricos yacimientos de plata convirtieron a la ciudad en la segunda plaza en importancia de la antigua Bohemia rivalizando, incluso, con la mismísima Praga. El Museo Checo de la Plata (9, Barborská 28) ocupa la práctica totalidad de las estancias del Hrádek, el ‘pequeño castillo’ que servía para guardar el mayor de los tesoros de la Bohemia medieval (siglos XIII-XV). El castillo es bonito de ver y el museo es interesante, pero entrar aquí tiene el premio de poder bajar a las minas que estaban en plena ciudad. La visita es muy interesante y permite ver réplicas de la maquinaria de la época y de las casas dónde vivían los mineros.

Tal fue la riqueza que se extrajo de aquí que el estado bohemio trasladó a Kutna-Horá su ceca más importante. La Corte Italiana (Havlíčkovo nám. 552/1) se construyó para dar salida a toda esa plata y, a la vez, servir de residencia a los reyes de Bohemia cuando se pasaban por la ciudad. El lugar es, a la vez, palacio real y ceca de moneda. El edificio se empezó a construir en el siglo XIII en un sobrio estilo centroeuropeo pero poco a poco fue incorporando las nuevas modas renacentistas que llegaban desde el sur. Y de ahí el nombre. Así que aquí puedes ver las lujosas estancias de la realeza bohemia y, al mismo tiempo, una de las fábricas de moneda más antiguas e importantes de la vieja Europa.

Un paseo por el casco histórico de Kutna-Horá.- Si llegas a Kutna-Horá por tren desde Praga te vas a encontrar con la monumentalidad de la ciudad nada más salir de la estación (el tren para a las afueras aunque eso sólo suponga caminar diez minutos). Pasas una pequeña zona de naves industriales y ya te topas con una de las maravillas locales: la Catedral de la Asunción de Nuestra Señora de Sedlec y San Juan el Bautista (U Zastávky 280) es una muestra de aquellos años de grandeza a lomos de la plata. Se trata de una gran catedral gótica aunque simple. Pero muy bonita. Poco antes de ingresar a la ciudad en sí hay que detenerse en otro lugar curioso aunque siniestro. El Osario de Sedlec (Zámecká, 284). Este lugar es el más famoso de la población (y uno de los monumentos más visitados de toda la República Checa) y también un sitio fuerte de ver. Esta iglesia barroca está adornada con los huesos de miles de personas. La historia de este lugar es la historia misma de Kutna-Horá, ya que fueron los monjes de un monasterio hoy desaparecido los que encontraron la plata que daría forma a la población. Según nos contaron, los siglos XIV y XV fueron los más gloriosos de la ciudad que llegó a rozar los 100.000 habitantes (hoy apenas supera los 20.000). Las pestes y enfermedades colmataron los cementerios y fue necesario construir este osario que adquirió esta forma de decoración esquelética a finales del XIX. Toda una historia. Estar frente a los restos de tantas personas le da a uno en qué pensar.

El centro de la ciudad se articula en torno a la calle Husova que la recorre de este a oeste conectando los principales puntos de interés. Ya te hemos hablado de algunos de ellos (la Corte Italiana y el Hrádek y su mina de plata). La Unesco otorgó a Kutna-Horá el estatus de patrimonio mundial por su colección de edificios históricos que son una síntesis de los estilos de la última parte de la Edad Media y el Barroco. En este pequeño puzle de piezas maestras se combinan los grandes hitos y los detalles. Algunos muy curiosos: como la Fuente Gótica (Husova, 284), una de las escasas fuentes públicas medievales que han sobrevivido en Europa (la inmensa mayoría fueron sustituidas por elementos más ‘modernos’. Un ejemplo de esto que decimos es la Columna de la Peste (Šultysova, 284). Este tipo de monumentos religiosos abundan por toda Centroeuropa. Las pestes de los siglos XVII y XVIII llenaron las ciudades de columnas de agradecimiento que en la mayoría de los casos están dedicadas a la figura de la Virgen María. La de Kutna-Horá data de 1713 y es una joya del barroco e incluye detalles propios de la historia de la ciudad como mineros.

Y junto a los detalles o a las fachadas de viviendas ilustres como la bonita Casa de Piedra (26, Václavské nám. 183), una de las sedes del Museo Checo de la Plata que muestra una casa burguesa de los siglo XIII y XIV y una muestra sobre la economía local en aquellos tiempos, están los grandes edificios que dan lustre a la ciudad y justifican su inclusión en el catálogo del Patrimonio Mundial de la UNESCO. El Colegio de los Jesuitas (Barborská, 51) es otra de las grandes razones para hacer la excursión hasta Kutna-Horá. Este enorme complejo acoge ahora la colección de la Galería de Bohemia Central (un museo de arte centrado en los siglos XX y XXI) pero más allá de los contenidos aún sorprende la grandeza del continente: un magnífico edificio barroco. Y justo al lado nos topamos con la guinda del pastel: la Iglesia de Santa Bárbara (Barborská, 284). Es tan bonita que por aquí la llaman la catedral en detrimento de la verdadera. Este templo está dedicado a la protectora de los mineros y es espectacular (no te pierdas la posibilidad de entrar en la adyacente Capilla del Corpus Cristi).

Comer bueno, bonito y barato en Hutna-Horá.- Restaurace V Ruthardce (10, Dačického nám. 15,) justo entre el Colegio Jesuita y la Corte Italiana en pleno centro de la ciudad. Un lugar para degustar la potente gastronomía bohemia. No dejes de probar la sopa del día. La carta es amplísima. Nosotros probamos las carrilleras y las costillas con miel. Impresionante. Sólo de verlo engorda. Vas a gastar unos 15 euros por persona.
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