'Zaragoza no se vende' reúne a miles de personas en protesta por las políticas del PP: “La ciudadanía está harta”

“Esto es solo el primer paso”. La plataforma 'Zaragoza no se vende', que aglutina a más de 40 asociaciones, ha reunido a miles de personas en la capital aragonesa en una manifestación contra las políticas del PP en el Ayuntamiento que augura nuevas movilizaciones en el futuro. Los congregados han dicho “basta” ante el rosario de polémicas protagonizadas por los populares, con la alcaldesa Natalia Chueca al frente. Entre las principales denuncias están la Operación Romareda, la ampliación del parque Pignatelli y del parque de atracciones o el “carrusel constante de despilfarro de dinero público” con iniciativas como Luzir o el Zaragoza Florece.
Por una Zaragoza con un modelo social y económico “digno” y contra las políticas de los populares, miles de personas han salido este domingo a la calle. Cerca de 4.000, según los organizadores, han marchado hacia la Plaza del Pilar aglutinadas bajo el paraguas de las entidades que exigen “un cambio en las políticas municipales en muchos aspectos: sociales, culturales, medioambientales, económicos, urbanísticos...”. Una de las portavoces de la plataforma, Ángela Ezquerro, ha dejado claro que a esta manifestación seguirán otros actos de protesta. “La acogida ha sido increíble”, ha valorado, lo cual desde su punto de vista es síntoma de que “la ciudadanía está harta. ”Queremos un modelo de ciudad en el que se nos escuche, con participación de la ciudadanía“, ha resaltado Ezquerro.
Pese al día frío y lluvioso, los manifestantes se han congregado en la plaza del Paraíso de Zaragoza y desde ahí han bajado por el paseo de la Independencia, el Coso y la calle de Alfonso hasta la plaza del Pilar, donde se ha procedido a la lectura del manifiesto. En él han hecho referencia a varias actuaciones polémicas en las que ha estado envuelto el Ayuntamiento de Natalia Chueca, como el nuevo campo de fútbol, la ampliación del parque de atracciones o la recalificación junto al Pirulí, “un jugoso negocio privado despoja al vecindario de Vía Hispanidad y Romareda de espacios verdes, de ocio y de deporte de base”.
La iniciativa surge con el objetivo de dar respuesta al modelo social y económico “que está imponiendo el equipo de gobierno del Ayuntamiento de Zaragoza”, señalan los convocantes. Un modelo que “niega la participación ciudadana en beneficio de la especulación y de grupos financieros”. En el manifiesto se ha tejido un discurso crítico con un gobierno municipal “cuya única receta es volver a aplicar las viejas políticas de ladrillo y macro evento que nos condujeron a la crisis de 2008 con las ya sabidas consecuencias: desorbitados beneficios para constructoras y sector financiero a costa de lo público, mientras la población se ve abocada al desempleo, los desahucios y el inasumible encarecimiento del precio de la vivienda”.
Políticas basadas en “el pelotazo”
Un hartazgo que los asistentes han mostrado con pancartas alusivas a esa Zaragoza que se “vende” y a políticas basadas en “el pelotazo” que “implican la descapitalización del municipio mediante la venta de suelo público para el fomento del beneficio privado, mientras se desposee a la población de los equipamientos básicos y necesarios para la vida”. Se ha recordado el modelo tras la Expo 2008, que representó “un gasto de 1.500 millones de euros de dinero público, dejó una deuda de 600 millones que a día de hoy siguen saliendo de los bolsillos de los y las zaragozanas y supuso la congelación de la inversión en los barrios durante años”.
Una situación que trae al presente la Operación Romareda, “cuyo sobrecoste ya supera el 100%, pasando de los 80 millones de euros presupuestados a 169 millones, de momento. Se va dando paso y forma a un modelo de ciudad que conlleva este tipo de macro eventos, todos ellos deficitarios, que ocasionan pérdidas millonarias para el anfitrión y acaban pagándose desde lo público”. También ha habido alusiones a la ampliación del Parque Pignatelli, el nuevo hospital Quirón o la ampliación del Parque de Atracciones, con la tala de más de 2.000 árboles y la destrucción de 4,4 hectáreas de los Pinares de Venecia.
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