París por primera vez: mi guía práctica para visitar la ciudad con 20 consejos imprescindibles

20 recomendaciones para que disfrutes de París al máximo.

Roberto Ruiz

14 de febrero de 2025 21:52 h

Hayas o no estado en París, seguro que sabes que esta ciudad tiene un encanto único. Y desde que pones en ella los pies, eso es algo que salta a la vista. No por casualidad París es una de las ciudades más turísticas del mundo. Uno de esos destinos soñados por muchos, donde la historia se mezcla con la modernidad y cada rincón tiene algo interesante que contar. La atmósfera bohemia y romántica de sus calles empedradas, los cafés con encanto en cada acera y la inconfundible silueta de sus monumentos hacen de esta ciudad un lugar irresistible. Pero, siendo realistas, detrás de esa imagen idílica se esconde una urbe enorme, en ocasiones abrumadora y bastante cara. Es normal sentirse un poco desorientado ante tantas opciones y detalles a tener en cuenta.

Por ello, aquí tienes una serie de consejos para que disfrutes París al máximo. En esta guía práctica, te ofrezco 20 recomendaciones que harán que todo sea más fácil, viajes con más confianza y aprovechando mejor el tiempo. Con ellas podrás planificar tu itinerario ideal, ahorrar en algunos gastos y, sobre todo, vivir una experiencia auténtica y sin sobresaltos. Si sueñas con pasear por el Sena, perderte por barrios históricos o disfrutar de la exquisita gastronomía francesa, aquí tienes todo lo necesario para convertir tu viaje a París en una experiencia para recordar.

¿Cuál es la mejor época para viajar a París?

París brilla con luz propia en todas las estaciones, pero hay momentos que la hacen especialmente encantadora. La primavera, con sus flores y temperaturas suaves, ofrece un escenario perfecto para pasear por sus parques y jardines. Los meses de abril y mayo invitan a recorrer la ciudad a pie y disfrutar de las terrazas al aire libre. De igual forma, el otoño también es ideal: el aire fresco y la luz dorada crean un ambiente aún más romántico si cabe.

Aunque el verano, entre junio y agosto, conlleva días largos y festivos, también atrae a un mayor número de turistas y, en consecuencia, precios más altos en alojamientos y colas más largas en los monumentos. Además de días de mucho calor. Por ello, mi consejo es evitar los meses pico si buscas una experiencia más tranquila. Y, aunque el invierno puede resultar frío y con días más cortos, la temporada navideña ofrece un París especialmente mágico, con sus mercados, sus luces y sus escaparates decorados, algo que vale la pena experimentar al menos una vez.

¿Cuántos días dedicar a París?

Planificar el tiempo en París es clave para aprovechar mejor nuestro viaje. Personalmente, recomiendo dedicar al menos tres o cuatro días completos para una primera visita. En ese tiempo, es posible conocer los grandes clásicos, como la Torre Eiffel, el Louvre, Notre Dame, y, por supuesto, perderse por el encantador Barrio Latino, Le Marais o Montmartre. Si el tiempo te lo permite, cinco días son ideales para explorar con calma no solo la ciudad, sino también para realizar alguna excursión a sitios cercanos, como Versalles o Giverny.

Recuerda que, aunque París parece infinita, su riqueza cultural y oferta gastronómica te harán conocer caras muy diferentes de una misma ciudad. La clave está en planificar un itinerario flexible que te permita disfrutar de los lugares imprescindibles sin prisas, pero dejando espacio para improvisar si es necesario. 

Cómo llegar a París desde los aeropuertos

La capital francesa cuenta con tres aeropuertos principales: Charles de Gaulle, Orly y Beauvais, y conocer las opciones de traslado es fundamental para iniciar tu viaje con buen pie.

  • Aeropuerto Charles de Gaulle (CDG): Al ser el más grande y con mayor tráfico internacional, te recomiendo tomar el tren RER B, que te conecta con el centro en unos 30-35 minutos. También puedes optar por el RoissyBus, ideal si prefieres viajar en autobús y disfrutar del paisaje, aunque tarda un poco más.
  • Aeropuerto de Orly (ORY): Situado al sur de la ciudad, ofrece varias alternativas: el OrlyBus, que te lleva directamente a Denfert-Rochereau, o bien el OrlyVal combinado con el RER B, opciones cómodas y con buenas conexiones.
  • Aeropuerto de Beauvais (BVA): Este aeropuerto es común en vuelos low cost, pero ten en cuenta que está más alejado de París. La opción habitual es un autobús directo que conecta con la ciudad en algo más de una hora.

Cómo sacar dinero sin comisiones

Uno de los detalles que no puedes pasar por alto en París es la gestión de tu dinero. La ciudad es famosa por sus precios elevados y, a veces, los recargos del extranjero pueden sumarse rápidamente. Siempre recomiendo utilizar tarjetas sin comisiones, que permiten retirar efectivo en cajeros sin los molestos cargos de los bancos tradicionales.

¿Es necesario llevar efectivo encima? Pues aunque lo podrás pagar prácticamente todo con tarjeta, nunca está de más llevar algunos euros para pagar pequeñas compras en las calles. Eso sí, que no sea una cifra muy elevada, no vaya a ser que algún carterista te juegue una mala pasada.

Dónde alojarse en París: barrios recomendables

La elección del alojamiento puede definir por completo tu experiencia parisina. Hay diferentes barrios y puedo asegurarte que cada uno tiene su propia personalidad y encanto. Si buscas estar en el corazón de la acción, los distritos 1, 2, 3 y 4 concentran los principales atractivos turísticos, aunque suelen tener precios elevados, especialmente en temporada alta.

Personalmente, mi barrio favorito es Le Marais. Con sus calles empedradas, boutiques de moda y una variada oferta gastronómica, es perfecto para disfrutar de París a pie. Otras opciones interesantes son Montmartre, con su ambiente bohemio y vistas espectaculares desde el Sacré-Coeur, o Saint-Germain-des-Prés, ideal para quienes buscan elegancia y cultura. Sea cual sea tu elección, te aconsejo reservar con antelación, ya que en temporadas de alta demanda los alojamientos se agotan rápidamente y los precios pueden dispararse.

Cómo moverse por París

Caminar por París puede ser muy bonito, pero olvida esa opción para moverte por la ciudad y camina solo si se trata de dar un paseo agradable. La ciudad es enorme y uno de los grandes aciertos de París es su sistema de transporte público. La red de metro es extensa, puntual y conecta prácticamente cualquier rincón de la ciudad. 

Yo suelo utilizar el metro para desplazarme rápidamente, ya que evita el tráfico y resulta muy económico. Si vas a estar varios días, la tarjeta Paris Visite (de venta en todas las estaciones de metro, estaciones de RER y en las oficinas de información) te permite viajar de forma ilimitada en metro, autobús, RER, tranvía, Orlyval, Montmartrobus, Noctilien y el funicular de Montmartre. Y luego dar paseos en puntos clave para disfrutar de la siempre llamativa arquitectura parisina.

Tarjetas turísticas: ¿valen la pena?

Si planeas visitar numerosos museos y monumentos, las tarjetas turísticas pueden ser una excelente inversión. Tienes a tu disposición tanto el Paris Museum Pass como el Paris Pass. Estos pases incluyen la entrada a más de 60 atracciones, lo que te permite ahorrar dinero y, sobre todo, evitar las molestas colas de espera.

Un detalle importante es que, para los jóvenes europeos menores de 26 años, muchas de estas atracciones son gratuitas o tienen tarifas reducidas. No olvides llevar tu DNI o pasaporte para aprovechar estos descuentos. La clave está en planificar bien tu itinerario y calcular si la suma de las entradas individuales supera el coste del pase.

Gastronomía parisina: todo un festín

Uno de los mayores placeres de viajar a París, y a Francia en general, es degustar su exquisita gastronomía. Cada bocado te conecta con la rica tradición culinaria francesa. Desde el crujiente croissant, cargado de mantequilla, y el café au lait en una boulangerie local, hasta platos más elaborados como el coq au vin o el boeuf bourguignon, la oferta es inagotable.

La mejor manera de disfrutar de la variedad culinaria de París es aventurarse fuera de las zonas excesivamente turísticas. En barrios como Le Marais o Saint-Germain, encontrarás pequeños restaurantes y bistrós que ofrecen menús del día a precios razonables y con ese toque auténtico que distingue a la cocina francesa. Y no olvides el momento dulce: unos macarons de Ladurée, una tarte Tatin o una sencilla pero deliciosa crème brûlée tampoco pueden faltar en tu viaje.

Conectividad y roaming: mantente siempre conectado

Viajar a París es más sencillo hoy que nunca en cuanto a conectividad. La eliminación de las tarifas de roaming en Europa significa que puedes usar tu móvil con normalidad sin sorpresas en tu factura. Sin embargo, si vienes de fuera de la UE o necesitas una conexión más robusta, considera optar por una eSIM o comprar una tarjeta SIM local a tu llegada.

Para aprovechar tu viaje al máximo vas a necesitar utilizar el móvil constantemente, ya sea para moverte por la ciudad, consultar horarios de transporte en tiempo real o buscar recomendaciones sobre restaurantes y atracciones. Así que la conexión y la suficiente batería serán grandes aliadas.

Planifica tu visita: itinerarios a medida y sitios imperdibles

Planificar tu itinerario en París es fundamental para no perderte nada importante. Organizar el día según la cantidad de tiempo disponible te permite disfrutar de la ciudad sin prisas, de manera que si solo dispones de dos días, te recomiendo centrarte en los grandes clásicos: la Torre Eiffel, el Louvre, el Arco del Triunfo y la catedral de Notre Dame, abierta de nuevo recientemente.

Si cuentas con tres días, añade a tu itinerario una visita a la Sainte-Chapelle, un paseo por el Barrio Latino y una tarde en el Jardín de Luxemburgo. Y si puedes extender tu estancia a cuatro días o más, no dejes de incluir el Musée d’Orsay, el Centre Pompidou, los Campos Elíseos y, por supuesto, un recorrido por la Place de la Concorde y los Jardines de las Tullerías. Esta planificación te permitirá alternar visitas a sitios emblemáticos con momentos de ocio en terrazas y paseos por los barrios con mayor historia.

Evita las colas: compra entradas online

París es una de las ciudades más visitadas del mundo y algunos de sus monumentos icónicos, como la Torre Eiffel y el Museo del Louvre, atraen a multitudes que pueden generar largas colas. Una forma de evitarlo es comprar las entradas online con antelación. Esto te puede ahorrar horas de espera, algo básico si vas a París con el tiempo justo, especialmente en temporada alta. De nada sirve hacer una estudiada agenda de visitas para cada uno de los días, si de pronto el tiempo de espera para entrar en un solo monumento te rompe toda la planificación.

En barco por el Sena: la ciudad desde otra perspectiva

Siempre es muy recomendable vivir la experiencia de ver París desde el agua. Un crucero por el Sena te ofrece una perspectiva diferente, permitiéndote admirar sus monumentos desde un ángulo totalmente distinto. Recuerdo cómo una tarde, a bordo de un barco turístico, la Torre Eiffel se iluminaba al caer la noche mientras el río reflejaba las luces de la ciudad.

Ya sea a través de un Batobus, que funciona como transporte turístico, o de un paseo nocturno, esta opción es perfecta para descansar un poco tras un día intenso de visitas. 

Barrios con encanto

Cada barrio de París tiene su propio carácter y no hay duda de que hay algunos que transmiten una experiencia más auténtica que otros. Montmartre, con sus callejuelas empedradas y su ambiente bohemio, es el lugar perfecto para sentir el lado más artístico de la ciudad. Una caminata hasta el Sacré-Coeur te recompensa con unas vistas panorámicas impresionantes.

Otro enclave imprescindible es Le Marais, un barrio multicultural lleno de tiendas originales, galerías de arte y pequeños restaurantes que ofrecen una tarde genuinamente parisina. Pero tampoco dejes de pasear por el Barrio Latino y Saint-Germain-des-Prés, donde cada esquina tiene una historia que contar. Mi consejo: tómate tu tiempo para explorar estos barrios, siéntate en una terraza y observa cómo la vida transcurre a tu alrededor. Eso sí que es una experiencia 100% parisina.

Unos consejos para ahorrar en París

Viajar a París no es barato, nunca lo es, y más bien termina siendo justamente lo contrario. Pero con algunos trucos es posible disfrutar sin dejarnos allí los ahorros. Uno de mis consejos básicos es aprovechar que en muchos restaurantes se sirve agua del grifo de forma gratuita: simplemente pide “une carafe d’eau, s’il vous plaît”. Parece algo sin mucha importancia, pero día tras día puede significar un ahorro considerable durante el viaje.

Aprovecha también la entrada gratuita a muchos museos el primer domingo de cada mes y opta por comer en zonas menos turísticas, donde los precios son más razonables y la experiencia más auténtica.

Seguridad: cuida tus pertenencias

Como en todas las grandes ciudades, los pequeños robos son algo a tener en cuenta en París. Siempre conviene estar alerta, especialmente en lugares concurridos como el metro y los sitios turísticos. Te recomiendo llevar una mochila o bolso con cierre seguro y ojo con la cartera si la llevas en el bolsillo.

Pero tampoco hay que volverse loco, con un poco de sentido común y precaución podrás disfrutar de la ciudad sin preocupaciones, asegurándote de que esos pequeños contratiempos no estropeen tu experiencia.

Transporte nocturno: opciones cuando no hay metro 

El metro de París funciona muy bien, pero su servicio se reduce a partir de la 1:00 de la madrugada. En esas horas, he aprendido a confiar en el servicio de autobuses nocturnos, el Noctilien, que cubre gran parte de la ciudad y sus alrededores. Aunque el trayecto puede ser un poco más lento, es una opción segura y eficaz para regresar a tu alojamiento después de una noche de cena o de música en directo en algún local del centro. 

Excursiones fuera de París

Aunque París es un destino fascinante que nunca acabarías de recorrer, sus alrededores ofrecen opciones que pueden resultar especialmente interesantes. Una visita al Palacio de Versalles es imprescindible, con sus impresionantes jardines y salones que cuentan la historia de la monarquía francesa y te trasladan a esas épocas de pomposo esplendor. 

Otra opción, totalmente diferente pero también llena de belleza, es escaparse un día a conocer Giverny, la encantadora localidad donde vivió y pintó Monet. Con estas excursiones podrás ver diferentes caras de Francia, ampliando tu experiencia cultural y ofreciéndote paisajes y sensaciones totalmente diferentes a la vorágine de la ciudad.

Museos, teatros y eventos locales

París es sinónimo de cultura, eso seguro que ya lo sabes. Además de los grandes museos como el Louvre y el Musée d’Orsay, la ciudad está llena de galerías, teatros y espacios culturales que ofrecen exposiciones temporales y espectáculos en vivo. No dejes de asistir a alguna función en la Ópera Garnier o disfrutar de la música en uno de los históricos cafés-concierto de la ciudad.

Cuando planees tu viaje no pierdas de vista la agenda cultural parisina. Muchas veces encontrarás festivales, ferias y eventos que te permitirán vivir la ciudad de manera más cercana. Si coincides con algo que pueda ser de tu interés conseguirás emular un poco la vida local. 

Evita los errores más comunes

En cualquier viaje, los pequeños errores pueden marcar la diferencia entre una experiencia perfecta y una frustrante. Por ejemplo, en París es fundamental saludar siempre con un ‘bonjour’ o ‘bonsoir’ al entrar en un local, la cortesía es parte esencial de la cultura local. Si el francés no lo tienes muy por la mano, siempre es recomendable aprender algunas palabras básicas.

Además, es vital saber a qué aeropuerto llegas, ya que cada uno ofrece distintas conexiones y tiempos de traslado. Planifica bien tus rutas y respeta los horarios de apertura de museos y atracciones para evitar contratiempos. Un poco de preparación puede evitar muchos problemas y, de paso, te permitirá disfrutar de la ciudad con mayor tranquilidad.

Déjate llevar y disfruta

Finalmente, mi consejo más personal es que, una vez que tengas todo organizado, te permitas disfrutar de la ciudad con cierto margen. París es una ciudad que invita a perderse por sus calles, a sentarse en un café y a absorber el ambiente de su ir y venir. La planificación es importante, pero lo mejor es dejarse sorprender por lo más inesperado, ya sea el aroma de pan recién horneado en una boulangerie o el sonido de una guitarra en una esquina de Montmartre. Viajar es, ante todo, una experiencia personal y única. Así que, mientras sigues estos consejos, no olvides que la mejor parte del viaje es lo inesperado. ¡Deja espacio para la improvisación!

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