Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
La calle recupera el pulso

Cerca de 5.000 personas apoyaron en las calles de Santander hace apenas una semana las reivindicaciones laborales de los docentes cántabros, que secundaron mayoritariamente la huelga convocada por los sindicatos. Hace tan solo unas horas han sido más de 3.500 manifestantes los que han acompañado en su marcha por la comarca del Besaya a los trabajadores de Bridgestone amenazados con el despido fulminante que planea la empresa multinacional en su fábrica de Puente San Miguel. Algo menos de un millar participaron el fin de semana en la primera gran movilización en defensa de la vivienda digna que alcanzó a decenas de ciudades en toda España y que tuvo su réplica en la capital de Cantabria. Y sin irnos muy lejos, —ni en el tiempo ni en el espacio— una marcha contra la planta de biometano proyectada en la localidad de Praves reunió a más de 1.500 participantes en Ribamontán al Monte.
Todo esto ha pasado en los últimos días, en lo que llevamos del mes de abril. Porque si echamos la vista un poco más atrás, no queda muy lejos la manifestación del pasado 8M, que ha perdido cierto empuje en los últimos años por las disputas internas dentro del colectivo feminista, pero que de nuevo sacó a la calle a cerca de 5.000 personas en Santander para levantar la voz contra el machismo y en defensa de la igualdad real.
Y no podemos olvidar la masiva convocatoria en defensa de la sanidad pública que tuvo lugar en la comarca de Campoo, con más de 7.000 personas en Reinosa, o las cerca de 10.000 personas que marcharon entre Loredo y Langre para defender la costa del turismo masivo y contra el macrocomplejo turístico que pretende convertir a Cantabria en la 'Ibiza del norte'. Ni menospreciar, aunque el número de asistentes sea menos llamativo, a aquellos que en reiteradas ocasiones y de forma muy digna se niegan a tolerar un genocidio en Gaza en pleno siglo XXI o los que se organizaron para defender la Ley de Memoria Histórica y Democrática que tumbaron el PP y Vox en el Parlamento de Cantabria.
Todavía queda mucho por hacer, mucho por avanzar. Estamos lejos de otros momentos de mayor pulsión callejera, de épocas en las que el ADN de una parte muy importante de la sociedad tenía inoculado ese espíritu de lucha. Quizás sea un espejismo, incluso, pero ojalá que esas señales todavía muy tenues sean el anticipo que nos indique que la calle recupera su pulso
Me dejo muchos otros ejemplos, tan relevantes o más, pero quería señalar hoy la importancia de ver a una sociedad en la calle defendiendo sus derechos, alzando la voz y ejerciendo su ciudadanía con libertad en cuestiones tan cruciales para el futuro de todos como son la educación y la sanidad pública, el medio ambiente, la igualdad de género, la lucha contra la violencia machista, el acceso a una vivienda o a un empleo digno, por más que a algunos les moleste y se empeñen en menospreciar el impacto de estos ejercicios de democracia.
Porque sí, la democracia también es esto. Se practica cada día, en cada lugar, en cada conversación, en todo momento. También es salir a mostrar el descontento, a poner en la agenda política, mediática y social lo que son reivindicaciones justas. No cabe el victimismo. Todavía queda mucho por hacer, mucho por avanzar. Es insuficiente, por supuesto. Estamos lejos de otros momentos de mayor pulsión callejera, de épocas en las que el ADN de una parte muy importante de la sociedad tenía inoculado ese espíritu de lucha. Quizás sea un espejismo, incluso. No lo descarto. Pero ojalá que esas señales todavía muy tenues sean el anticipo que nos indique que la calle recupera su pulso.
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Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
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