Un hospital público de Madrid crea el primer sistema para mapear el corazón en 10 minutos sin intervenir
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El Hospital Universitario Gregorio Marañón ha creado el primer sistema no invasivo en el mundo de mapeo global del corazón en tiempo real, denominado Corify, fruto de veinte años de investigación y que ya se ha aplicado para tratar arritmias en 1.800 pacientes, la mitad bajo el paraguas de estudios clínicos, y la otra mitad tras obtener la certificación CE, fuera de protocolos de investigación.
Esta innovación tecnológica consiste en un chaleco con electrodos que, adheridos al tronco de la persona objeto de estudio, permiten registrar simultáneamente la actividad eléctrica en todas las cavidades del órgano principal del aparato circulatorio, de manera rápida y precisa, en sólo diez minutos.
Con este dispositivo, los médicos pueden observar una representación tridimensional del corazón, sin necesidad de haber sometido al paciente a un cateterismo, una tomografía axial computerizada (TAC) o una resonancia previa, mejorando su seguridad y comodidad, así como la detección y tratamiento de las arritmias, facilitando la toma de decisiones clínicas en un tiempo óptimo.
20 años de trabajo
Corify ha sido fruto del trabajo de veinte años del equipo del Servicio de Cardiología del Laboratorio de Investigación Traslacional del Marañón, con la colaboración de su Instituto de Investigación Sanitaria, la Unidad de Apoyo a la Innovación y la Universidad Politécnica de Valencia.
La tecnología, elegida como la innovación del año por el Instituto Europeo de Innovación y Tecnología de la Comisión Europea en 2020, facilita tanto el diagnóstico para decidir si una intervención es necesaria como el apoyo durante los cateterismos, ayudando a los clínicos a identificar la región del corazón que origina la irregularidad y desigualdad en su funcionamiento.
Otra de las ventajas del dispositivo es que puede reducir de forma significativa los costes asociados al manejo de arritmias, al ser el área de cardiología una de las que concentra más recursos y pacientes.
La consejera madrileña de Sanidad, Fátima Matute, ha conocido este lunes esta tecnología aplicada en una demostración realizada en el Materno-Infantil de este centro, donde ha dedicado “un aplauso” a los profesionales que “encuentran soluciones para los problemas reales de la gente”. Matute se ha mostrado orgullosa de este “hito de la sanidad madrileña” y ha reconocido el trabajo de los profesionales del servicio de cardiología de este hospital, que se encuentra “entre los mejores del mundo”, según la clasificación de la revista estadounidense Newsweek.
Ya ha obtenido la certificación CE, lo que permite su venta comercial en la Unión Europea y su uso en hospitales y centros de atención cardíaca de viejo continente. Actualmente, están analizando el comportamiento de zonas del corazón con fibrosis o con cicatriz para ver si desde fuera se puede predecir la necesidad de tratamientos con desfibrilador o intervenciones de otro tipo.
Las arritmias, como la fibrilación auricular y la taquicardia ventricular, afectan a millones de personas en todo el mundo, lo que conlleva riesgos significativos para la salud. Más del 30 % de los adultos padecerá arritmias, lo que supone incrementar el riesgo de mortalidad y también de sufrir ictus e insuficiencia cardíaca, un problema que va en aumento. Los métodos tradicionales para el estudio eléctrico del órgano principal del aparato circulatorio son menos eficaces, más incompletos, o necesitan ir asociados a sistemas radiológicos complejos y más perjudiciales para el paciente.
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