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La respuesta por soleá al comentario racista de Ágatha Ruiz de la Prada

Jonathan Torres

Alejandro Luque

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La tormenta se desató el pasado lunes, cuando la popular diseñadora Agatha Ruiz de la Prada aseguró durante una entrevista en un programa televisivo, en tono peyorativo, estar viviendo “como una gitana”. Las redes no tardaron en incendiarse y algunas personalidades destacadas de esta etnia le respondieron de manera contundente.

Así, el cantante Pitingo calificó a la creadora de “clasista” e “ignorante”, y la cantante y actriz Lolita le espetaba: “'Te has pasado 100 pueblos, basta de racismo (…) 'Te consideraba una mujer íntegra, pero veo que no''. La diseñadora, por su parte, se disculpó aseverando que ”sabéis que soy cero racista, me encanta el mundo gitano“, mientras que su pareja, el abogado José Manuel Díaz-Patón, se sorprendía del revuelo ante los micrófonos de Europa Press en estos términos: ”¿Ya no podemos contar chistes de nada?“.

La respuesta más original, no obstante, le ha llegado a Ruiz de la Prada desde Sevilla, de la mano de un trabajador social empleado en Fakali, la Federación de Asociaciones de Mujeres Gitanas. Se trata de Jonathan Torres, de 24 años, que suele trabajar con niños y niñas gitanos en riesgo de exclusión social, mediando con familias y centros educativos, pero que en esta ocasión acudió a su vena artística para canalizar su indignación. “Lo de esta señora nos ha sentado muy mal, la verdad. Por lo que ha dicho y porque nadie la parara en el momento de decirlo, ni la presentadora ni nadie le dijo que ese comentario no estaba bien, que es una forma de estereotipar aún más a una comunidad”, explica.

Fue precisamente ante el televisor, con la guitarra entre las manos –Torres es un también un cantaor aficionado, que suele acompañar a otros artistas en distintos tablaos y reuniones– se le ocurrió responderle por soleá. “Le quité el volumen al televisor y me vinieron a la mente de inmediato un par de letras, las grabé y las subí a las redes. Me pareció una manera bonita de demandar más humanidad a la sociedad, a través de la música, y me alegra que esté teniendo repercusión”.

En su letra, Torre le dice entre otras cosas a Ruiz de la Prada “mira lo que te voy a hablar/ que más quisieras vivir/ como viven las gitanas”.

Para David Borrego, responsable de comunicación de Fakali, este no es sino un hecho más en medio de una situación de agravio casi cotidiana hacia los gitanos. “Nuestra posición es siempre la misma, luchar para romper los estereotipos y prejuicios en los que se basan precisamente discursos como el de Ágatha Ruiz de la Prada”, explica. “Nos parece mal que se digan esas cosas, pero también que se excusen en la idea de que ‘es una frase hecha’, como ‘trabajar como un negro’. Aunque esta mujer haya pedido perdón, el modo de hacerlo demuestra que el racismo existe, y que es una lacra de esta sociedad”. 

Borrego comenta que “el principal caballo de batalla de Fakali son precisamente los medios de comunicación, ”como agente socializador que traslada a la ciudadanía ideas y conceptos que no siempre son procedentes“. En este sentido, llevan tiempo desarrollando un Observatorio de Discriminación contra el Antigitanismo, un dispositivo de detección y análisis de casos como el que nos ocupa. Así, de las 8.100 publicaciones monitorizadas en medios y redes sociales desde sus inicios en el año 2019, el 70% tiene contenido discriminatorio hacia la población gitana, de las cuales 501 fueron reportadas a sus medios de origen por su sesgo explícitamente antigitano. ”Esta herramienta se ha consolidado como un recurso pionero en la lucha contra el racismo hacia la población gitana, proporcionando una monitorización continua de los contenidos publicados en medios de comunicación y redes sociales“, añade.

“En el caso de Agatha Ruiz de la Prada, llama la atención la persona y el medio, pero el discurso no es nuevo. Llevamos años criticando las actitudes racistas en los medios en general y en Mediaset en particular, con programas como Los Gipsy Kings o Anclados, una serie en la que un personaje gitano cumplía todos los estereotipos: ladrón, bebedor, se ponía a cantar en cualquier momento… Somos maleantes o artistas, no hay término medio. Llegamos a plantearnos una denuncia, pero hay muchos otros casos. Lo más frecuente es la mención a la etnia cuando quiere darse una noticia de un altercado y ese detalle no aporta nada a los hechos, y sobre todo el uso de la palabra clan, que ya es una construcción mental asociada a comportamientos o actitudes delictivas o antisociales y vinculada a la comunidad gitana”.  

Asimismo, Borrego insiste en la necesidad de visibilizar otros perfiles en la comunidad gitana, donde también hay médicos, abogados, profesores… “Ese discurso tópico niega nuestra heterogeneidad”, lamenta. “En redes, muchos gitanos y gitanas se han grabado vídeos para demostrar que no viven como dice esa señora y neutralizar esa concepción errónea”.

Todo ello parece aún más sangrante cuando faltan tan solo unos meses para la conmemoración de la llegada del pueblo gitano a España, hace 600 años. “Seguimos siendo objeto de prácticas abusivas, 600 años después sigue habiendo problemas en materia de educación, vivienda, empleo, todo lo que forma parte de ese subdesarrollo, pero sobre todo hay un hartazgo en lo que se refiere a esas visiones interiorizadas por buena parte de la sociedad española”.

Tanto Borrego como Torres son conscientes de que el camino será todavía largo, pero no hay otro posible. “El otro día, Marcos Santiago comentaba eso en televisión, la lucha contra la discriminación hacia los gitanos, el colectivo LGTBI o el feminismo es un proceso lento, pero si todos nos concienciamos podemos lograrlo”, concluye el trabajador social. “Si nos callamos, seguirá todo igual. Pero si nos levantamos de manera educada y con clase, es posible que poco a poco se vaya eliminando”  .

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