Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

“No podemos darte cita”: la situación insostenible para trabajadores y pacientes en Ejea con esperas de dos meses

Movilización de vecinos en El Bayo

María Bosque Senero

16 de enero de 2025 22:43 h

0

El sonido de un teléfono comunicando al otro lado de la línea o “lo siento, pero la agenda de citas médicas está cerrada” son las respuestas a las que se enfrentan las 18.000 personas que dependen de la zona de Salud de Ejea de los Caballeros. Además del núcleo urbano, los facultativos del Centro de Salud de la localidad zaragozana dan servicio a seis pueblos de colonización y a los pueblos históricos de Rivas y Farasdués, a Castejón de Valdejasa, Luesia, Orés y Asín. “Estamos muy indignados con esta situación, llamas y no hay manera de que te cojan el teléfono”, se lamenta una vecina de Ejea. 

Carlos es otro vecino afectado y, a sus 23 años, explica a este medio de comunicación su situación, sin decir su nombre real, como sucede con el resto de testimonios porque “esto es un pueblo y aquí todos nos conocemos”, apunta. Este joven presentaba síntomas compatibles con un resfriado común, pero también con gripe. La última vez que estuvo en esta situación necesitó tomar antibióticos, algo para lo que es totalmente necesaria receta y, por lo tanto, la atención de un médico. “Tu médica se fue, no ha entrado nadie en su lugar y no tienes médico, no podemos darte cita, tendrás que ir a urgencias a partir de las tres de la tarde”, es la única respuesta que pueden darle en ventanilla; hace tiempo que los teléfonos están colapsados en el centro de salud. 

En el núcleo familiar de Carlos conviven tres personas, él, su madre de 54 años y su padre de 59. Solo el padre tiene médico asignado. Y esta situación se repite en la mayoría de los domicilios del casco urbano, donde alguno de los miembros no es capaz de conseguir cita para una visita con su médico de cabecera, simplemente, porque esa plaza está descubierta. “Si en algún momento los atienden es porque sobran huecos de los cupos de los médicos que sí que están y que intentan visitarlos”, apunta desde el equipo de admisiones del centro, que recuerdan que ellas no son las que deciden quién puede o no visitarse porque “solo hacemos lo que nos dejan” y porque están atadas de pies y manos. “A día 16 de enero, no sabemos si nos van a abrir la agenda, ni cuándo, ni a cuántas personas vamos a poder dar visitas” porque “no sabemos cuántos médicos habrá en febrero, ni cómo estarán repartidas las guardias de los que haya”, añaden. 

Ellas, las personas que están al otro lado de la ventanilla de atención a los usuarios, las mismas que descuelgan el auricular del teléfono para atender las llamadas, están siendo paganas de esta “insostenible” situación. “Recibimos críticas tanto por parte de los pacientes como por parte de los médicos”, explican, una situación de tensión que las está llevando al límite. Todas, en algún momento, han recibido amenazas personales, además de trato verbal inadmisible y reacciones incómodas que las han hecho sentir inseguras en su puesto de trabajo. Entienden que, después de dos años, muchos usuarios están cansados de esta situación de incertidumbre, pero piden que se tenga en cuenta que, también algunas de ellas están en la misma situación, sin médico, y que decir constantemente que no pueden dar citas les supone un desgaste emocional día a día. 

“Hay personas que entienden la situación y que responden con educación y paciencia”, admite la Jefa de área, pero otras veces, los pacientes optan por la agresividad y la confrontación, lo que deriva en momentos complejos y difíciles de gestionar. “Ya no suelo caminar por donde lo hacía habitualmente, necesito tranquilidad, que la gente no me pare para preguntarme si habrá o no citas o para hablarme de esto”, confiesa una de ellas. Otra ha tomado la decisión de renunciar a su puesto y descender una categoría profesional para realizar otras funciones, “nuestra salud también es importante, pero la gente no lo ve, descargan su malestar con nosotras, y hasta cierto punto lo podemos entender, pero no es justo”, confiesan, y quieren dejar claro que solo hacen su trabajo y que no tienen capacidad para decidir por su cuenta a quién sí y a quién no le visita un facultativo.  

6.000 personas y cuatro residencias de mayores sin médico asignado

En los pueblos, la situación se complica un poco más. En Orés y Luesia, también en Asín, han estado más de 40 días sin médico, y así parece que van a seguir, al menos de momento. Lo que peor llevan los afectados es la incertidumbre. Miércoles y jueves ha habido visita en el consultorio de Luesia, pero la médica ya ha advertido a los pacientes que no iba a poder volver. Una situación ante la que los alcaldes se sienten “impotentes”, como explica Jaime Lacosta, primer edil del Ayuntamiento de Luesia: “Estamos gestionando las citas médicas a algunos vecinos desde el consistorio porque muchos son muy mayores y no se apañan con esto de abrir y cerrar las listas para pedir hora para el médico, no es nuestra función, pero la gente está muy enfadada”, explica, y reconoce que algunos habitantes se están planteando trasladar sus cartillas a Zaragoza. 

Lacosta, y el resto de alcaldes de estos pueblos, tienen la sensación de que “desde el Gobierno de Aragón no parecen tener soluciones”, denuncian que la consejería de Sanidad no está siendo capaz de traer médicos a las zonas rurales y que los que hay están llegando “al límite de la saturación total”, y tienen miedo de que al final estos también “pidan el traslado o la baja”, porque esto generaría una situación de vacío sanitario muy peligrosa“ en la zona, advierten. 

Para las residencias de personas mayores la incertidumbre y la falta de médico es un problema grave, porque “sí que vienen para una urgencia, pero la atención semanal ya no pueden ofrecerla, y estamos hablando de personas de muy avanzada edad con una salud delicada y que requieren atención y control”, explica Jaime Lacosta.

También en los pueblos de colonización, como El Bayo, con no más de 250 habitantes, en su gran mayoría mayores de 65 años, la incertidumbre y el cansancio están haciendo mella. “La médica, que antes iba todos los días, ahora va tres días a la semana, una hora y media más o menos porque tiene que seguir recorriendo más pueblos”, explica su alcalde Javier Pérez. Pero, ¿y si ese día hay libranza de otro médico o hay una urgencia?, las consultas se retrasan o no hay visita, y muchas de estas personas tienen patologías y enfermedades que necesitan ser controladas por su médico de cabecera, y ser derivadas a especialistas. 

Salir a atender un pueblo significa tener tres horas fuera a un médico

Los especialistas son afectados colaterales de esta situación. “Hacemos análisis, pero los resultados llegan y no hay médicos suficientes para leerlos”, aseguran desde Extracciones, que reconocen que pueden pasar hasta dos meses para que unos resultados lleguen al médico y este se los exponga al paciente. “El problema está sobre todo en aquellos pacientes que por su dolencia necesitan someterse a exámenes rutinarios”, por ejemplo, alguien que padezca de tiroides no puede llevar el control debido en esta situación. Y lo mismo sucede en fisioterapia: “Tengo pacientes que se quedan en el limbo porque deberían pasar a otros tratamientos y no hay médicos para derivarlos, y al revés, gente que debería comenzar la fisioterapia no puede acceder porque o la visita les llega tarde, o ni siquiera tienen médico asignado que pueda derivarlos”, afirman los profesionales de esta especialidad. 

De los seis médicos en activo en el centro de salud de Ejea, uno va rotando para hacer las guardias de 24 horas, y esa persona libra al día siguiente, por lo que, ese día una zona se quedará sin atención médica. Hasta la fecha, los médicos que hay se están repartiendo para cubrir “todo lo posible, tanto al que libra como a los que no existen”, de tal manera que “el que debería ir cada dos días a su zona, ahora va cada tres o cuatro para dar servicio a otros ciudadanos que se han quedado sin médico”, explica José Melero. Pero reconoce que pese a este esfuerzo “no llegan ni de milagro”. 

Lo normal, en un día de diario, es que haya un médico circulando por los pueblos, uno de descanso de la guardia, y cuatro en consulta, pero debido a la orografía de la zona y a la amplitud de territorio de la misma, “si un médico tiene una salida puede llegar a tardar entre dos o tres horas en volver”, y esto es mucho tiempo fuera de la consulta, lo que se traduce en “más pacientes sin atender y más presión para todos los trabajadores del centro”. 

“Esto no se puede sostener, es una vergüenza”, denuncian los vecinos, que reconocen a su vez que la situación es “complicada” también para los médicos que se deciden a venir a trabajar, no solo porque implica estar en una zona rural saturada: “Mientras en otras zonas las urgencias son de 20 o 30 personas, en esta zona de Salud se superan las 140 fácilmente”, recuerda José Melero. Además, tienen que hacer desplazamientos entre pueblos para poder atender a los cupos que les corresponden, “desde Ejea hasta Orés tienes 40 minutos por una carretera comarcal bacheada, con curvas y estrecha”, añade este miembro del Consejo. 

Y así van pasando los meses; y ya van casi cuatro. La falta de estabilidad en la plantilla es una de las denuncias que hacen desde el Consejo de Salud: “Los médicos que traen no tienen contrato fijo, están contratados mensualmente para hacer las urgencias los fines de semana”, y esa falta de confianza en preservar su puesto, además de la carga de trabajo, hace que muchos “opten por continuar en la privada o que se marchen a otros centros, aunque sea para cobrar menos, está claro que no quieren venir a los pueblos ni aun con incentivos de 30.000 euros al año por encima de su sueldo habitual, y otras ventajas. Tampoco los MIR quieren hacer aquí su residencia”, recuerda Melero que dejar permear el desgaste de una situación que ahora pasa por un punto álgido, pero que se lleva gestando desde hace más de dos años y que ha llegado a un punto en el que casi todas las vías se dan por agotadas y no ven luz. 

El pueblo sale a la calle por una sanidad digna para el medio rural en todo Aragón

El mundo rural reclama una sanidad de calidad, con medios materiales, pero sobre todo humanos, que permitan ofrecer una atención digna a los ciudadanos que, como los propios afectados recuerdan: “cotizamos y pagamos impuestos como cualquier otro ciudadano que vive en una zona urbana”. 

Por parte de los agentes implicados en las movilizaciones que se están organizando, subrayan que: “No se está denunciando la labor que realizan los médicos, lo que denunciamos es que no tengamos servicio médico en los pueblos, por eso salimos a la calle a protestar. Reclamamos que vengan médicos, los estamos esperando con los brazos abiertos”, asegura Jaime Lacosta. Y advierten que mantendrán las concentraciones cada viernes por la mañana frente al centro de salud de Ejea de los Caballeros para “seguir haciéndonos oír”, al igual que en otros pueblos como Pinsoro; donde se concentran los viernes a mediodía, y El Bayo; los jueves a las doce menos cuarto, “para facilitar a las personas mayores que quieren salir a protestar que puedan hacerlo a una hora adecuada para ellos y en su pueblo, ya que muchos no se pueden desplazar”, recuerdan el alcalde de El Bayo. 

No es el único caso

Esta misma situación, o similar, se está padeciendo en otras zonas rurales de Aragón. El Ayuntamiento de Aínsa-Sobrarbe ha denunciado que están atravesando una situación crítica en la atención pediátrica en su municipio y, por extensión, en toda la comarca de Sobrarbe. “Llevamos desde noviembre con graves problemas. Hoy no hay ni un solo especialista que atienda a los niños de nuestro municipio, solo espero que no haya una urgencia”, alertaba Enrique Pueyo, alcalde de la localidad, que explica que desde 2023 sigue sin cubrirse la plaza de pediatra. 

El Gobierno de Aragón, interpelado, explica que trabaja “sin descanso para encontrar a nuevos médicos, con especial interés en cubrir las necesidades del medio rural”. Sin embargo, representantes del Consejo de Salud de la zona de Ejea de los Caballeros no entienden la razón por la que el actual gobierno autonómico y la consejería de Salud critican que se estén haciendo movilizaciones ciudadanas para visibilizar la “precaria y preocupante” situación que está viviendo la sanidad en esta zona, y otras de Aragón. 

Desde la oposición, Iván Carpi, portavoz socialista en la Comisión de Sanidad, ha pedido al Gobierno de Aragón que “se tome más interés en apoyar y no recortar la sanidad pública porque parece estar solo volcado con la privada”. Unas declaraciones que ofrecía antes de la reunión para concretar la modificación del mapa sanitario de Aragón que, según el PSOE, “se traduce en recortar el personal en el medio rural para trasladarlo a zonas de expansión”. Carpi asegura que su partido se opone “a eliminar zonas o áreas de salud pasando de las ocho actuales a tres”, y ha reconocido la necesidad de ser eficientes en la gestión, pero sin recortar en servicios públicos básicos. 

En referencia al caso de Aínsa-Sobrarbe, y a las protestas como las que se están llevando a cabo en Cinco Villas, puestas en duda por la consejería de Salud por la mala imagen que proyectan, el portavoz socialista ha criticado la postura del consejero de Sanidad, señalando a este de “no ser consciente de que cuando en el medio rural se elimina un médico es un servicio básico y lo que no puede pretender es que encima los vecinos le aplaudan”.

Etiquetas
stats