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Hallan en Francia lo que podría ser el canal “perdido” construido por el tío de Julio César

La localidad francesa Arlés junto al río Ródano

Ada Sanuy

27 de marzo de 2025 12:24 h

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Una investigación geoarqueológica en el sur de Francia podría haber localizado el rastro del llamado Canal de Mario, una monumental obra hidráulica construida hace más de 2.000 años por orden de Cayo Mario, general romano y tío del futuro Julio César. El canal, citado por autores antiguos y considerado desaparecido desde hace siglos, habría sido una infraestructura clave durante las campañas militares contra los pueblos celtas en la Galia meridional, en un momento crítico para la joven República romana.

Los restos fueron detectados por primera vez en 2013 durante estudios geofísicos en las marismas de Vigueirat, al sur de la ciudad de Arlés, en el delta del Ródano. Posteriores excavaciones arqueológicas desenterraron 69 fragmentos de cerámica romana, dos antiguas estacas de madera y plataformas de adoquines que, junto a dataciones por radiocarbono y análisis sedimentológicos recientes, refuerzan la hipótesis de que en esa zona existió un canal navegable romano construido entre los siglos I a.C. y III d.C.

Una obra estratégica durante las guerras cimbrias

Según fuentes históricas, el canal fue encargado entre el 104 y el 102 a.C. por Cayo Mario, que lideraba un ejército destinado a frenar la amenaza de las tribus cimbrias y teutonas, en plena expansión desde el norte de Europa. El canal permitía abastecer por mar a sus tropas desde Roma, evitando la peligrosa desembocadura del Ródano y conectando directamente la ciudad de Arlés con el Mediterráneo.

La infraestructura no solo fue útil durante la campaña militar, que culminó con la victoria romana en el año 101 a.C., sino que también fue donada al asentamiento griego de Massalia —la actual Marsella—, que explotó comercialmente su uso durante generaciones. Sin embargo, con el paso de los siglos, el canal cayó en desuso y desapareció del registro arqueológico. Su última mención conocida corresponde al siglo I d.C., en la obra del autor romano Plinio el Viejo.

Confirmación aún pendiente

Los nuevos hallazgos, publicados en la revista Journal of Archaeological Science: Reports, presentan varios argumentos a favor de la identificación del canal. Según el investigador principal del estudio, Joé Juncker, geoarqueólogo de la Universidad de Estrasburgo, “la longitud, el ancho, la orientación, el contenido de sedimentos del canal y las dataciones de radiocarbono medidas confirman que era un canal navegable en la época romana, parcialmente excavado en un antiguo brazo del Ródano y una antigua laguna”.

El canal detectado tiene aproximadamente 30 metros de ancho, una dimensión coherente con otras infraestructuras similares construidas por los romanos. En contraste, los brazos fluviales naturales del delta del Ródano suelen medir entre 110 y 180 metros, lo que refuerza la idea de que se trata de una obra artificial. Sin embargo, aún no se han encontrado elementos clave como muelles o caminos de sirga que podrían confirmar con mayor seguridad su uso y su relación directa con Cayo Mario.

Entre la historia y la hipótesis

“A pesar de todas las investigaciones realizadas en los últimos siglos, el Canal de Marius no se ha encontrado”, reconoce Juncker, que enfatiza la prudencia a la hora de atribuir definitivamente estos restos al canal histórico. “La geoarqueología es una ciencia con un gran potencial, pero debemos tener en cuenta que, sin la confirmación de estudios arqueológicos, por el momento no es posible atribuir este canal a Marius”.

Por ahora, el descubrimiento no permite una identificación concluyente, pero sí ofrece evidencias sólidas que, en conjunto, podrían resolver uno de los misterios arqueológicos más persistentes del periodo romano en la Galia. Para los expertos, el hallazgo representa también una prueba del ingenio técnico romano en obras de gran escala, incluso con los medios relativamente limitados de la época.

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