“Me costaba levantarme de la cama”: por qué es importante que Aitana hable de su depresión en 'prime time'

En muchas ocasiones, la fama se asocia con la perfección. Y es que, idolatrar a un personaje público va muchas veces ligado a considerarlo como un ser casi divino, con una forma de vida inalcanzable de la que, como mucho, podemos ser espectadores y admiradores. Lo cierto es que cada vez más personalidades públicas deciden poner en primer plano la importancia de romper el estigma sobre la salud mental. En lugar de esconder sus inseguridades y luchas internas, muchos de ellos se abren, mostrando que estar en su posición de exposición constante puede pasar factura y que también son humanos.
En el último programa de La Revuelta (RTVE), Aitana no dudó en abrir la puerta a conversaciones sobre la vulnerabilidad. Aprovechando el estreno de su documental Metamorfosis en Netflix, la cantante compartió su proceso de transformación, no solo como artista, sino también como persona que ha tenido que enfrentar la ansiedad, la depresión y el peso de la fama. La sensación de no ser feliz, sin saber bien por qué, explicaba, fue una constante durante ese tiempo: “Nunca me había dado un bajón tan grande como el de este último año”.
El documental, que en principio mostraría los entresijos de su día a día como artista, sirve de reflejo de un proceso evolutivo personal; desde una joven cantante de tan solo 18 años que saltó a la fama con Operación Triunfo y, en tan poco tiempo, pasó a ser una figura pública con muchas posibilidades que antes no tenía: “Ahora puedo hacer de todo”, reconocía. Sin embargo, afirma que en parte este choque inesperado entre la vida que tenía antes y la que lleva ahora la hace sentir que, en ocasiones, no puede quejarse.
Según explica a elDiario.es Guillermo Fouce, doctor en psicología y profesor de la UCM, “la exposición pública y la exposición emocional al público afecta, y mucho, porque es como hacerse un desnudo integral en la parte física ya que estar en el ojo público significa que todo el mundo sepa o quiera saber y esté detrás de las cosas que te pasan”. Y no solo eso sino que recalca la fuerte presión hacia el bienestar de la persona que esto puede conllevar, llevándolos incluso a un sentimiento de culpa. Precisamente, para la cantante, una de las partes más difíciles de compartir su dolor es la sensación de no merecerlo: 'me cuesta mucho mostrar lo triste que soy porque siento que no merezco estarlo“.
Y es que, según relataba la artista, esta realidad de tener razones para sentirse agradecida comenzó a enfrentarse con el simple hecho de que no podía, ni puede, ser feliz todo el tiempo: “Tengo un montón de privilegios, pero también puedo estar mal y no me tengo que sentir culpable”. Este sentimiento refleja uno de los mayores desafíos de los artistas y personas que, en general, 'gozan' del foco de la fama: la presión de tener que parecer perfectos todo el tiempo.
La exposición pública y la exposición emocional al público afecta, y mucho, es como hacerse un desnudo integral en la parte física. Estar en el ojo público significa que todo el mundo sepa o quiera saber y esté detrás de las cosas que te pasan
Para la cantante, un diagnóstico de depresión fue el punto de partida para comenzar a entender lo que le pasaba: “Estaba mal. Me costaba levantarme todos los días de la cama y no sabía lo que me pasaba. Ahí me planteé todo, pensé que a lo mejor el mundo de la fama no es lo mío”. La verdad que me lo he planteado muchas veces. Estoy en el proceso de estar mejor, porque esto no se cura de un día para otro y cada vez le encuentro el sentido a más cosas que antes me hundían“.
Guillermo Fouce afirma que “la emoción a veces se interpreta como debilidad y más si son emociones desagradables”. Muchas veces esta interpretación puede desembocar en una especie de odio o rabia hacia ese personaje famoso, que los lleva a “ocultar la tristeza o la vulnerabilidad, porque primero al ser personajes públicos va a haber quien pueda utilizarla. Va a haber quien pueda perseguirlos con esa arma”.
Pero ya durante la emisión del programa, muchos usuarios a través de X expresaron precisamente su alegría en la manera en que la cantante explicaba, sin perder de vista su posición de artista privilegiada, cómo los problemas de salud mental se manifiestan y afectan de manera universal.
Al fin y al cabo, el proceso de metamorfosis de una persona puede interpretarse como una transición que hace diferenciarnos de lo que éramos. Esa versión no tiene que ser la mejor, sino tan solo distinta y, en un momento de crisis, el simple hecho de serlo es algo positivo. Por ello, la salud mental merece ser tratada con la misma seriedad que cualquier otro aspecto de nuestra vida sin entender de focos.
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