Alto en proteínas y bajo en grasas: seis platos que incluyen queso cottage

Si quisiéramos reunir todas las variedades de queso que existen en el mundo necesitaríamos mantel para más de 2.000 tipos de queso, con infinidad de texturas, formatos y sabores, con leches de distintos orígenes, a veces mezcladas, diferentes grados de curación, con o sin corteza, y con variaciones en la concentración de grasa. La elaboración de quesos artesanales es un proceso que cuenta con miles de años de historia y cada región de cada país tiene su seña de identidad en este campo.

Pero si quisiéramos elegir uno de los quesos que más proteínas tienen y menor cantidad de grasas concentran, nos quedaríamos con el queso cottage, cuyo origen está en la cuajada de leche de vaca pasteurizada tanto descremada como normal. Tiene un contenido muy bajo en calorías y destaca por un sabor muy suave y cremoso, lo que le convierte en un queso muy versátil tanto para recetas dulces como saladas.

Tiene menos de 20% de valor graso. Por su contenido en grasas, los quesos se clasifican en doble graso (con al menos un 60% en grasa); extra graso (con un 45% o más); graso (con un 40%); semigraso (con al menos un 20%) y los magros, como el cottage. Otras propiedades del queso cottage son su elevado contenido en calcio, un mineral muy necesario para la salud de nuestros huesos y dientes y por tanto, para prevenir enfermedades como la osteoporosis.

En cuanto a las proteínas, contiene 11 gramos por cada 100 de queso, mientras que en la misma cantidad de leche de vaca encontramos 3,4 gramos de proteína. Otros nutrientes disponibles en buena cantidad en el queso cottage son el selenio, el fósforo, o el potasio, las vitaminas B2 y B12.

Al ser tan rico en proteínas y bajo en grasa, contiene también triptófano, un aminoácido que aumenta la serotonina y puede ayudarnos a conciliar mejor el sueño y descansar mejor. Además, es un queso muy saciante, por lo que puede resultar interesante incluirlo en alguna receta por la noche, como última ingesta del día, en la cena.

La caseína que contiene es muy beneficiosa también para la recuperación del músculo. Y tiene un elevado poder probiótico por su contenido en lactobacillus casei, lo que ayuda a fortalecer nuestro sistema digestivo.

El queso cottage es un queso fresco, con una textura similar al requesón o al ricotta italiano pero más suave de sabor. Es un queso granulado. Su origen está en el siglo XIX, hacia 1830, cuando se empezó a elaborar queso con los restos de la leche que se usaba para hacer mantequilla. 'Cottage' significa cabaña en inglés, y es en las cabañas donde se hacía tradicionalmente este queso.

Recetas de desayuno o merienda con queso cottage

El queso cottage es una alternativa muy interesante para cualquier momento del día. Si te gusta su textura, da mucho juego a la hora de preparar tostadas saludables para desayuno o merienda. Por ejemplo, puedes preparar tostadas de queso cottage con un poquito de salmón ahumado, o bien con arándanos y un sirope de ágave o de arce, o incluso hacer una crema con aguacate triturado, queso cottage, una pizca de aceite de oliva virgen extra, sal y pimienta negra. Dulces o saladas, según tus preferencias.

También puedes preparar una esponjosa tortilla con un par de huevos completos y queso cottage. Lo que haremos será batir los huevos, hacer nuestra tortilla y cuando esté cuajada, añadir el queso cottage, doblar, cocinar unos minutos más y la tendremos lista. Se trata de un desayuno muy rápido, saludable y completo nutricionalmente.

Otra fórmula de desayuno pueden ser unas ricas tortitas de avena con queso cottage. Para esta receta vamos a necesitar unas cinco cucharadas soperas de harina de avena, un par de huevos, una taza de queso cottage, un plátano bien maduro, y una cucharada pequeña de polvo de hornear, si quieres puedes añadir también una cucharada de postre de esencia de vainilla, aunque el plátano ya le aporta bastante dulzor a la receta. Lo batimos todo y cocinamos en una sartén con un poco de aceite de oliva o mantequilla. Podemos decorarlas con los ingredientes que más nos apetezcan: frutos secos, fruta fresca, pepitas de chocolate negro o miel.

Ensalada con queso cottage, higos, rúcula y nueces

Otra forma de combinar el queso cottage es en ensaladas, aportándole proteínas y cremosidad. Queda espectacular en una ensalada de brotes verdes como espinacas, canónigos y rúcula, con higos (si estamos en temporada) u otra fruta como la manzana y frutos secos, pueden ser nueces, anacardos o pistachos, y también se puede incluir un puñado de pasas. La aliñaremos con aceite de oliva virgen extra y un chorrito de vinagre de Módena. Es una ensalada muy sencilla pero con una mezcla de sabores y texturas con muchos contrastes.

Para otra receta de ensalada muy rica con queso cottage necesitaríamos tomates cherry, melón, pipas de calabaza y el queso. Es una receta que puede resultar muy útil en verano para aprovechar el melón. Pero, como en la receta anterior, si estamos en otra época del año, podemos sustiuir el melón por ejemplo por manzana o una pera. El secreto de esta ensalada está en parte en su aliño, que vamos a hacer con mostaza, ajo y perejil.

Para el aliño picaremos finamente el perejil, junto con el ajo rallado, una cucharada de postre de mostaza a la antigua o dijon, otra de vinagre de Jerez, tres de aceite de oliva virgen extra y otras tres de agua. Integramos todo bien y ya tenemos preparado nuestro aliño.

Queso cottage con verduras

Esta receta queda espectacular y es muy ligera. Te vamos a dar las cantidades necesarias para dos o tres raciones. Para la base del plato vamos a utilizar una tarrina entera de queso cottage. Estos son los demás ingredientes: medio tomate de buena calidad (merece la pena), una ciruela, cinco o seis a aceitunas verdes o negras partidas, la ralladura y el zumo de una lima, media cucharada de pimentón dulce, una de semillas de sésamo y tres o cuatro de aceite de oliva virgen extra.

Vamos a picar todos los ingredientes, el tomate, la ciruela y las aceitunas, y lo integramos todo con la ralladura y el zumo de la lima, el pimentón, el sésamo y el aceite de oliva. Colocamos en la base del plato el queso y por encima, con cariño, extendemos la mezcla de anterior. Es un plato con una mezcla de sabores muy rica, que podemos tomar como tentempié o comida ligera. Se puede untar también en tostadas de algún tipo de pan tostado de sésamo o centeno con semillas para completar el plato.