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Las dimisiones en Vox afloran una nueva crisis interna y el PP recrudece sus ataques

Santiago Abascal, junto a Juan García-Gallardo, en una imagen de archivo

Carmen Moraga / Aitor Riveiro

Madrid —
3 de febrero de 2025 21:44 h

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Los cimientos de Vox vuelven a tambalearse. La inesperada dimisión de Juan García-Gallardo de todos sus cargos orgánicos que el ya exvicepresidente de Castilla y León anunció este lunes a través de una dura carta ha vuelto a destapar el fuerte malestar interno que se lleva fraguando en el partido de extrema derecha contra la dirección de Santiago Abascal. La crisis se remonta a cuando Vox decidió eliminar las primarias tras un cambio estatutario llevado a cabo justo antes de las elecciones generales, municipales y autonómicas de 2019, lo que les permitía nombrar a dedo a los cargos orgánicos y dirigentes que iban a encabezar las candidaturas electorales. El PP, principal competidor de Vox, se apresuró este mismo lunes a intentar aprovechar esta nueva marejada en el partido con el que aún comparte varios gobiernos municipales, todo ello dentro de la permanente guerra que mantienen por el electorado más derechista.

Después de aquella maniobra Abascal y su núcleo duro tienen las manos libres para elaborar a su antojo las listas que concurren a las urnas a pesar de las numerosas quejas recibidas por la exclusión en ellas de gente “valiosa” y “trabajadora”. También desde entonces el partido ha sido implacable con todos aquellos que se han atrevido a cuestionar las decisiones o que se han quejado del “ordeno y mando” que ejerce habitualmente la dirección nacional con Abascal al frente. Los que no eran expulsados se iban dando un portazo entre denuncias de “purgas” y “cribas”. Ese goteo de bajas por “falta de democracia interna” nunca se ha llegado a frenar del todo.

El último exponente ha sido García-Gallardo, que anunció su dimisión a través de una dura carta en la que acusa de “injerencias” a Abascal, al que se vio obligado a obedecer cuando en julio del año pasado decidió romper todos los pactos autonómicos que tenían con el PP. En realidad, esa decisión privó al ya exdirigente de su estatus institucional y de su jugoso sueldo como 'número dos' del Gobierno de Alfonso Fernández Mañueco, el presidente autonómico del PP. La nueva situación de García-Gallardo ensombreció las relaciones con el líder, al que ahora critica sin tapujos.

“Entré en política activa con grandes dosis de ilusión y entusiasmo. Entré en un proyecto unido, pero ancho, en el que existían y cabían pluralidad de liderazgos y carismas. Esa situación ha cambiado. La dirección del partido ha ido ocupando cada vez más espacios en detrimento de los demás”, lamenta en su carta.

Aunque no critica esa decisión de Abascal de dar carpetazo a las primarias, sí explica en su carta que “el intento por acabar con las oligarquías dentro de los partidos es una quimera”. García- Gallardo además puntualiza que su decisión es “personal e independiente” de “quienes han desafiado públicamente a la dirección del partido con exhibiciones de rebelión” o “constituyendo plataformas de afiliados para cuestionar decisiones relevantes de la dirección en política internacional”.

El exvicepresidente de Castilla y León se refería con ello a las expulsiones fulminantes de dos procuradores de Vox, sucedidas el fin de semana: la de la burgalesa Ana Rosa Hernando Ruiz y la del salmantino Javier Bernardo Teira Lafuente. Ambos habían pedido a la dirección nacional que se celebraran primarias para “volver a los principios fundacionales y raíces” del partido. Horas después de conocerse la carta de García-Gallardo, el portavoz nacional de Vox, José Antonio Fúster, desvelaba que el dirigente castellano leonés se había negado a condenar la actitud de los dos procuradores díscolos y a firmar sus ceses, a los que el partido acusa de ser “dos oportunistas” que se dedicaban a “socavar” a Vox. “Han tratado de dañar al partido con argumentos absurdos y peregrinos”, sentenció Fúster. 

Por contra, en defensa de García-Gallardo salió Inés Cañizares, vicealcaldesa de Toledo de Vox y una de las figuras más cercanas al exdirigente Iván Espinosa de los Monteros, que llegó a ser diputada en el Congreso en la legislatura anterior, pero posteriormente fue descabalgada de las listas en las últimas elecciones generales. “Creo que el mensaje que ha trasladado [García-Gallardo] es impecable. Él habla de discrepancias con la dirección. Creo que ha sido siempre una persona ejemplar en cómo ha desempeñado todos los cargos”, aseguraba. Tras medir mucho sus palabras, Cañizares recordó en rueda de prensa que en su día el propio Abascal abandonó el PP, entre otras cosas, por “falta de democracia interna”, exactamente la misma acusación que lanza ahora García-Gallardo a Abascal. Cañizares defendió luego las primarias: “Hay que consultar a las bases, porque las bases de un partido son las que lo sostienen. Si no damos participación política real a las bases del partido, estamos convirtiendo a la afiliación en meros financiadores del partido”, opinó. 

Otra de las pocas dirigentes que se atrevió este lunes a hacer declaraciones fue la portavoz de Vox en el Ayuntamiento de Palencia, Sonia Lalanda, que en declaraciones a Libertad Digital sentenció: “Han secuestrado al partido”. Su opinión la comparte la procuradora de Vox por Burgos en las Cortes de Castilla y León, Ana Rosa Hernando, que según ese medio está liderando al grupo de descontentos con la vida interna de Vox , que quieren que haya de nuevo primarias.

Mientras, en Ciudad Real, dimitía otra dirigente de Vox: la vicepresidenta de la Diputación Provincial, Milagros Calahorra. La razón esgrimida por el partido fue que dejaba el cargo por “acumulación de trabajo”.

Monasterio ya criticó las designaciones “a dedo”

Otra de las dirigentes que se marchó denunciando esa “falta de democracia interna” fue la exportavoz en la Asamblea de Madrid, Rocío Monasterio, que vio cómo de la noche a la mañana el partido la sustituyó al frente de la organización en Madrid por el también diputado autonómico, José Antonio Fúster, hombre de la absoluta confianza de Abascal al que le ha colocado como portavoz nacional.

La reacción de Monasterio fue abandonar al día siguiente su puesto de portavoz en la Asamblea regional y su escaño. En su comparecencia ante los medios para dar a conocer su decisión recordó que el de Vox Madrid era “el único Comité Ejecutivo Provincial que quedaba en España votado y dirigido por todos sus afiliados”, mientras enfatizaba que estos afiliados componían “el grupo más numeroso de todo Vox”. “El secretario general y el presidente tienen la potestad de nombrar a dedo al siguiente comité ejecutivo de Vox Madrid gracias a las sucesivas enmiendas que se han ido presentando de nuestro estatuto”, añadió, en tono crítico. Sobre la elección a dedo de su sustituto opinó que dejaba “en el olvido la democracia interna de los partidos” que al principio se defendía en Vox. “La política para mí ha sido siempre un acto de servicio a España y a los españoles, intentar aportar algo a la sociedad y no como un puestecito del que vivir eternamente”, zanjó Monasterio. 

Los recientes movimientos se enmarcan de momento en una pequeña rebelión en Castilla y León pero que, según las fuentes consultadas por elDiario.es, podría extenderse a más territorios. Según estas fuentes, ese malestar está a punto de estallar en Extremadura, Castilla La Mancha, Balears o Catalunya, entre otros lugares, para reclamar que se reinstauren las primarias y se dé voz a las bases. “Hay bastantes frentes abiertos y aunque no todos están unificados terminarán por unificarse”, vaticina uno de los dirigentes críticos de Vox, que no quiere vincularlos a la reaparición del exportavoz parlamentario de Vox, Iván Espinosa de los Monteros, que hace unos días decidió romper su silencio concediendo diversas entrevistas a diferentes medios de comunicación.

El PP intenta rentabilizar la nueva crisis de Vox

El nuevo terremoto interno llega justo cuando todas las encuestas apuntan a que la formación que lidera Abascal parece que empieza a remontar electoralmente a costa del PP, cuyo líder, Alberto Núñez Feijóo, según la dirección de Vox, ha renunciado a ser el líder de la oposición y se ha convertido en “cómplice de Pedro Sánchez”.

De ahí que el dirigente gallego quiera ahora rentabilizar al máximo la debilidad interna de su principal rival y está aprovechando esta nueva crisis para devolverle a Santiago Abascal todos los ataques de los que han sido víctimas en las últimas semanas. Este mismo lunes, ante la Junta Directiva Nacional del partido, Alberto Núñez Feijóo señaló a su socio municipal y autonómico como “oposición de tumbona, de sarao y de dedito levantado”. “Nosotros vamos a darle propuestas y soluciones a los españoles”, contrapuso. Fuentes de la dirección confirmaron posteriormente a elDiario.es que el destinatario de la frase era Abascal. “Es una respuesta de baja intensidad a los ataques continuados” de Vox, apuntaron las mismas fuentes, que reclaman el “derecho” del partido a “defenderse”.

Ya la semana pasada Feijóo le dedicó una duras y explícitas palabras a Vox. El líder del PP reprochó a Abascal haber apoyado en 2023 la anterior reforma del sistema de pensiones, además de dar “vía libre a Sánchez para mangonear con los fondos europeos sin control alguno”, en referencia a un decreto del anterior Gobierno de coalición en 2021. “De quien a menudo parece que tiene más interés en sustituir al PP que en sustituir al PSOE”, dijo, “no podemos aceptar lecciones, ni chantajes, ni presiones”.

En el PP contemplan la posibilidad de que Vox pierda poder territorial en el próximo ciclo electoral. Aunque las encuestas a nivel nacional fijan un suelo robusto para los de Abascal, a nivel autonómico y municipal no está tan claro. La actual crisis en Castilla y León no parece haber animado a adelantar las elecciones al presidente autonómico, Alfonso Fernández Mañueco. Los comicios en la comunidad están previstos para el primer trimestre de 2026. También en Andalucía se tendrán que convocar las urnas como tarde en junio de ese mismo año. Pero otros líderes autonómicos sí pueden activar el botón electoral si Vox cumple su amenaza de tumbarles los presupuestos. Es el caso de Murcia, donde Fernando López Miras ya quiso repetir en 2023 y cuenta con sondeos que le dan la mayoría absoluta.

Sin embargo, en la calle Bambú ni se inmutan y presumen del liderazgo internacional de Abascal tras su viaje a Washington para acudir a la toma de posesión de Donald Trump, en su calidad de presidente de Patriotas por Europa, a cuyos líderes han citado el próximo fin de semana en Madrid a una cumbre a la que asistirán, entre otros, el primer ministro de Hungría, Víktor Orban, y la líder de la Agrupación Nacional francesa, Marine Le Pen, con el objetivo de “trazar la estrategia a seguir para consolidar la alternativa al consenso que gobierna en Bruselas desde hace una década entre 'populares' y socialistas”.

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