Los socios del Gobierno defenderán su rechazo a aumentar el gasto militar en la reunión con Sánchez que el PP desprecia

Los socios de investidura escenificarán este jueves ante Pedro Sánchez su rechazo la subida del gasto militar. El presidente del Gobierno recibe a los grupos en una reunión en la Moncloa en un momento crucial para una Europa que ha iniciado la senda del rearme ante las amenazas de Donald Trump de abandonar a su aliado ante la crisis de Ucrania. La mayoría del bloque de investidura, incluido el socio de la coalición de gobierno, Sumar, ha mostrado en las horas previas su escepticismo ante los planes de la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen. El PP, que sí apoya aumentar el gasto, tilda la cita de “reunión informal” y considera “un chiste” que Feijóo solo tenga “10 minutos más que el BNG o Bildu”.
“Hay una mayoría que está en contra de subir el gasto militar”, advirtió el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, este miércoles en los pasillos del Congreso. Los independentistas catalanes han conversado con los principales grupos de izquierda durante el día para tratar de llevar una postura única ante Sánchez, un “discurso común consensuado” contra el plan de rearme esbozado por la Unión Europea en las últimas semanas.
El propio presidente del Gobierno ha mostrado su intención de elevar hasta el 2% el gasto en Defensa. Incluso antes de los planes iniciales de hacerlo para 2030. “Estamos preparados para cumplir con nuestro compromiso de alcanzar el 2% del PIB. Lo vamos a hacer”, dijo este mismo miércoles en una comparecencia de prensa desde Helsinki en la que ha planteado una fórmula similar a la de los fondos Next Generation para que los países de la UE puedan financiar esta subida del gasto. Todo, después de reunirse en Moncloa con la vicepresidenta y líder de Sumar en el Gobierno, Yolanda Díaz.
Unas horas antes de que se produzcan esas reuniones, el Congreso debatió este miércoles sobre defensa a propósito de una comparecencia del ministro de Exteriores, José Manuel Albares. En la tribuna, la mayoría de la investidura dejó patente que no comparte al 100% una escalada belicista, una política de rearme que implique un incremento disparado del presupuesto militar en España. Menos aún si eso supone recortes en el estado de bienestar.
Tanto ERC como EH Bildu, Podemos, el BNG y también Sumar están de acuerdo en esta premisa, aunque las diferentes formaciones plantean matices. El mismo Rufián, en unas declaraciones a La Sexta, pidió “ir más allá de la pancarta”. “Le vamos a plantear que igual no toca gastar más, sino gastar mejor y ser más eficiente. Pero queremos ir más allá de la pancarta. Lo cómodo es el ‘no a la guerra’. Ahí estamos todos de acuerdo. Pero más allá de eso el mundo es como es”, dijo.
“Este es el pueblo del ‘no a la guerra'”, le advertía a Albares la secretaria general de Podemos, Ione Belarra, durante su réplica parlamentaria al ministro. Su partido ha sido el que ha mostrado quizás con más firmeza su rechazo a la estrategia de rearme. “Sánchez va a pasar a la historia como un señor de la guerra, comprometiendo el futuro de nuestros hijos e hijas y el Estado del bienestar”, añadió.
“Escalar en militarismo y belicismo no es una opción vitalmente viable, no digo ya satisfactoria, acertada, sino vitalmente viable”, dijo en una línea similar el portavoz de EH Bildu Oskar Matute, que ha defendido, abandonar la Alianza Atlántica, igual que ha hecho Podemos y proponen algunos partidos de Sumar como IU. “Para Europa, ser presa de una estrategia de Estados Unidos o la OTAN no soluciona nada, ser satélites de sus políticas no construye nada nuevo ni mejor. Es más, cronifica la barbarie, el expolio y los conflictos bélicos”, resumió.
El BNG ha manifestado en sucesivas ocasiones en las últimas semanas su oposición al incremento del gasto militar. “Más gasto militar no es sinónimo de más seguridad. Si hay que escoger entre hospitales y bombas, escogemos hospitales; entre escuelas y misiles, escogemos escuelas; entre viviendas y tanques, escogemos viviendas”, aseveró su diputado en el Congreso, Néstor Rego, que también apuesta por una salida de España de la OTAN.
Mucho más moderado, Junts ha pedido que cualquier subida del presupuesto en defensa no vaya a costa de los servicios públicos y del estado del bienestar, aunque ha defendido que Europa refuerce “su política de defensa y seguridad”, tal y como trasladó su portavoz, Josep Rius, el lunes pasado en una rueda de prensa. “La cuestión del gasto militar se tiene que hacer bien y no puede ir a costa de los servicios públicos y del Estado del bienestar que tienen derecho a disfrutar todos los ciudadanos”, dijo.
El Partido Nacionalista Vasco no ha entrado a valorar el asunto en sus diferentes intervenciones en los últimos días. Fuentes del grupo trasladan que esperaran a la reunión con Sánchez antes de hacer pública su posición sobre el tema.
Y también Sumar, que ha trabajado en los últimos días para alcanzar una posición común alrededor del tema, se ha mostrado este miércoles reacio a la subida del gasto. Lo hizo su portavoz en estos temas, Agustín Santos Maraver, quien desde la tribuna del Congreso criticó de forma tajante el aumento del gasto militar.
“Ahora mismo [en Europa] estamos casi dos tercios por encima del gasto militar de Rusia. ¿Hace falta mucho más gasto militar? ¿Más que superarlo en dos tercios? ¿800.000 millones cuando actualmente el gasto militar europeo está en 250.000 millones de euros?”, repasó durante su intervención.
Y añadió: “Estamos hablando de triplicarlo en cuatro años. Eso crea inflación, crea crisis económica, recesión y crea un recorte inevitable del gasto social, por mucho que se comunitarice o se proponga comunitarizar la deuda”. “Y no resuelve el problema de seguridad porque el ciclo industrial no llegaría a responder a las necesidades urgentes inmediatas que tenemos ni al problema de la dependencia de Estados Unidos incluido en el terreno nuclear”, ha rechazado.
“Un chiste” para el PP
El partido que sí defiende un aumento del gasto público en defensa es el que más reticencias ha puesto a la cita: el PP. De hecho, Alberto Núñez Feijóo ni siquiera comparecerá este jueves en el Palacio de la Moncloa después de una cita que sus portavoces han tildado de “informal” e, incluso, de “chiste”.
Presidencia del Gobierno habilitará a los diferentes portavoces parlamentarios una de las salas de prensa que habitualmente se utilizan en la Moncloa cuando acuden representantes de otros partidos o, incluso, de comunidades autónomas. Es la misma sala que usaron Juan Manuel Moreno, Alfonso Rueda, María Guardiola o Jorge Azcón en la ronda de contactos con los jefes de los ejecutivos regionales.
Pero al PP le parece poco para Feijóo, quien desde el primer momento protestó por ser convocado por Pedro Sánchez al Palacio de la Moncloa. El miércoles, el portavoz nacional, Borja Sémper, dijo en un videocomunicado que las reuniones deberían celebrarse en el Congreso, y no en la sede de la Presidencia del Gobierno, aunque minutos después la propia dirección del PP matizó que el líder del partido no ponía como condición cambiar el lugar de la reunión para acudir a ella.
Este jueves el PP ha subido un escalón al definir como “informal” la reunión con Pedro Sánchez, ya que, en opinión del primer partido de la oposición, el presidente supuestamente no puede hablar en nombre de todo el Gobierno ante las diferencias que existen entre el PSOE y Sumar. La vicesecretaria Ester Muñoz ha acusado al presidente de “hacer trampas”. “No es lo mismo engañar a ERC y a Junts que a la OTAN y a la UE”, añadió en declaraciones a los medios en el Congreso.
Muñoz también tildó de “chiste” que Feijóo tenga 30 minutos de entrevista con Sánchez, solo “diez minutos más que el BNG o Bildu”.
El PP quiere aumentar el gasto en defensa hasta el 2% comprometido con la OTAN y, de hecho, defiende la permanencia de España y del resto de países de la UE en la “Alianza Atlántica”. Este mismo jueves, registró una proposición no de ley para reafirmar este compromiso y mantener la entente con EEUU, pese a reconocer que la nueva Administración de Trump “representa un desafío significativo para la estabilidad europea”.
Sánchez intenta rebajar el rechazo de sus socios
La parte socialista del Gobierno se plantea esta ronda de reuniones como una primera toma de contacto con las fuerzas políticas parlamentarias, antes de las explicaciones formales que dará el presidente en el Congreso durante su comparecencia del 26 de marzo, justo después del próximo Consejo Europeo que debe definir la hoja de ruta.
En la Moncloa insisten en que “aún es pronto” para concretar detalles del gasto que debe afrontar España porque está pendiente de negociarse en el seno de la Unión Europea. Pero aspira a alcanzar un “consenso de mínimos” con el conjunto de portavoces sobre los desafíos que implica el nuevo orden mundial inaugurado tras la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.
Son conscientes en la Moncloa del rechazo generalizado que trasladan la mayoría de socios de izquierdas sobre un aumento del gasto en Defensa que en algunos casos repudian como principio fundacional. Y por eso el presidente trasladará personalmente a los portavoces que en ningún caso el Ejecutivo se plantea que la partida comprometida con Europa y con la OTAN vaya en detrimento de las inversiones en políticas sociales. Además, Sánchez compartirá con sus interlocutores “una reflexión global sobre el concepto de seguridad, que va mucho más allá de la idea de un gasto militar en material de guerra y que nos debe implicar a todos en la defensa de Europa”, explican.
“Los compromisos de gasto en defensa en absoluto van a mermar el gasto social, que seguirá siendo una política clave para este Gobierno”, dijo el martes la ministra portavoz, Pilar Alegría. Este miércoles, y en visita oficial a Finlandia, Sánchez insistió en el compromiso inequívoco de España con la defensa de Ucrania y con el aumento del gasto. “Estamos preparados para cumplir con nuestro compromiso de alcanzar el 2% del PIB. Lo vamos a hacer”, prometió antes de puntualizar que el Gobierno ya ha incrementado los recursos destinados a esa partida. “España ha aumentado el gasto en defensa en los últimos siete años”, recordó.
En esa misma comparecencia, Sánchez planteó reproducir la fórmula de los fondos europeos impulsados tras la pandemia para la reconstrucción económica con la mirada puesta en el aumento exponencial del gasto en Defensa que ahora afronta Europa. “Igual que hicimos con la crisis del COVID, necesitamos subvenciones para aquellos países más perjudicados. Mi propuesta es que estos subsidios se envíen, sobre todo, a los países bálticos, nórdicos, a aquellos países más cercanos a la frontera rusa”, defendió.
Ante la falta de un consenso generalizado en el Congreso de los Diputados y de las dificultades para ahormar una mayoría parlamentaria, el Gobierno contempla que los próximos pasos que se den respecto al gasto en Defensa sigan el mismo camino que hasta ahora. Es decir, que los recursos procedan de los fondos de contingencia previstos en los Presupuestos vigentes o incluso de modificaciones de partidas de otros departamentos y que, por lo tanto, no resulte necesario que sean sometidos a la consideración del Parlamento.
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