Los 2 Patrimonios de la Humanidad que no debes perderte en Cantabria

Cantabria

Adrián Roque

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Cantabria, al norte de España, es una región que combina a la perfección naturaleza, historia y legado cultural. Su geografía escarpada, entre mar y montaña, ha sido testigo de civilizaciones milenarias y rutas de peregrinación que han dejado una profunda huella.

Prueba de ello es que la UNESCO ha reconocido dos de sus tesoros como Patrimonio Mundial: las cuevas con arte rupestre y los Caminos de Santiago del Norte Peninsular, incluida la ruta lebaniega.

Dos formas distintas de viajar al pasado que convierten Cantabria en un destino imprescindible para cualquier amante de la historia y la cultura.

1. Cuevas de arte rupestre: un viaje a los orígenes de la humanidad

Cantabria alberga uno de los conjuntos de arte paleolítico más importantes del mundo. En total, diez cuevas repartidas por la región han sido declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por su extraordinaria conservación y valor arqueológico.

La más famosa de todas es, sin duda, la Cueva de Altamira, conocida como la “Capilla Sixtina del arte rupestre” por sus pinturas de bisontes, ciervos y manos que datan de hace más de 14.000 años.

Pero Altamira no está sola. La región conserva también joyas como la Cueva del Castillo, la Cueva de Covalanas, la Cueva de El Pendo o la Cueva de La Garma, todas con grabados y pinturas que documentan la vida espiritual y cotidiana del hombre prehistórico.

Junto a ellas, completan el listado las cuevas de ChufínLas MonedasLas ChimeneasLa Pasiega y Hornos de la Peña. Este conjunto es testimonio excepcional del genio artístico del Homo sapiens y del profundo vínculo que los primeros humanos establecieron con su entorno.

2. Los Caminos del Norte y la ruta lebaniega: peregrinación con vistas al Cantábrico

Además del patrimonio subterráneo, Cantabria conserva también parte de uno de los itinerarios más emblemáticos del mundo: el Camino de Santiago. En 2015, la UNESCO incluyó en su lista los Caminos de Santiago del Norte Peninsular, reconociendo su valor cultural, histórico y espiritual.

En Cantabria, estos caminos serpentean junto al mar Cantábrico, atravesando pueblos pesqueros, acantilados y valles verdes, lo que convierte la peregrinación en una experiencia visual y emocional inolvidable.

Junto al Camino del Norte, destaca también la ruta lebaniega, que conecta el litoral con el Monasterio de Santo Toribio de Liébana, uno de los lugares santos del cristianismo donde se conserva el mayor fragmento conocido de la cruz de Cristo.

Esta ruta es especialmente popular durante los Años Jubilares Lebaniegos, cuando miles de peregrinos acuden al monasterio atravesando los imponentes paisajes de los Picos de Europa.

Patrimonio vivo en cada rincón

En Cantabria, el legado de nuestros ancestros no solo se encuentra en los museos: se pisa, se respira y se recorre.

Desde las profundidades de las cuevas prehistóricas hasta los caminos que guiaron a miles de peregrinos hacia lo sagrado, la región ofrece una conexión única con la historia de la humanidad. Dos patrimonios universales que merecen ser conocidos, respetados y admirados.

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