Los políticos del PP y PSOE han vendido a León

Los actuales políticos del zapaterismo leonés, con cargos más altos, parecen tener los zapatos puestos al revés. Los intereses políticos, económicos y sociales de los altos cargos del PP en León nunca coinciden con los intereses generales de los ciudadanos leoneses. Desde que comenzó la comunidad autónoma, casi siempre gobernada por ellos, los datos socioeconómicos de la provincia de León son los peores de España. Tienen el estómago lleno, mientras que, en su pájara política de hace 38 años, siguen quitando todo lo que pueden en la provincia de León y lo incorporan a Castilla la Vieja, para hacer crecer Valladolid, Burgos, etcétera. Cobran mucho dinero, y reciben un plus para seguir despojando a los ciudadanos leoneses.
La actual autonomía para la provincia de León ha sido un fraude político, impulsada de manera forzada por políticos muy poderosos, franquistas y algunos oportunistas. Cuando comenzó, los ciudadanos la rechazaron con grandes manifestaciones, que han continuado con el paso del tiempo. La última fue el 16 de febrero de 2025. Si no se dan soluciones democráticas, el rechazo continuará. Esto ha sido una desgracia política para la provincia de León; es una comunidad fallida y, como consecuencia, una provincia pequeña como León ha perdido más de cien mil habitantes. Como resultado, tiene dos diputados nacionales menos. Además, no se reconocen las señas de identidad de la Región Leonesa ni el dialecto leonés. Los políticos autonómicos y nacionales leoneses, que presumen de que León es la cuna del parlamentarismo, dan lecciones de democracia, pero no la practican ni escuchan a sus ciudadanos. Solo piden el voto, mientras que lo demás, como el paro, la despoblación, etc., no les importa. Tampoco reconocen los resultados de las mociones ganadas por la población censada en los ayuntamientos y la diputación. No escuchan a los ciudadanos en las manifestaciones a favor de crear la Comunidad Autónoma Leonesa, amparada en el artículo 144 de la Constitución, para evitar la despoblación descontrolada, el envejecimiento interprofesional y todas sus consecuencias negativas.
Los ciudadanos leoneses no son más, pero tampoco menos, que los ciudadanos asturianos, cántabros, riojanos, murcianos o madrileños. La diferencia es que, en esas provincias, los políticos autonómicos y nacionales trabajan para que no cierren sus pueblos y para que sus ciudadanos vivan mejor. En León, los políticos autonómicos trabajan a tiempo completo para Castilla la Vieja, creando más riqueza y aumentando la población de Valladolid, Burgos, etcétera. Los pocos políticos nacionales que aún quedan en la provincia de León, entre ellos el socialista señor Cendón, parecen no estar interesados en la autonomía leonesa. Incluso amenaza a los políticos de su partido que la apoyan. Su modelo autonómico parece ser “ganar Castilla y León”, no gobernar para la provincia. Ellos pueden esperar, pero los ciudadanos de León no.
Los políticos socialistas no deben pedir el voto de los ciudadanos para ayudar y complacer las exigencias políticas y sociales del señor Puigdemont, para que Cataluña tenga más competencias y aumenten las desigualdades entre territorios. Los ciudadanos leoneses y españoles tendrán más dificultades para trabajar en Cataluña si no hablan catalán.
Los políticos leoneses, tanto autonómicos como nacionales, han logrado que la provincia de León sea la que tiene la mayor despoblación y envejecimiento interprofesional de España. Por necesidad, todos los sindicatos leoneses convocan una manifestación en León, y los verdaderos responsables políticos del fracaso se suman a la manifestación, solo para hacerse la foto, sin cambiar nada. Se culpan unos a otros de los fracasos. Al día siguiente, una política destacada del PP comparece en la prensa para mentir y desinformar, comparando lo que piden los ciudadanos leoneses con exigencias violentas de otros lugares y tiempos, que todos los leoneses rechazamos. Estas comparaciones no tienen ningún fundamento.
Los resultados del pleno de la Diputación de León son totalmente legales, y deben cumplirse, tanto por los que ganaron la votación como por los que perdieron.
El actual Estatuto de Autonomía de Castilla y León está roto por los votos de la mayoría de ciudadanos censados en los plenos de los ayuntamientos y la diputación. El presidente de la Diputación de entonces firmó la autonomía de Castilla y León. El actual presidente de la Diputación, Gerardo Álvarez Courel, también firmó la salida de la provincia de León de Castilla y León, y nadie lo ha impugnado. Por responsabilidad, el presidente actual de la Diputación, señor Álvarez Courel, debe pedir y gestionar, amparado en el artículo 144 de la Constitución, la autonomía uniprovincial de León.