Siete destinos de turismo arbóreo que tienes que visitar, según Lonely Planet

Perderse entre la naturaleza, contemplar la majestuosidad de sus copas o admirar a los animales que recorren sus ramas. Cualquier excusa es buena para pasar tiempo rodeado de árboles y eso es lo que buscan los interesados en el turismo arbóreo, una alternativa respetuosa con el medio ambiente y que va ganando adeptos con el paso de los años, hasta el punto de que Lonely Planet ha hecho una selección con con los mejores destinos.
La acreditada guía de viajes ha recopilado una selección de ejemplares que merece la pena visitar por su originalidad, por su representatividad o por su antigüedad, aunque eso conlleve a recorrer medio mundo. Kauris, Ginkgos, robles, secuoyas, cerezos, baobabs, cedros, olivos, fresno… Todos tienen una singularidad y merecen ser visitados en los siguientes países:
1. Ginkgo en Xi'an (China)

El ginkgo es un árbol histórico. Se han encontrado restos fósiles de esta planta desde el Jurásico, momento en el que se produjeron cambios evolutivos importantes en las plantas superiores y muchas de ellas desaparecieron. No fue el caso de este ejemplar, que se caracteriza por sus hojas en forma de abanico o bilobuladas y que se ha conservado hasta nuestros días.
Lo veremos en todo su esplendor en algunos bosques asiáticos, explica Lonely Planet. Y el más especial de todos posiblemente esté en Xi'an, donde hay un gingko dorado que se plantó durante la dinastía Tang. Además, la medicina china siempre le ha atribuido a sus semillas una serie de características curativas.
2. Fresno en las Montañas Yarra (Australia)
El fresno de montaña australiano no deja indiferente a quien lo contempla, seguramente por su altura y por su planta con flor, considerada como la más grande del mundo. Y un lugar idílico para observar este árbol es en el Parque nacional Montañas Yarra, ubicado a 92 kilómetros al este de Melbourne.
3. Kauri en el bosque de Waipoua (Nueva Zelanda)

Otro árbol monumental por excelencia, porque pueden llegar a medir hasta 50 metros. Solo crecen en el extremo noroeste de la Isla Norte de Nueva Zelanda y un buen lugar para admirarlos es en el bosque de Waipoua. Además de su espectacular aspecto, son conocidos por protagonizar los mitos maoríes.
4. Robles en el bosque de Sherwood (Inglaterra)

Los robles se cuentan a lo ancho y a lo largo de la península ibérica, así que estamos bastante familiarizados con este árbol, pero pocos enclaves pueden presumir de la popularidad del bosque de Sherwood, en Nottinghamshire (Inglaterra). Y buena parte de culpa la tiene la leyenda de Robin Hood, que se ocultaba entre estos árboles para robarle a los ricos para dárselo a los pobres.
5. Olivos milenarios en Creta (Grecia)

También en nuestro país podemos visitar extensos campos de olivos, de donde sale el codiciado oro líquido (aceite de oliva). Sin embargo, de acuerdo con esta guía de viajes, siempre es buena idea viajar hasta Grecia, donde algunos ejemplares existen desde la época de Alejandro Magno, hace más de 2300 años. Los más antiguos y retorcidos se encuentran en los pueblos de Creta, añaden.
6. Almendros en Mallorca (España)

Los almendros nos regalan un espectacular paisaje de color conforme se acerca la primavera. Y muchas de esas estampas se pueden contemplar en España, considerada como el segundo productor mundial de almendra. De entre todas las localizaciones posibles, Lonely Planet se queda con la Sierra de Tramuntana de Mallorca. De enero a febrero, se pueden contemplar en municipios como Valldemossa, Deià o Sóller.
7. Cerezos en Japón

La flor de cerezo se ha convertido casi en un símbolo nacional. La floración de estos árboles se extiende de sur a norte a partir del mes de marzo. Un espectáculo cargado de color y de significado, porque a muchos les invita a reflexionar sobre la naturaleza efímera de la vida y la mortalidad. Uno de los planes más repetidos en el país: quedar con la familia para ver las flores o admirarlas desde un picnic con los amigos.
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