Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

ANÁLISIS
El futuro del PSOE andaluz o cómo combatir a Donald Trump desde Armilla

Clausura del 15º Congreso Regional del PSOE andaluz, con María Jesús Montero y Pedro Sánchez.

Daniel Cela

Sevilla —
25 de febrero de 2025 06:00 h

0

El PSOE de Andalucía se ha asomado este fin de semana al final de la travesía del desierto que peregrina desde hace seis años, desde la última vez que ganó las elecciones autonómicas, pero perdió el Gobierno de la comunidad más poblada. “Juan, te ha tocado la china, pero la travesía del desierto del PSOE andaluz ya se ha acabado gracias a ti”, le dijo Manuel Chaves al líder saliente, Juan Espadas, en su primera intervención en un Congreso Regional del partido desde 2012.

El mensaje de Chaves es la clave del cónclave socialista de Armilla (Granada). Tan importante era contar que se acabó el tango, como subrayar que ahora empieza “la cuenta atrás” para el Gobierno del PP en Andalucía, el vaticinio con el que cerró la nueva secretaria general, María Jesús Montero. El socialismo autonómico se ha llenado los pulmones de oxígeno para escalar el Annapurna hasta las elecciones de 2026.

La estrategia para el regional es la misma que para las municipales de 2027. Pedro Sánchez, que desde el domingo milita en el PSOE andaluz como el más ferviente entusiasta de esta federación, ha pedido que busquen a una Montero en cada uno de los 785 municipios de Andalucía. “Jamás he encontrado a un político de la talla de María Jesús Montero. Lo tiene todo y lo da todo”, dijo en la clausura del Congreso.

El presidente del Gobierno y Montero quieren reclutar a los mejores candidatos, dentro o fuera del partido, para representar las siglas del PSOE en los próximos procesos electorales. Al nuevo secretario de Organización, Francisco Rodríguez, le corresponde esa tarea de selección meritocrática, que obligará a desplazar a muchos de los que ahora están en el número uno de sus agrupaciones, de sus pueblos, de sus ciudades.

Para eso se ha elegido a un alcalde con mayoría absoluta, del municipio más poblado de Andalucía en manos del PSOE. Rodríguez superó en votos al histórico Quico Toscano, que llevaba gobernando Dos Hermanas casi 40 años encadenando una mayoría tras otra, así pasasen de largo los cambios de ciclo político.

Jamás había ocurrido que un secretario de Organización, fontanero del aparato orgánico, muñidor de alianzas, negociaciones y guerras tácticas en el seno del partido, tuviera que compaginar esa ingente tarea con la gestión de un municipio de 140.000 habitantes. Rodríguez tiene la misma autoridad que Montero para exigir esa “generosidad” que le han reclamado a Espadas para que se aparte del poder y deje paso a “un candidato ganador”. No es fácil esa tarea, requiere una visión política de conjunto que suele friccionar con los intereses personales y locales.

En el 15º Congreso Regional del PSOE andaluz se estaba dibujando la estrategia para volver a pintar de rojo el mapa de España, ahora monopolizado por el azul del PP. Pedro Sánchez habló el domingo de Donald Trump, de Elon Musk, de los “tecnojerarcas” del mundo, de la invasión de Putin a Ucrania, del ascenso de la ultraderecha alemana y de la internacional reaccionaria, porque su plan es combatirlos a todos desde Armilla, Granada. El congreso se clausuró con el himno de La Internacional, puño en alto, porque más que nunca se trata del “agrupémonos todos en la lucha final”.

Sánchez no es el único que apunta a la política andaluza con gran angular. El propio presidente de la Junta es muy consciente de que el escenario geopolítico en el que se adentra el mundo obligará a todos, desde el líder del PP nacional hasta el último concejal de Pulpí, a tomar posiciones.

En un contexto internacional de avance de la ultraderecha -véase las elecciones de Alemania el domingo-, Moreno apostó este lunes por “marcar distancias con Vox”, a quien tildó de “derecha radical atrapada en una estrategia norteamerican que nada tiene que ver con la realidad social y económica de los españoles”.

Moreno gobierna con mayoría absoluta Andalucía esta legislatura, pero viene de un mandato anterior en el que estuvo atado a sus pactos con Vox. Lo recordó el presidente del Gobierno en la clausura del Congreso, cuando ligó el auge de la extrema derecha en Alemania con la entrada del partido de Santiago Abascal en las instituciones: la primera fue el Parlamento andaluz. “La diferencia” entre el partido conservador alemán y el PP, dijo Sánchez, es que “allí hay una derecha moderada y aquí una derecha tutelada por la ultraderecha”.

El día después de Montero en el PSOE-A

Que los socialistas andaluces necesitaban un chute de épica tras seis años deambulando desnortados por el desierto de la oposición era evidente. Que el presidente del Gobierno les convocara en nombre de la socialdemocracia en el mundo para abrirse camino hasta las elecciones andaluzas de 2026 que enfrentarán a Montero con Juanma Moreno es una mezcla entre atrevimiento y autoconfianza. “Si yo salgo a ganar, todos salimos a ganar. Nosotros a lo nuestro, a recuperar la calle”, anunció la vicepresidenta del Gobierno y ministra de Hacienda.

Hay que rebuscar bajo las consignas y los argumentarios preelectorales de este Congreso socialista para ver más allá de 2026. Aquí la nueva secretaria general ha hecho lo que siempre han hecho sus antecesores: diseñar una Ejecutiva Regional para unificar el partido, para restañar heridas entre compañeros y no dejar atrás a ningún caído, empresa harto difícil cuando el PSOE andaluz ha sido despojado de todo su poder institucional en las cuatro últimas derrotas electorales.

Eso es un cónclave socialista de manual, que tiene su expresión más gráfica en la composición agigantada de la nueva Ejecutiva de Montero -65 miembros; 13 jefaturas sectoriales- para meter a todos dentro, que todas las familias sean una sola familia. Pero lo que también ha hecho la secretaria general, y que jamás hicieron sus predecesores, fue meter una cuña en la nueva dirección que preconiza un cambio de ciclo en el partido. Un relevo a medio plazo, un esbozo del siguiente capítulo, cuando pase el ciclo electoral de autonómicas, municipales y generales.

Luces largas que señalan a María Márquez, diputada de 35 años que ocupa desde hoy la vicesecretaría general del PSOE andaluz. Ni Chaves, en 19 años como presidente de la Junta, ni Griñán ni mucho menos Susana Díaz tuvieron a su derecha una figura joven y con claras atribuciones políticas que abriera el debate de la sucesión. Montero lo ha puesto sobre la mesa sin complejos ni inseguridades. María Márquez en la cúpula del partido es el PSOE andaluz que está por venir, y no hay antecedentes en 14 congresos regionales de algo parecido.

La vicepresidenta del Gobierno, ministra de Hacienda y vicesecretaria general de los socialistas acapara más poder que ningún otro dirigente andaluz, desde Felipe González. Tiene un liderazgo indiscutible y carece de las inseguridades propias de quien aún quiere seguir escalando. Su carrera política quedó colmada al alcanzar la cota que ahora está ocupando, no estaba en sus planes regresar a Andalucía para tomar las riendas de la federación más numerosa en su peor momento político pero, puestos a sacrificarse por el partido, ha señalado a una mujer joven como delfín.

Está por ver que Márquez consolide ese papel. Eso dependerá de sus aciertos y sus tropiezos, la política muda de piel más veces que la serpiente. Para Montero era más importante alumbrar a una nueva generación de políticos jóvenes que presentar un nuevo liderazgo.

El PSOE andaluz busca otros referentes en el camino del siglo XXI, otra forma de mezclarse con la sociedad civil, de hablar el lenguaje de los jóvenes, de archivar, sin miedos ni vértigos, el Antiguo Testamento del socialismo de aquella generación -los millennials de los años 70 y 80- que construyó y consolidó el proceso autonómico.

“Nos hace falta que entre otra generación, no sólo de edad, también de mentalidad. Hay que archivar los tomos del PSOE de Chaves y de Griñán, que son los mismos que de Susana Díaz y de Juan Espadas, y abrir una nueva etapa en el socialismo andaluz. Con gente que no aspire a seguir, sino a empezar. Con hambre, sin complejos, que vengan a comerse el mundo”, decía un histórico socialista andaluz, buscando respuestas en el último Congreso federal del partido, celebrado en Sevilla.

En Armilla, un pueblo pegado a la capital de Granada con 25.000 habitantes, Montero dibujó el punto de inflexión para un PSOE andaluz de futuro, y cerró una etapa que empezó en la Andalucía preautonómica, con el nombramiento simbólico del expresidente Rafael Escudero como presidente de honor del partido.

Etiquetas
stats