El jefe de Conservación de Carreteras de Asturias es condenado a 2 años de cárcel por un accidente mortal en San Isidro

El jefe del Servicio de Conservación y Explotación de Carreteras de Asturias, Manuel Antonio S. G., ha sido condenado a dos años de cárcel por su responsabilidad penal en el accidente que, el 1 de enero de 2021, causó la muerte a César Fernández Ordóñez y a Virgilio García García, operarios adscritos a ese departamento, al verse sorprendidos por un alud de nieve.

Los dos trabajadores estaban realizando las labores de limpieza para despejar la carretera AS-112 (Ujo-Puerto de San Isidro), a pesar del riesgo “muy relevante” que existía de que se produjera un siniestro como “finalmente sucedió”.

Inhabilitación para el cargo

Así lo ha determinado la magistrada titular del Juzgado de lo Penal número 2 de Oviedo, María Elena González Álvarez, en la sentencia, a la que ha tenido acceso elDiario.es Asturias, por la que condena al acusado por su autoría en sendos delitos contra la vida y salud de los trabajadores en concurso de normas con dos delitos de homicidio por imprudencia grave.

A la pena de dos años de cárcel se suma además su inhabilitación especial para el desempeño del cargo de jefe del Servicio de Conservación y Explotación de Carreteras de la Dirección General de infraestructuras Viarias durante el tiempo de la condena.

Conformidad con Fiscalía y discrepancia con las acusaciones

La pena impuesta coincide con la conformidad que había mostrado el acusado tanto en el relato como en la calificación de los delitos y la pena solicitada por la Fiscalía.

No obstante, el juicio tuvo que continuar su desarrollo ya que aunque el acusado había reconocido los hechos discrepaba con las peticiones de condena de las acusaciones tanto particular, ejercida por la familia de una de las víctimas, como de la acusación popular que asumía la Corriente Sindical de Izquierdas personada en la causa.

Las acusaciones elevaban su petición de condena a siete años de cárcel por los delitos de homicidio imprudente y contra los derechos de los trabajadores y solicitaban que la inhabilitación para mantenerse en el cargo se prolongara a seis años.

Condiciones climáticas “desfavorables”

El accidente en el que perdieron la vida César Fernández Ordóñez y Virgilio García tuvo lugar el 1 de enero de 2021 en una jornada muy desapacible en Asturias donde existían “unas condiciones climáticas desfavorables propiciadas por un temporal de nieve que habían producido una copiosa nevada en las montañas”, según se refleja en la sentencia.

Estas circunstancias dieron lugar a la movilización de los equipos de limpieza de carreteras integrados en el Servicio de Conservación y Explotación de Carreteras de la Dirección General de Infraestructuras Viarias y Portuarias de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial del Principado de Asturias.

En el Puerto de San Isidro, se procedió a actuar de la forma ordinaria, de manera que tras evaluar someramente la situación por un capataz de la Brigada de Conservación de Carreteras de Aller, que en ese momento ejercía provisionalmente labores de Celador de Área (al estar su titular de permiso), se activó el dispositivo para enviar a la zona un camión quitanieves con cuña y una máquina quitanieves dinámica para abrir la carretera. 

El riesgo de aludes

Sobre las 07:40 horas, los dos operarios fueron avisados para realizar labores de limpieza con una máquina quitanieves y, en concreto, que se trasladaran con la máquina fresadora y limpiasen la carretera AS- 112 (Ujo-Puerto San Isidro) ya que, por el volumen de nieve existente, esa tarea no la podía realizar el camión cuña. 

Dos horas después, se decidió declarar el puerto cerrado, “ante los riesgos de aludes y la imposibilidad de circular con seguridad por la carretera”, afirma la magistrada, por lo que se comunicó al 112.

También se ordenó al conductor del camión cuña que colocase en la localidad de Cuevas-Aller, aproximadamente en el kilómetro 32 en sentido ascendente, las señales indicativas de esta situación, sin que se colocara señal alguna en sentido descendente, ni se comunicara este hecho a la comunidad autónoma de Castilla y León, “como ha sido lo habitual, pues no existe coordinación entre ambas comunidades para el cierre de la carretera en sus vertientes leonesa y asturiana”, añade. 

Ayudaban con la máquina a despejar la vía

Al mediodía, varios vehículos procedieron a descender el puerto detrás de la máquina quitanieves, que seguía trabajando en la carretera, hasta que en la zona conocida como “La Presa de Río Frío”, al paso de la máquina quitanieves, se produjo un alud que hizo que tres vehículos que la seguían tuvieran que detenerse al ser imposible continuar la marcha, lo que dio lugar a que, tras una petición al 112, la quitanieves retornase a liberar su paso. 

Según el relato de hechos probados, sobre las dos de la tarde la máquina prosiguió el descenso seguida de los vehículos y en una zona conocida como “El Fielato” cayó otro pequeño alud, que atrapó a un vehículo que fue nuevamente liberado por la quitanieves.

Al llegar a “El Mirador de Zubillaga”, ante la presencia de otro alud que había unos metros más adelante, la quitanieves tuvo que intervenir para limpiarlo, por lo que los operarios tuvieron que desatascar la chimenea de la máquina quitanieves para poder proseguir con la limpieza de la carretera.

César Fernández fue encontrado sepultado por la nieve horas más tarde, el mismo día del accidente, el 1 de enero de 2021, en un lugar próximo a donde inicialmente estaba la máquina quitanieves, mientras que su compañero fue encontrado el 30 de enero también sepultado por la nieve, ladera abajo, por donde se precipitó la máquina quitanieves arrastrada por el alud

Atrapados por un alud

César Fernández salió de la cabina de la máquina quitanieves y se dirigió a la parte delantera para iniciar el desatasco, que se realizaba con palas manuales quitando la nieve o restos de ramas y/o piedras que se encuentran por la carretera y ayudan a que se apelmace la nieve y Virgilio García salió también de la cabina de la máquina para orientar la chimenea y permitir su limpieza.

“En ese momento, se produjo un enorme alud que se llevó por delante a los operarios y a la máquina quitanieves, e incluso atrapó a un conductor de un vehículo. Como consecuencia de este alud, los dos trabajadores resultaron fallecidos”, señala el fallo.

Sepultados por la nieve

César Fernández fue encontrado sepultado por la nieve horas más tarde, el mismo día del accidente, en un lugar próximo a donde inicialmente estaba la máquina quitanieves, mientras que su compañero fue encontrado el 30 de enero también sepultado por la nieve, ladera abajo, por donde se precipitó la máquina quitanieves arrastrada por el alud.

La sentencia refleja que la zona donde se produjo el accidente está considerada como “especialmente peligrosa por el peligro de aludes” y constituye un punto donde confluyen tres vaguadas (dos relativamente pequeñas y una central mucho mayor) que descienden por la vertiente oeste del Pico Valverde (1968 metros) con una fuerte pendiente que propicia el desprendimiento del manto nivoso.

La vaguada central recoge toda la precipitación caída en una superficie de casi 50 hectáreas (se extiende desde una altura de 1968 metros hasta 1180 metros. del punto en el que la carretera lo cruza). Esta vaguada tiene una longitud de 1,5 kilómetros, por lo que en esa zona puede acumularse una cantidad ingente de nieve.

Ni viseras 'antialudes' ni sistema de retención de la nieve

Asimismo, las pendientes en gran parte del recorrido de las tres vaguadas y en las laderas que las rodean, superan frecuentemente los 30-35 grados de inclinación que marcan el límite comúnmente aceptado a partir del cual el manto nivoso deja de ser estable desde el momento que aumenta mínimamente su densidad, debido a la presión de la nieve que se va acumulando en las capas superiores o a un aumento de la temperatura que provoca un mayor contenido en agua líquida de las mismas.

A todo esto se añade que en esta zona no existen “viseras antialudes, ni sistema de retención de la nieve”, subraya la resolución judicial.

En la zona donde se produjo el alud no había ninguna protección instalada, por lo que la situación de riesgo para las personas, ante la ausencia de protecciones, era manifiesta

La titular del juzgado incide en que desde el Servicio de Conservación y Explotación de carreteras se viene observando que los problemas de aludes afectan a ciertas carreteras muy concretas, entre ellas la del puerto de San Isidro, en las cuales “no existe un sistema de alertas de aludes, sino simplemente los avisos por cantidad de nieve a caer y cota, así como temperatura”. 

Sin protección instalada

En la zona donde se produjo el alud no había ninguna protección instalada, por lo que la situación de riesgo para las personas, ante la ausencia de protecciones, era “manifiesta”.

Por si todo esto fuera poco, además las omisiones de previsión imposibilitan que el Plan de Viabilidad Invernal 2020/2021, vigente en la fecha del suceso, así como la preceptiva evaluación de riesgos y la planificación de la actividad preventiva, fueran “eficaces y suficientes para evitar el riesgo” que se actualizó en la fecha del suceso.

Pese a esta situación, según corrobora la magistrada, no se ha adoptado por el Servicio de Conservación y Explotación de carreteras “ningún criterio técnico”, ni se ha manifestado en otros ámbitos la necesidad de proceder a su realización, ni se ha determinado criterios provisionales en tanto se elaboraba el mismo, “dejando toda decisión de intervención para la limpieza de carreteras al albur de los operarios, basándose en las necesidades del servicio y sin adoptar las decisiones tomando en consideración la seguridad y salud de los trabajadores”.  

La sentencia no es firme y puede ser recurrida en apelación ante la Audiencia Provincial de Asturias en el plazo de diez días.