Paula Comitre, la bailaora flamenca del vestido hinchable: “Trato de no verme sujeta por el miedo a encajar”

En la nueva e imparable ola de nuevas bailaoras flamencas, Paula Comitre (Sevilla, 1994) es ya un nombre más que consagrado. Su último espectáculo hasta la fecha, Après vous, madame, fue estrenado en el Festival de Nîmes del año pasado, estuvo también en la Bienal de Sevilla, así como en otros escenarios, pero no ha sido fácil mover una propuesta radical y atrevida como la suya. O tal vez era solo cuestión de paciencia: este sábado, 29 de marzo, estará en Mimizan (Francia), el 5 de abril en Marsella, el 25 y el 26 en Helsinki (Finlandia) y el 9 de mayo, por fin, regreso a España, en concreto a Úbeda.
El espectáculo, resultado de una residencia de la sevillana en la Citè des Arts de París, es un homenaje a la figura de Antonia Mercé, La Argentina, la gran renovadora de la danza que precisamente en la ciudad de las luces sentó las bases del flamenco contemporáneo. Tradición y vanguardia se enlazan en un trabajo que ha requerido no poco tiempo de documentación y estudio.
“Una primera fase fue de investigación y buceo en los archivos de París”, recuerda Comitre. “Obtuve una beca en la academia de las Bellas Artes y pude compartir ese tiempo con artistas de todo el mundo y de distintas disciplinas. Allí pude entender cómo Antonia Mercé apostó por un montón de líneas arriesgadas y sentó las bases de un montón de aspectos del baile que hoy son normales”.
Sin vídeos de La Argentina
Uno de los puntos fuertes de Après vous, madame es el vestuario diseñado por María Alcaide, inspirado en obras de creadores como Bacarisas o De Prada Poole. “Antonia Mercé se había caracterizado por poner en escena diseños innovadores, y pensamos que podíamos mantener esa esencia. Nos inspiramos de hecho en uno de aquellos diseños para trabajar sobre una bata de cola hinchable, pero al principio pensé que no podría incorporarlo: ‘No voy a poder, se mete entre las piernas, si lo piso con el tacón lo rompo’, le decía a María. Es como bailar con un ser vivo”.
“La tradición me encanta”, prosigue Comitre, “es lo que me hizo enamorarme de este arte, pero también me encanta enriquecer el lenguaje, e intentar aglutinar todo lo que aprendo en una interpretación propia. Una cosa muy mala y muy buena es que no tenemos apenas vídeos de Antonia Mercé, pero encontré muchísimo escrito, y amplias descripciones de artistas maravillosos muy fáciles de interpretar, así que me he imaginado todo a mi manera”.
Otra de las patas fundamentales de Après vous, madame es la música del pianista francés Orlando Bass, que comparte escenario con la bailaora e interpreta una partitura que guiña a nombres como Falla, Joaquín Nin, Albéniz o Granados. “Orlando es maravilloso, vive en París y lo encontré durante el proceso de creación de Après vous, madame”, cuenta Comitre. “Tenía claro que quería que mi acompañamiento fuera un piano, porque Antonia Mercé hacía todo con pianistas, y tuvo una magnífica relación con Falla y Granados, entre otros. En un primer momento pensé en pianistas flamencos, pero después de varias improvisaciones que no me convencieron mucho, un amigo saxofonista me recomendó a Orlando. Y tuve claro que sería él”.
“El suyo es un piano muy inspirado en la música de John Cage, preparado con tornillos e imanes de una manera muy medida para conseguir determinados efectos y que el sonido varíe a lo largo del espectáculo”, agrega la sevillana. “Cuando le propuse colaborar conmigo, me dijo: ‘Yo no he tocado nunca flamenco, y si me apuras muy poca música española’. Pero los seis meses que tuvimos para dar forma a la propuesta es tiempo suficiente para componer y jugar, y acabó encantado con las posibilidades rítmicas del flamenco”.
Bailar sin condicionamientos
A propósito del ritmo, verdaderamente frenético en algunos momentos de Après vous, madame, Comitre explica que “era el punto donde mejor podíamos unirnos Orlando y yo. El juego con los tiempos tan rico que él tiene, la tensión que imprime a sus creaciones de músico contemporáneo y lo que generamos juntos fue el primer hilo del que empezamos a tirar”.
Sobre la tan traída y llevada tensión entre el respeto al pasado y la experimentación más o menos osada, Paula Comitre está considerada una creadora abierta a todas las tendencias, aunque deba de pagar un precio por ello. “Hay de todo, gente que tiene una mirada más abierta o más acostumbrada a propuestas vanguardistas, y otra reticente a este tipo de espectáculos, como parte del que acude a la Bienal de Sevilla. Yo intento que no me condicione a la hora de crear, no pienso mucho en ello y trato de no verme sujeta por el miedo a encajar o no. Siempre queda esa duda, pero yo espero que se reciba de la mejor manera posible”.
Lo seguro es que, haga lo que haga, los códigos jondos forman parte de su ADN de artista, aunque sobre el escenario se puedan dejar ver de vez en cuando algunas búsquedas e incursiones en otros campos. “Ojalá pudiera decir que domino todas las danzas del mundo, pero mi formación es el flamenco. Un flamenco de la actualidad, abierto a la posibilidad de formarme en otras disciplinas, y que ojalá dejen algo en mi baile”.
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