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Tras el 'boom' de las eólicas, solares y macrogranjas, llegan las plantas de biometano: “Vamos a pelear en contra”

Movilización en contra de una planta de biometano en Pinarejos.

Alba Camazón

Valladolid —

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Primero fueron los molinos de energía eólica. A muchos pueblos de Castilla y León se les prometió que traería dinero y asentaría población. Después instalaron plantas fotovoltaicas. Unos pocos vendían sus terrenos y los mares de placas inundaron los campos castellanos y leoneses. Después, la macrogranjas: miles y miles de cabezas de ganado hacinado para mayor beneficio económico pese a las quejas de muchos vecinos, que han protestado por los olores. En 2021 -últimos datos disponibles de la Junta de Castilla y León- había 2,3 millones de cabezas de porcino en cebo y 365.000 hembras reproductoras.

Y ahora, otro paso más: las plantas de biogás y biometano. De nuevo, con las mismas promesas de dinero y puestos de trabajo. Pero en muchos pueblos esta oferta ya no se la creen. “Vamos a pelear en contra”, manifiestan los portavoces de varias plataformas que rechazan este tipo de iniciativas y que no creen que pertenezcan a la economía circular de verdad.

En el Boletín Oficial de Castilla y León es habitual ver cómo proyecto tras proyecto, como un goteo, se someten a información pública. 22 de enero de 2025: una planta fotovoltaica y una planta de biogás. El 21 de enero: una fotovoltaica, una de biogás y otra de una explotación porcina. El 16 de enero: un parque eólico y otro fotovoltaico. Ahora mismo hay 21 proyectos de explotaciones porcinas sometidas a información pública y ocho de plantas de biogás, biometano y producción de hidrógeno.

“Somos los responsables de auditar los proyectos”

“Ese es el desarrollo que plantea la Junta de Castilla y León. Admiten a trámite proyectos que no tienen ni unos mínimos. Dan licencias sin control y somos nosotros los responsables de auditar los proyectos”, protesta el portavoz de la plataforma Stop Biogás Zamora, Jenaro Leal, que está movilizando en contra de la planta de biogás proyectada en El Cubo de Tierra del Vino. Un ejemplo: esta iniciativa privada, promovida en el sur de Zamora, garantiza que informará anualmente al Servicio Territorial de León pese a que la ubicación no está en la provincia de León.

Jenaro Leal, con experiencia en varios puntos del país que decidió volverse al pueblo para impulsar la economía local, reclama a la Junta de Castilla y León que externalice el servicio si no tiene capacidad para auditar todos los proyectos como corresponde. “Nos tratan como si fuéramos tontitos, pero yo he trabajado en gestión ambiental, soy agricultor, puedo leer proyectos y tener una opinión formada. Y esto puede suponer el hundimiento y golpe definitivo a la ganadería tradicional si estas plantas utilizan las toneladas de paja que pretenden”, explica a elDiario.es. ¿Por qué? Porque una empresa que maneja inversiones millonarias -aunque tenga un capital social de 3.000 euros- puede pagar mucho más caro la paja que los pequeños ganaderos de extensivo que todavía sobreviven en el sector.

En Montemayor de Pililla, Libergia hizo sondeos, pero no ha llegado a presentar ningún proyecto. “Hasta ahora hay un protocolo de colaboración entre Libergia y el alcalde, ni siquiera el Ayuntamiento, porque este tema no se ha llevado a pleno”, explica el concejal de Valladolid Toma La Palabra, Francisco Martín. Este diario se ha puesto en contacto con Libergia, pero no ha recibido respuesta.

“Lo llaman economía circular, pero es una mentira”

“Estas empresas van presentando sus ofertas donde hay mayor colaboración o menor oposición”, cree el edil de Montemayor, que lamenta que en muchas ocasiones vayan a “traer los residuos” a los municipios porque en los alrededores no hay suficiente producción de residuos. “Lo llaman economía circular, pero es una mentira absoluta. Van a tener que traer los residuos. Buscan la mayor ganancia posible en el menor tempo posible”, reprocha.

En Paredes de Nava, Palencia, otra empresa presento un proyecto, que finalmente fue retirado después de que el Ayuntamiento les planteara “condicionantes y requerimientos necesarios”. Este municipio, que no llega a los 2.000 habitantes, tiene solo una explotación extensiva de ovejas y una de leche. “Aquí no había circularidad. Entendemos que estas plantas deben estar vinculadas a la economía local para que haya sostenibilidad dentro del territorio”, apunta el alcalde de Paredes de Nava, Luis Calderón.

Me gustaría que dieran alguna charla para informarnos bien y que nos dijeran la verdad"

David Pascual Presidente de la Federación de Caza de Zamora

Precisamente parte de esa economía local está en contra. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen de la Ribera del Duero considera que las macrogranjas y plantas de biometano suponen una “industria excluyente” que “pone en riesgo” la subsistencia de los viticultores. El Consejo Regulador de la Denominación de Origen mostró hace meses ya su “preocupación” por la instalación de estas fábricas en terrenos “próximos” a los viñedos y proyectos enoturísticos, a los que “invaden y dificultan” el desarrollo de futuros proyectos en la zona cuando existen “alternativas viables”.

También se han mostrado en contra algunos cazadores. El presidente de la Federación de Caza de Zamora, David Pascual, pide acabar con la desinformación relativa a los beneficios e inconvenientes de estas plantas de biogás. “Si no es beneficioso para la caza tirar el purín en las tierras, imagínate traer estos residuos, Me gustaría que dieran alguna charla para informarnos bien y que nos dijeran la verdad”, reclama Pascual. “El animal quiere un hábitat y nos lo vamos a terminar cargando”, lamenta el cazador, de Fuentespreadas, uno de los municipios zamoranos que se ha mostrado públicamente en contra.

Entre 38 y 45 plantas en tramitación

La Junta de Castilla y León está trabajando en un Plan de Ordenación del Territorio sobre el biogás para ordenar la implantación de instalaciones en la Comunidad. “Pretendemos planificar dónde pueden establecerse y donde tienen que establecerse para no generar interacciones negativas con otro tipo de sectores y bienes que hay que proteger en la comunidad”, aseguraba hace unos días el consejero de Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones. En el borrador de ese plan, al que ha tenido acceso elDiario.es, consta como una de las debilidades de este sector precisamente los malos olores, “lo que puede generar oposición social en las comunidades cercanas”.

Actualmente hay ocho plantas -seis en funcionamiento- autorizadas para la digestión anaerobia de residuos orgánicos con una capacidad superior a las 550.000 toneladas al año, además de otras cinco plantas de producción de biogás asociadas a los centros de tratamiento de residuos, con una capacidad de 110.000 toneladas/año. La Junta de Castilla y León cifra en su estudio que hay entre 38 y 45 plantas en tramitación y a las que se les requiere una autorización ambiental integrada.

La Asociación Española de Biogás (AEBIG) destacan las ventajas medioambientales y energéticas del plan y, aunque es consciente de que los olores preocupan a los vecinos de la zona, insisten en que los olores son “inexistentes” si hay una “gestión adecuada”. Para esta asociación empresarial, también se puede minimizar el impacto del tránsito de camiones a través de la planificación y organización de horarios y mejorando las infraestructuras viales. “Es fundamental mantener una transparencia activa y un diálogo continuo con los vecinos para atender sus preocupaciones y buscar soluciones conjuntas”, aseguran desde AEBIG a este diario.

La plataforma también niega que la instalación de una planta promueva la “proliferación descontrolada” de las macrogranjas, aunque sí destaca que estas plantas de biogás pueden “facilitar” el cumplimiento normativo de las granjas existentes, aunque hay otros residuos (derivados de la producción de aceite, vino o queso) que también son habituales en la generación de energía por anaerobia. “El foco principal de estas plantas es gestionar los residuos existentes de manera sostenible, sin fomentar la generación de más”, insisten desde AEBIG.

Una planta en un municipio de 190 habitantes

Segovia es la provincia de Castilla y León con más cerdos de cebo (1 millón) y hembras reproductoras (235.202). Allí también están proyectando plantas de biometano como la de Pinarejos, un municipio de 194 habitantes que ha construido una plataforma ciudadana para protestar.

En Pinarejos se ha planteado una planta de biometano con una capacidad de 231.000 toneladas anuales de residuos agroalimentarios no peligrosos recolectados en un radio máximo de 30 kilómetros: más del 80% serán purines de cerdo y el resto con estiércol de pollo, cabra, gallinaza y paja de cereal. Este biometano será inyectado directamente en la red de gas y sustituirá al gas natural fósil.

La representante de la Plataforma ciudadana de Pinarejos, Eva Monllor calcula que pasarán 8.000 camiones al año. “No estamos en contra, estamos a favor si está dentro de una economía circular. Pero aquí tendríamos una degradación de la entrada del pueblo y del entorno escolar”, apunta a este diario. Monllor apuesta por unas iniciativas “lógicas y realmente ecológicas”.

Monllor defiende que las generaciones de los pueblos son distintas a las más mayores: muchos tienen formación, y algunos de ellos precisamente en temas vinculados al medio ambiente o a la agricultura y ganadería. “Hoy en día los del pueblo y sus descendientes tenemos estudios, muchos en temas medioambientales. Y si no, buscamos a los mejores especialistas para estar informados. Y sabemos que la inacción lleva al desastre”, zanja.

Una de las empresas promotoras en Pinarejos es IAMCarbonzero, una compañía que se constituyó en 2023 con un capital social de 3.000 euros y que trabaja en actividades auxiliares en servicios financieros, según el Registro. Esta compañía subraya que la planta proyectada generaría 91.870 MWh de Biometano, equivalente al consumo de calefacción de 12.000 hogares españoles, y niega que su iniciativa vaya a llevar malos olores al pueblo. Los residuos se almacenarán en naves y depósitos cerrados, y contarán con sistemas avanzados de tratamiento de aire que eliminan olores. Además, realizamos un estudio olfatométrico y de ruidos dentro del Estudio de Impacto Ambiental para garantizar el pleno cumplimiento de la normativa y la ausencia de molestias a la población“, aseguran desde IAMCarbonzero.

Esta empresa descarta que los camiones que vayan a la planta vayan a circular por el centro del núcleo urbano. “Habrá aproximadamente 26 camiones diarios que circularán en días laborables y horario laboral. Se distribuirán en cuatro rutas diferentes y ninguna de ellas pasa por el pueblo”, insisten desde la empresa, que presentará la Autorización Ambiental Integrada en el primer trimestre de 2025. Sin embargo, son muchos los vecinos de la zona que no se lo creen. De hecho, la semana pasada se movilizaron para protestar contra esta planta.

“Una colonia energética para Europa”

Jenaro Leal niega que estas plataformas se opongan al progreso, si no que no quiere “vender la tierra y el agua” a fondos de inversión extranjeros. “Lo que plantean es que España sea una colonia energética de Europa, y cuando pase algo como en la pandemia vamos a acabar chupando placas solares”, protesta este zamorano, que pone en valor la calidad de las tierras de cultivo, la ganadería tradicional y la forma de vida y cultura rural. “Van a arrasar con todo ello. Los pueblos estamos sin cobertura, sin autobuses, los colegios vacíos... pero va a haber gente que se va a forrar. Los beneficios aquí no se ven, nos queda solo el olor a mierda”, lamenta.

La plataforma Stop Biogás Zamora trabaja en evitar la proliferación de estas empresas en el campo. “No queremos estar como Segovia o Lleida”, reprocha Leal, que recuerda cómo Zamora y otras provincias han sido “sacrificadas” en las últimas décadas y que exportan mucha más energía de la que necesitan. “¿Nosotros no tenemos nada que decir? Va siendo hora de que se nos escuche también”. Este agricultor resume la situación en una frase: “Llevan los residuos a un pueblo que no los genera, los sangra y no les queda ni un duro. No es economía circular, es un negocio redondo”.

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