Los pasajeros de un vuelo Madrid-Gran Canaria consiguen bajar del avión a diez borrachos

Avión de Binter.

Canarias Ahora

16 de marzo de 2025 13:18 h

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Crecen los incidentes con personas en estado de embriaguez en vuelos con destino a Canarias en la misma proporción, seguramente, que crece el número de turistas y viajeros que viajan a las Islas. En los últimos tres días se han registrado dos casos, uno en un vuelo procedente de Newcastle y el otro de Madrid. Con finales  muy diferentes, porque mientras los usuarios del vuelo procedente del Reino Unido tuvieron que soportar a los borrachos todo el viaje hasta llegar a Tenerife Sur, los del vuelo procedente de Madrid alertaron a tiempo a la tripulación y el comandante les ordenó que abandonaran el aparato antes de emprender vuelo.

En el Binter NT-6015 Madrid-Gran Canaria del pasado jueves pretendía volar a las islas un grupo de diez jóvenes sobre la treintena y borrachos que ya habían dado señales de ese estado en la Terminal 2 de Barajas antes de que el personal de tierra de la compañía llamara al embarque. Por sus gritos y su algarabía, los que iban a ser sus compañeros de periplo pudieron saber sin lugar a dudas que se dirigían a Gran Canaria a celebrar una despedida de soltero.

Nada más entrar en el avión, algunos pasajeros advirtieron a la tripulación del estado en que se encontraban estas personas, que seguían alborotando, y una vez avisado el comandante, éste advirtió a los alborotadores de que debían abandonar el aparato porque no iba a permitir que pusieran en riesgo a otros pasajeros o a la tripulación. Tras unas leves protestas de los perjudicados, la aparición de la Guardia Civil les animó a abandonar el avión sin mayores consecuencias.

El incidente se saldó con un retraso de 45 minutos por tener que sacar de la bodega del avión alguna maleta y con un aplauso de reconocimiento a la tripulación por la destreza desplegada.

Un día después, este pasado viernes, un vuelo de la compañía de bajo coste Jet2 procedente de Newcastle y con destino a Tenerife Sur, sufrió las consecuencias de la borrachera de unas quince personas, según relataron los controladores aéreos en su cuenta en X.  La tripulación tuvo que pedir que se les acortara la ruta en lo posible, al tiempo que requería presencia policial para evacuar a los borrachos al llegar a la isla.

Y así fue, al aterrizar  los alborotadores fueron apeados del avión, un Boeing 737, por una de sus puertas traseras, donde, a pie de las escaleras, eran detenidos por la Guardia Civil, que los trasladó a sus dependencias para las oportunas diligencias por poner en riesgo la seguridad aérea.

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