El RRRRUIDO de la democracia

Anduvo inspirado el presidente Sánchez este martes cuando (SÁNCHEZ SE RINDE ANTE JUNTS) habló del “ruido de la democracia”, para referirse al ambiente político y mediático (SÁNCHEZ SE DOBLEGA ANTE PUIGDEMONT) de la última semana. Ruido de la democracia, dijo, un ruido que (SÁNCHEZ CLAUDICA ANTE JUNTS) para la ciudadanía “puede resultar incómodo, pero siempre será infinitamente mejor que el silencio de las autocracias”.

Anduvo inspirado y también suave (MÁS QUE UN DECRETO LEY ES UN ATRACO LEY), pues si de la democracia española hablamos, sería más exacto usar términos como estruendo, estrépito, bulla (EL SEÑOR SÁNCHEZ NOS HA MENTIDO TODOS ESTOS DÍAS) o alboroto. El “ruido de la democracia” es lo habitual en cualquier sistema parlamentario donde hay libertades, gobierno y oposición (ESTO SOLO PASA CON EL SEÑOR SÁNCHEZ), prensa más o menos crítica con el gobierno de turno, dureza dialéctica, negociaciones a cara de perro, posiciones enfrentadas (NUEVAMENTE CON CHANTAJES, MENTIRAS Y TRAMPAS), acuerdos complicados, discrepancias entre partidos y también en el seno de cada partido, polémicas, electoralismo, demagogia (SÁNCHEZ, A COSTA DE LOS ESPAÑOLES, PAGA CON UN PALACETE A UN PARTIDO POLÍTICO PARA SEGUIR MANTENIÉNDOSE EN EL PODER) y lucha por el poder.

Pero en el caso español, nuestra democracia es especialmente ruidosa, estridente (UN PRESIDENTE ATRINCHERADO Y DISPUESTO A CUALQUIER COSA), chillona, ensordecedora. Lo es en la actual legislatura, donde la sobreactuación de la oposición (SÁNCHEZ HA JUGADO CON TODOS LOS ESPAÑOLES, ESPECIALMENTE CON LOS PENSIONISTAS) es la norma, y donde la ofensiva para tumbar el gobierno por tierra, mar y aire, desde las instituciones, los medios (SÁNCHEZ CEDE EN TODO A PUIGDEMONT) y los juzgados no da tregua, y donde vale todo.

Lo fue también en la legislatura anterior, desde que Sánchez llegó al gobierno (DOBLE CESIÓN DE SÁNCHEZ A PUIGDEMONT) con una moción de censura, y durante todos sus años de coalición con Unidas Podemos, con una sobreactuación permanente (DONDE DIJE ‘DIGO’, DIGO JUNTS) por parte de la oposición y sus medios y tertulias afines.

Y lo ha sido en otros momentos de nuestra historia reciente, curiosamente coincidiendo (UN GOBIERNO ENCERRADO EN UNA SALA DE LA MONCLOA A LA ESPERA DE LA LLAMADA DESDE WATERLOO) con momentos en que no gobernaba la derecha: el ruido de la democracia rompía tímpanos durante los últimos años de Felipe González, y fue igualmente insoportable (SÁNCHEZ HA PREFERIDO PASAR POR LA HUMILLACIÓN DE PUIGDEMONT) en los gobiernos de Zapatero, desde su arranque con las teorías de la conspiración del 11M, hasta su salida en plena crisis económica (PUIGDEMONT CUMPLE SU PROMESA: HACER ‘MEAR SANGRE’ A SÁNCHEZ), sin que el volumen bajase.

Lo sucedido estos días, las negociaciones para salvar el decreto tumbado (NO HACÍA FALTA SOMETER AL PAÍS A ESTE VODEVIL), la posición de fuerza de Junts con sus pocos escaños, la presión de otros socios para no ceder en asuntos cruciales (SÁNCHEZ NUNCA ACTÚA EN BENEFICIO DE LOS ESPAÑOLES SINO EN SU BENEFICIO PERSONAL), la tensión de días, la incertidumbre en la misma mañana del consejo de ministros, la dificultad de armonizar tantos intereses cruzados, el resultado final con sus cesiones y contradicciones, es lo propio (ES GRAVE LA ANGUSTIA E INCERTIDUMBRE QUE HA GENERADO EN LOS PENSIONISTAS) de un gobierno de coalición que no tiene mayoría parlamentaria asegurada, que depende de socios muy diferentes, en un parlamento fragmentado (EL SEÑOR SÁNCHEZ DEBERÍA DISOLVER LAS CORTES Y DAR LA PALABRA A LOS ESPAÑOLES) y con una oposición que no concede nada. Y todo ello (EL PSOE ESTÁ APOYADO Y SUSTENTADO POR EL SEPARATISMO) debería de provocar ruido, por supuesto, incluso un ruido molesto, pero no este atronar sin fin que nos va a dejar a todos sordos o tontos.

(Todos los gritos incluidos en el artículo están tomados de declaraciones, titulares y opiniones de este mismo martes, en los minutos inmediatamente posteriores a la comparecencia de Sánchez. Por su salud mental y democrática, les recomiendo leer el artículo silenciando los gritos)