Netanyahu aprovecha el respaldo de Trump para reanudar la masacre de palestinos en Gaza

Israel ha vuelto a bombardear la Franja de Gaza sin pausa y sin piedad, tal y como había estado haciendo entre octubre de 2023 y enero de este año. Los cazabombarderos israelíes han roto definitivamente la frágil tregua que entró en vigor el pasado 19 de enero con decenas de ataques desde la madrugada del martes, que dejaron más de 400 palestinos muertos y más de medio millar de heridos en un día. Según el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), entre las víctimas mortales hay más de 130 niños y niñas.
En la noche del martes al miércoles, los bombardeos israelíes han matado a al menos otras 14 personas, según fuentes palestinas, y el Ejército ha emitido nuevas órdenes de evacuación para los gazatíes del norte y del sur de la Franja, que vuelven a verse obligados a desplazarse.
El beneplácito y el apoyo sin fisuras que ha logrado el Gobierno de Benjamín Netanyahu de la nueva Administración de Donald Trump ha hecho que Israel reanude las matanzas de la noche a la mañana y amenace con continuar la guerra de castigo en la que ya habían fallecido más de 48.500 palestinos.
El martes, los hospitales y centros médicos de la Franja no daban abasto para atender a los heridos, no solo porque el sistema sanitario del enclave está destruido después de 15 meses de guerra, sino porque llevan más de dos semanas sin recibir suministros básicos porque Israel suspendió la entrada de la ayuda humanitaria a Gaza para presionar a Hamás y para castigar más aún a la población civil.
Desde el Hospital Europeo, en la ciudad de Jan Yunis (sur), el médico palestino-boliviano Refaat Alathamna dijo a elDiario.es que han atendido a muchos heridos y que faltan muchos suministros. “Si siguen llegando, será un caos”, lamentó este martes. “Lamentablemente, hay niños amputados en terapia intensiva, con heridas en la cabeza, y algunos han sido operados”, explicó Alathamna. También hay tres mujeres “con heridas muy graves”, que el doctor considera que no podrán sobrevivir.
Según Alathamna, los bombardeos continuaban en la tarde del martes, aunque con menos intensidad que durante la noche. “Aparte de los bombardeos, estamos bajo bloqueo, con la frontera cerrada desde hace más de dos semanas, no dejan entrar nada y tampoco dejarán salir a los heridos”, denunció.

Israel y EEUU culpan a Hamás
El Gobierno israelí ha justificado su ofensiva por el bloqueo de las negociaciones con Hamás, desde que expiró la primera fase del acuerdo de alto el fuego, a principios de marzo. Desde entonces, las dos partes no han conseguido acordar un mecanismo para continuar la tregua y pasar a la segunda fase, tal y como fue establecido en el pacto original sellado con la mediación de Estados Unidos, Qatar y Egipto.
“Israel no tiene más alternativa que reanudar las operaciones militares”, afirmó en la red social X el ministro de Exteriores, Gideon Sa'ar, quien aseguró que el Ejército ataca solo “objetivos terroristas” y hace todo lo que está en su mano para “minimizar las bajas civiles”. Sin embargo, las cifras demuestran lo contrario, ya que la mayoría de los fallecidos desde el martes son civiles, menores y mujeres, mientras que se ha confirmado la muerte de cuatro altos cargos del Gobierno de Hamás –no de su ala militar–.
Por su parte, Netanyahu aseguró el martes por la noche que los ataques continuarán: “Hamás ya ha sentido nuestra fuerza y me gustaría aclararles que esto es solo el comienzo. Seguiremos luchando para lograr todos los objetivos de la guerra”. Además, culpó a Hamás de la muerte de civiles: “Cuando estos terroristas se incrustan en zonas civiles, cuando utilizan a civiles como escudos humanos, son ellos los responsables de todas las bajas no deseadas”.
Desde la Oficina del Primer Ministro israelí, el portavoz David Mencer explicó anteriormente que la decisión de actuar contra Hamás se tomó después de que el grupo rechazara “todas las propuestas concretas” presentadas por el enviado especial estadounidense para Oriente Medio, Steve Witkoff, y otros mediadores. Según Mencer, Hamás estaba empleando el alto el fuego para rearmarse y preparar nuevos ataques contra Israel. “Hamás nunca puede volver a tener las capacidades para empezar una nueva guerra”, ha agregado en una rueda de prensa online.
El portavoz se refería a la propuesta de extender la tregua 50 días después de la primera fase, hasta el final del mes sagrado musulmán de Ramadán, a cambio de la liberación de la mitad de los rehenes israelíes que permanecen en manos de Hamás (un total de 59, aunque se cree que al menos la mitad están muertos). La propuesta elaborada por EEUU fue rechazada por el grupo islamista porque no incluía garantías de un cese de hostilidades definitivo y la retirada completa de Israel de la Franja, tal y como preveía la segunda fase del acuerdo de alto el fuego.
“Presentamos a Hamás varias propuestas para la liberación de rehenes, pero Hamás las rechazó todas”, dijo el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Brian Hughes. La Casa Blanca confirmó que Israel informó de antemano a EEUU de que iba a empezar a bombardear Gaza en la noche entre el lunes y el martes.
Bombardeos con el visto bueno de Trump
Mencer aseguró que “la reanudación de los combates ha sido totalmente coordinada con Washington”, añadiendo que la relación entre Israel y EEUU es “más fuerte que nunca”.
Al igual que el presidente Donald Trump forzó a Israel a aceptar un alto el fuego en enero, ahora ha dado luz verde a su aliado para que reanude la guerra y ha responsabilizado a Hamás de ello. El Ejecutivo israelí se ha sentido más legitimado después de que Trump y otros altos cargos de la Administración estadounidense hayan exigido a Hamás la liberación inmediata de los rehenes sin ninguna contrapartida –a pesar de que eso no fue lo pactado inicialmente–.

Desde el Foro de las Familias de los Rehenes israelíes, lamentaron la decisión de su Gobierno de reanudar las hostilidades y advirtieron de que “la presión militar pone más en peligro sus vidas y complica los esfuerzos para traerlos de vuelta a casa sanos y salvos”. También familiares de los rehenes fallecidos lamentaron que la continuación de la guerra sólo va a resultar en más muertes. “Desafortunadamente, fue demasiado tarde para nosotros. Pero para otros rehenes, no es demasiado tarde, sus vidas todavía pueden ser salvadas”, suplicaron en un comunicado emitido el martes.
El martes, también se manifestaron en la llamada plaza de los Rehenes en Tel Aviv algunos de los secuestrados que fueron liberados entre el 19 de enero y el 1 de marzo, en el marco del acuerdo de alto el fuego, en el que Hamás entregó a 25 secuestrados y los cuerpos de otras ocho personas, a cambio de la excarcelación de unos 2.000 presos palestinos en cárceles israelíes.
Según el acuerdo de enero, en la segunda fase, Hamás debía liberar al resto de rehenes vivos, a cambio de cientos de presos palestinos, mientras que Israel tenía que retirar a todas sus tropas del enclave y comprometerse a poner fin a la guerra.
La vuelta a la guerra ha satisfecho a uno de los partidos más radicales de Israel, Otzma Yehudit, que el martes anunció su regreso a la coalición gubernamental que abandonó cuando Netanyahu aceptó cesar el fuego en Gaza. Con él, vuelve al gabinete el exministro de Seguridad Nacional, Itamar Ben Gvir, uno de los más críticos con las negociaciones con Hamás.
Los mediadores árabes, Qatar y Egipto, han expresado su malestar con el colapso del alto el fuego y han instado a que se reanuden esas negociaciones lo antes posible. Aparte de los países árabes, otros de Oriente Medio y de todo el mundo han condenado los ataques israelíes y la muerte de civiles, pero Israel cuenta con el respaldo del único Gobierno que tiene una influencia real sobre sus acciones.
“Netanyahu, junto a donantes, consejeros y miembros del gabinete de Trump proisraelíes, han convencido al presidente de que tiene que respaldar los objetivos de Israel en la guerra: destruir a Hamás y despoblar la Franja de Gaza”, explica a elDiario.es Omar H. Rahman, investigador del Middle East Council on Global Affairs de Doha. “No creo que Trump estuviera comprometido de verdad con un cese de hostilidades permanente en Gaza y eso se vio reflejado en su plan para expulsar a todos los palestinos [de la Franja]”, agrega.
“Creo que Trump tiene la impresión de que el uso masivo de la violencia puede llevar a que la gente haga lo que él quiera”, esto es, que Hamás libere a los rehenes; que los rebeldes hutíes de Yemen cesen sus ataques en el mar Rojo (este martes han lanzado un misil contra Israel) y que Irán se siente a negociar un acuerdo sobre armas nucleares. “Cuando se dé cuenta de que esta violencia no va a llevar a que la gente haga lo que él quiera, puede que cambie de postura”, apunta Rahman.
El experto destaca que, aunque Trump apoye los objetivos y las acciones de Israel, esto no juega a favor de los intereses estratégicos de EEUU. “Estados Unidos no se beneficia de la limpieza étnica en Gaza; tampoco se beneficia de los intentos de destruir a Hamás. Hamás no puede ser destruido por la fuerza militar, eso ha sido demostrado, y en el intento de lograrlo, una cantidad tremenda de civiles han perdido la vida. Eso también ha sido demostrado en los pasados 17 meses”.
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