Fracasa el intento de rebautizar el colegio Calvo Sotelo en Sevilla tras el veto de la oposición por razones distintas

Pleno ordinario celebrado este jueves en el Salón Colón del Ayuntamiento.

Sara Rojas

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La oposición en el pleno del Ayuntamiento de Sevilla ha frenado el intento de rebautizar el colegio Calvo Sotelo como Presidente Calvo Sotelo para tratar de no contravenir la Ley de Memoria Democrática, que obliga a eliminar los vestigios franquistas de la nomenclatura pública. El rechazo por parte de PSOE y Podemos-IU, por un lado, y de Vox, por otro, ha frustrado el cambio de nombre que había escogido la dirección y el profesorado del centro, y que contaba con el visto bueno del Gobierno del PP, pero sin el consenso de las familias ni del movimiento memorialista.

Se da la circunstancia de que las razones esgrimidas por los dos bandos de la oposición (el de la izquierda y el de la extrema derecha) son distintas y radicalmente opuestas, pero han conducido al mismo resultado: impedir que prospere la denominación Presidente Calvo Sotelo, que los populares habían aceptado elevar al pleno de este jueves por petición del centro. De momento, el colegio seguirá llevando el nombre que le otorgó el bando nacional en plena Guerra Civil en honor a José Calvo Sotelo, ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera.

Ninguno de los grupos de la oposición es partidario de incorporar el término 'presidente' a la actual nomenclatura. Los de izquierda porque lo consideran una “triquiñuela para burlar la ley de memoria”, al intentar aludir a otro personaje histórico con sus mismos apellidos (su sobrino Leopoldo Calvo-Sotelo, segundo presidente de la democracia española), conservando las reminiscencias franquistas. Y los de extrema derecha porque, directamente, se oponen a cambiar lo más mínimo el nombre de este colegio público en virtud de una ley que tildan de “absurda y maniquea”.

Vox a favor de mantener a un “mártir de la Cruzada”

Antes de la votación, la concejala de Educación, Blanca Gastalver, ha defendido la propuesta elevada a pleno como “una petición de la comunidad del colegio Calvo Sotelo”. En este sentido, ha recordado que la opción que alude al presidente homónimo ha sido “la más votada por el Consejo Escolar de entre todas las propuestas presentadas a través del procedimiento de elección de cambio de nombre llevado a cabo por el centro educativo”. El colegio inició los trámites para el cambio de nombre en la primavera de 2023, tras el requerimiento de la Oficina de la Memoria Histórica del Ayuntamiento, que instó al director a “deshacerse” de los “vestigios franquistas” presentes en su denominación.

De acuerdo con el informe adjuntado en dicho requerimiento y elaborado por Leandro Álvarez Rey, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Sevilla, José Calvo Sotelo fue ministro de Hacienda durante la dictadura de Primo de Rivera y, posteriormente, conocedor de “la conspiración que estaba urdiéndose en los cuarteles”, previa a la Guerra Civil. Fue, además, protagonista de diversos “enfrentamientos parlamentarios” en los que se declaró “defensor del fascismo”. Su asesinato en la madrugada del 13 de julio de 1936 –en “represalia” por el crimen horas antes del teniente Castillo– fue decisivo para que “muchos indecisos como Franco” se unieran al golpe de Estado que desembocó en la Guerra Civil. Entonces, el bando sublevado elevó su figura a “protomártir” de la “Cruzada” y la exaltó en sucesivos homenajes.

Con todo, el concejal de Vox en Sevilla Gonzalo García de Polavieja ha esgrimido que “el origen del procedimiento está viciado desde el principio”, porque pretende hacer cumplir una ley que la formación de ultraderecha considera “absurda y maniquea”. Los de Abascal se han preguntado “por qué van a quitarle el nombre a Calvo Sotelo por la aplicación incorrecta de una ley en la que no creemos”, apuntando a que la normativa regula un “periodo” que comienza el 18 de julio de 1936 y el personaje histórico en cuestión “fue asesinado cinco días antes, por lo que está fuera del ámbito temporal de aplicación de la ley”, según Vox.

“Al pobre no le dieron tiempo ni de escoger bando en la guerra”, ha lamentado García de Polavieja, antes de reprochar a los grupos de izquierda que quieran desdibujar el nombre de Calvo Sotelo en un colegio público para evitar que la población “se pregunte quién fue Calvo Sotelo o quiera saber qué le pasó y descubra lo que hay más allá de esa interpretación maniquea de la ley de memoria histórica”.

Un cambio de nombre controvertido

Por el contrario, la concejala de Podemos-IU, Susana Hornillo, ha recordado que la anterior directiva de la AFA La Graná dimitió en bloque por estar “absolutamente en contra” del nuevo nombre escogido por la dirección y el profesorado. Frente a la propuesta de Presidente Calvo Sotelo, Hornillo ha defendido la alternativa Huerta de los Granados, abanderada por las propias familias como la opción “más inclusiva” y que conecta al colegio “con su historia y con su entorno”.

La portavoz de Podemos también ha recordado que a la alegación formal que presentaron las familias ante el Consistorio se sumaron otras entidades vecinales y del movimiento memorialista, que calificaron el nombre escogido como “una decisión contraria a la ley”. Hornillo ha declarado que su grupo está en contra “porque no hay ninguna justificación posible para que se cambie el nombre solo añadiendo presidente”. “Qué vinculación tiene con esa comunidad educativa si no es una treta para burlar la ley de memoria histórica”, ha concluido.

Desde el grupo socialista, el concejal Juan Tomás de Aragón ha coincidido en que la propuesta de nuevo nombre es una mera “triquiñuela para mantener el nombre de Calvo Sotelo”, eludiendo las normativas en materia de memoria democrática. También el edil socialista ha cuestionado el “arraigo” que tiene ese presidente con la ciudad y ha respaldado la propuesta alternativa de Huerta de los Granados, porque “intenta despolitizar este asunto” con una nomenclatura “sin carga política e inclusiva”.

El veto unánime de la oposición ha bloqueado finalmente la designación del consejo escolar. Por ahora, el colegio seguirá llamándose Calvo Sotelo, a la espera de ver si se reinicia el procedimiento “para conseguir un consenso”, como han demandado PSOE y Podemos-IU, en sintonía con la asociación de familias y con las entidades sociales y memorialistas que presentaron reclamaciones al Ayuntamiento para impedir que informara favorablemente y elevara la propuesta a la Junta de Andalucía, como administración competente de rebautizar este centro educativo.

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