'El Jardinero', la serie de Netflix que demuestra que el amor puede ser el arma más poderosa

Después del buen impacto que está teniendo la comedia romántica Manual para señoritas en los rankings de Netflix, la plataforma decide aprovechar los últimos latidos del corazón que le quedan para el estreno este viernes 11 de abril del thriller romántico El Jardinero, su nueva serie española protagonizada por Álvaro Rico, Cecilia Suárez y Catalina Sopelana. Una historia de amor imprevisible entre el asesino y su víctima que pretende dar una vuelta al cine negro, yendo de menos a más y conquistando al público de ambos géneros.
La premisa de la ficción de seis capítulos a cargo de DLO Producciones (La caza, El inmortal), creada por Miguel Sáez Carral (Ni una más) y escrita por él junto a Isa Sánchez (Ni una más), no recuerda a ninguna otra serie. En ella, Álvaro Rico se mete en la piel de Elmer, un joven manipulable al que su madre, La China Jurado (Cecilia Suárez) emplea como un asesino profesional. Ella es la gestora de un vivero que hace a su vez de tapadera de un próspero negocio clandestino de asesinatos por encargo. A causa de un accidente de coche que tuvo con tan solo seis años, Elmer es incapaz de sentir nada, lo que hace que matar sea la cosa más fácil del mundo para él.
Sin embargo, cuando planea el asesinato de la encantadora Violeta (Catalina Sopelana), una maestra de guardería, se enamora de ella. Ahora, Elmer debe aprender a amar mientras su madre hace todo lo posible para acabar con la vida de Violeta.
Bajo este argumento se desarrolla una historia de suspense muy atractiva a la par que compleja, intrigante y llena de suspense; cuya narración va por dos vertientes: la principal, cómo su madre le usa como sicario para ganar dinero y así poder regresar juntos a México. Y la paralela, el relato de amor entre ambos jóvenes. Vaya por delante, eso sí, que tanto Álvaro Rico como Cecilia Suárez y Catalina Sopelana han hecho un excelente trabajo de interpretación para sacar adelante personajes complejos y enigmáticos.
Destaca especialmente la puesta en escena de Rico, a quien el creador eligió expresamente para dar vida a este personaje que padece una especie de alexitimia, es decir, que es incapaz de sentir emociones. Para destacar lo misterioso de su papel, los directores Mikel Rueda (Veneno) y Rafa Montesinos (El Inmortal), tiraron de abundantes planos cortos para así acercar al espectador al trauma por el que pasa el protagonista, reflejado en sus ojos, así como en la expresión de su cara. Todo ello dice mucho más que cuando habla.
Más allá de las peculiaridades del personaje y la versatilidad, el actor manchego (La Puebla de Montalván, Toledo, 1996) vuelve a plantarle cara a nuevo a un personaje, que parece ser que ya es patrón en su carrera: con un toque oscuro, incluso criminal. Saltó a la fama con el papel de Polo, el niño pijo y autor del crimen en torno al que giraban las tres primeras temporadas de Élite, y le siguió el de Jacobo en Alba, donde se metió en la piel de un violador.
Por su parte, Suárez (Tampico, México, 1971), quien pone cara a la controladora madre de Elmer La China Jurado, es otro personaje muy poliédrico, ya que tiene muchas aristas debido a su pasado tenebroso. Puede llegar a ser muy manipuladora, no solo con sus hijos, sino también con sus clientes, con tal de salirse con la suya, para así construir un futuro en México donde pueda vivir en libertad, puesto que el presente no le convence del todo. Si algo tiene en común con su icónica representación de Paulina de la Mora en La casa de las flores, es que es igual de excéntrica que ella. También se preocupa (demasiado) por su hijo, y a veces antepone la estabilidad del negocio a la propia felicidad de su progenitor. Con su sola presencia en escena es capaz de generar que uno piense automáticamente qué es lo que está maquinando.

Sopelana (Madrid, 1992) completa el trío de protagonistas de El jardinero al interpretar a Violeta, una encantadora profesora de guardería que se convierte en el blanco de Elmer, pero que, con el tiempo, comienza a desarrollar sentimientos por ella, lo que le hace incapaz acabar con su vida. Lo interesante de este personaje es que empieza de una manera y va cambiando según avanzan los capítulos. Y es que tiene mucha luz, pero a su vez también oculta mucha oscuridad. Sirve de bisagra no solo de la historia de amor con el personaje de Álvaro Rico, sino también de una paralela en la que la actriz Emma Suárez juega un punto muy interesante.
Junto a ellos, también están los gallegos María Vázquez y Francis Lorenzo, que hacen de policías que llevan a cabo la investigación sobre las personas que hace desaparecer misteriosamente Elmer. Ivan Massagué e Isabel Garrido también forman parte del resto del elenco.
No obstante, a pesar de que el elenco principal lo formen, cómo no, personas reales, cabe hacer mención especial a la ambientación. Rafa García, director de fotografía, ha conseguido que los escenarios tanto de la costa como del interior de Galicia se conviertan en un personaje más de la ficción. En este caso, la naturaleza aporta casi todo lo que necesita la obra para transmitir al espectador esa calma, esa tenebrosidad, esa oscuridad y esa belleza propia de un thriller romántico.
El amor es el arma más poderosa
Quien ha conocido el amor sabe que es la droga y el arma más poderosa del mundo. Y aunque creas que no ha llegado tu turno o que nunca has sentido nada igual por nadie, quizás es que todavía no has encontrado a la persona correcta. Porque hasta a nuestro protagonista, un joven que sufre alexitimia, esa incapacidad de sentir emociones desde los seis años, se le cruza un día la chica de sus sueños, y el grado de su enfermedad no solo disminuye sino que le trasforma por dentro. Así que todos podemos. A Elmer, un chico tímido y que aprendió a expresar las emociones gracias a las enseñanzas de su madre, le da un vuelco el corazón al encontrar por primera vez unos sentimientos tan fuertes en su interior. Sentimientos que no llegaba a comprender, y que muchas veces no alcanzaba a expresar verbalmente.
En contraposición del amor romántico se encuentra el amor maternal. Ese que te une instintivamente a tu madre desde la gestación a través del cordón umbilical. Lo interesante de esta ficción es que a través de sus seis capítulos habla de esa maternidad enfermiza y sobreprotectora, que se mete en los requiebros del alma humana. Si lo llevamos casi al extremo se podría asemejar a la relación que tenía el personaje de Norman Bates -en modo ajardinado- con su madre en la película Psicosis (Aldred Hitchcock, 1969). La China sería capaz de hacer cualquier cosa para hacer desaparecer a esa joven que tiene atrapado a su hijo y que no solo le ha cambiado la vida, sino que hace peligrar la de ambos.

Por todos estos ingredientes y otros que no podemos desvelar, a partir de este viernes los espectadores de Netflix podrán ver el resultado de esta miniserie que tiene detrás a Miguel Sáez Carral como creador y que riega, nunca mejor dicho, la trama con abundantes dosis de drama, suspense y amor. Un thriller que, por la adecuada duración de sus episodios, se vuelve bastante adictivo y te deja con ganas de saber qué va a pasar cuando finaliza un episodio. No hay dudas de que esta producción tiene todos los componentes necesarios para convertirse en la nueva serie española estrella de la plataforma.
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