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Feijóo asume el pacto de Mazón con Vox y da vía libre a los barones del PP para que lo repliquen

El líder del PP, Alberto Núñez Feijóo, y el presidente de la Generalitat valenciana, Carlos Mazón, el pasado mes de enero en Fitur.

Aitor Riveiro

17 de marzo de 2025 21:53 h

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“Con esto estamos muy cómodos, francamente cómodos. Si esto es lo que van a plantear en otros territorios, nos vale”. Así intentaron zanjar este lunes en la sede nacional del PP las preguntas sobre la más que probable extensión a otras comunidades autónomas del preacuerdo presupuestario alcanzado entre Carlos Mazón y Vox para la Comunitat Valenciana. Alberto Núñez Feijóo no solo asume un acuerdo que deslegitima el Pacto Verde Europeo y señala a las personas por su lugar de procedencia, sino que refuerza a Mazón apenas unas horas después de que el líder del PP hiciera verbo su decisión de desentenderse de su barón y de su gestión de la DANA del 29 de octubre.

Feijóo ha revivido en las últimas horas las semanas previas a las elecciones de julio de 2023, cuando desde la dirección nacional intentaron frenar las ansias de sus barones autonómicos para cerrar sus respectivos acuerdos de investidura con la extrema derecha. Todos cumplieron su parte con una excepción: Carlos Mazón. El entonces candidato valenciano alcanzó un acuerdo por su cuenta justo después de que el portavoz del PP, Borja Sémper, dijera en público que era “una línea roja” la entrada del elegido de Vox en el Govern. El veto a Carlos Flores Juberías, condenado por un “delito de violencia psíquica habitual” hacia su exmujer, funcionó. Pero Mazón se apresuró a cerrar un Gobierno de coalición que abrió el camino a todos los demás territorios.

Dos años después, en la sede nacional de la madrileña calle de Génova en Madrid todavía hay quien sostiene que Feijóo no es presidente del Gobierno porque Mazón situó en el centro del debate el miedo a la ultraderecha y movilizó a la izquierda española.

Y ahora la historia se repite. La gestión de la DANA que el pasado 29 de octubre provocó al menos 228 muertos en la provincia de València se ha convertido en un lastre para el PP autonómico y estatal. Los vaivenes de Mazón, sus cambios de versiones y el temor a que no pueda evitar terminar ante un tribunal llevaron a los estrategas de Feijóo a decantarse por dejarlo solo.

Pero en el PP no contaban con Vox. O no contaban con que pudieran cerrar un acuerdo. Puede que Feijóo no tuviese capacidad para impedirlo ni siquiera para limitar su alcance. Porque desde el PP apuntan a que su jefe de filas sabía perfectamente no solo la existencia de las negociaciones, sino también la inminencia del pacto e incluso el contenido exacto de la declaración institucional en la que Mazón hizo un llamamiento expreso “a la acción en contra del Pacto Verde Europeo y sus medidas”, promovido por su compañera de partido Ursula von der Leyen, e incluso habló de publicar las nacionalidades de las “personas detenidas por pillaje” y devolver a sus países a los menores no acompañados.

Los argumentos ofrecidos después por Borja Sémper en la habitual rueda de prensa de los lunes tuvieron poco o nada que ver con el contenido de un acuerdo del que fuentes de la dirección del PP admitieron desconocer “los detalles”. “Es bueno para los valencianos y su estabilidad”, dijo el portavoz.

Pero no solo eso. La dirección nacional del PP hizo suyo el pacto. Sémper dijo que en Génova estaban “de acuerdo e informados” de los pormenores del acuerdo. Fuentes de la dirección abundaron después en la idea. 

“Lo que han comunicado lo conocíamos al 100%. Son planteamientos en los que estamos cómodos”, justificaron fuentes autorizadas del partido tras la comparecencia de Sémper. “Es consecuente, no implica cambios discursivos”, añadieron. “No hemos cedido al chantaje”, dijeron. Los estrategas de Feijóo sostienen que no existe ningún problema con los “principios filosóficos” del pacto.

Siguientes, Murcia y Aragón

Mazón no discutió los términos del acuerdo con Feijóo. Según explicaron desde la dirección del partido, la interlocución entre el president de la Generalitat y el PP se lleva por debajo. Ambos hablaron por teléfono justo antes de que Feijóo anunciara su intención de llevarse el congreso del PPE de Valencia a Madrid, una decisión que ha tenido que ser revertida. Preguntado expresamente sobre una conversación este fin de semana, un portavoz autorizado lo descartó: “Que yo sepa, no”.

Mazón verá así solventada una parte de sus problemas políticos, a expensas de lo que digan los tribunales y lo que falta por conocer de su gestión de la peor tragedia en un siglo en su comunidad. Pero el valenciano no es el único presidente pendiente del apoyo de Vox para apoyar sus presupuestos. Los seis presidentes autonómicos que gobiernan en minoría están a la espera de los ultras para sacar las cuentas públicas de 2025. Además del País Valencià, Aragón, Murcia, Castilla y León, Extremadura y Balears siguen sin presupuestos.

El acuerdo en la Comunitat Valenciana y la defensa cerrada que ha hecho Génova de él abre la puerta ahora a que otros territorios sigan los pasos de Mazón y, como ya ocurriera en 2023, la dirección nacional del PP solo podrá saludar y abrazar los sucesivos pactos que lleguen.

En Génova ya cuentan seguro con que Aragón y Murcia seguirán los pasos valencianos. Tanto Jorge Azcón como Fernando López Miras necesitan del concurso de otros grupos para sacar sus cuentas. El aragonés puede intentar armar una mayoría parlamentaria que no pase por Vox, aunque lo tiene muy difícil. Pero el murciano no tiene más remedio que pactar con los de Abascal.

Un portavoz oficial del PP aseguró este lunes que el pacto valenciano “abre la puerta a otros pactos en otras comunidades”. “Si esto es lo que van a plantear en otros territorios, esto nos vale”, zanjó la misma fuente.

El PP da por seguro el acuerdo en Aragón y Murcia y ve viable que pueda ocurrir también en Balears. En Extremadura es más complicado, pero su presidenta, María Guardiola, sí ha aprobado con Vox una reforma legal que le permite disponer de dinero no gastado y cambiarlo a otras partidas preexistentes, algo parecido a lo que hace el Gobierno central con, por ejemplo, el gasto en armamento.

Donde sí dan por imposible el pacto es en Castilla y León. Después de la ruptura del Gobierno de coalición el que era líder de Vox en la región, Juan García-Gallardo, abandonó el partido y lo ha sumido en una profunda crisis. Además, Alfonso Fernández Mañueco deberá someterse sí o sí a elecciones autonómicas como tarde dentro de un año, por lo que los incentivos para un pacto son mínimos, asumen en Génova.

Más allá de elucubraciones, tal y como sucedió en 2023 el primer pacto que ya está cerrado es el de la Comunitat Valenciana. Mazón consigue oxígeno para aguantar en el cargo e intentar que se vuelva a hablar de la reconstrucción. Al menos hasta el próximo 11 de abril, Viernes de Dolores, cuando su exconsellera de Interior, Salomé Pradas, ha sido citada a declarar como imputada. Un testimonio del que depende el futuro político de toda la región.

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