Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La política errática de Trump pone en peligro la economía mundial
Cinco años de la pandemia: por qué no queremos mirar atrás
Opinión - Las cremas de Mazón. Por Sergi Pitarch

A la venta por 26 millones la base de operaciones del 'hombre español' de Madoff que refugió a ricos en Mallorca

La finca de Son Simonet, en Esporles (Mallorca), puesta a la venta por 26 millones de euros

Esther Ballesteros / Francisco Ubilla

Mallorca —

0

Situada en plena Serra de Tramuntana, la cordillera que a lo largo de 90 kilómetros atraviesa el norte de Mallorca, una finca de pasado ilustre se encuentra a la venta por 26 millones de euros. Es en la actualidad la tercera más cara de la isla y una más de las numerosas propiedades emblemáticas que han salido al mercado inmobiliario en los últimos años para regocijo de grupos de inversión y ciudadanos extranjeros de elevado poder adquisitivo que han ido haciéndose con cada una de ellas. Unos, para convertirlas en una de sus múltiples y lujosas residencias, otros, para sacar el máximo provecho al espacio que ocupan y rentabilizarlas con su conversión en hoteles u otro tipo de negocios. La privatización del entorno en el que se encuentran, con el cierre de caminos y otras áreas públicas, y la segregación social son tan solo algunas de las múltiples consecuencias derivadas de ello.

“Enclavada en las laderas de la impresionante Sierra de Tramuntana, sobre el encantador pueblo de Esporles, se encuentra esta majestuosa mansión mallorquina que redefine la elegancia y la grandeza”, reza la publicación acerca de esta finca, Son Simonet, que cuenta con un inmueble de 1.500 m2 en una vasta parcela de 124.000 m2. Con 14 dormitorios y 14 baños, de acuerdo al anuncio, ofrece “un refugio inigualable”. La publicación, en línea de otras sobre ventas similares, destaca que la mansión “se distingue por sus generosos ventanales y terrazas adyacentes, muchas de ellas cubiertas y orientadas en diversas direcciones, permitiendo una conexión continua con el entorno natural”. Un diseño, que, añade, “asegura que el impresionante paisaje mallorquín sea parte integral de la experiencia diaria en la finca”.

Solo por delante de Son Simonet en cuanto a precio, dos anuncios sobresalen por encima de cualquier otra propiedad anunciada en Mallorca: una mansión de 2.200 metros cuadrados con vistas al Port de Pollença, a la venta por 30 millones de euros, y otra de 1.480 metros en Puigpunyent por 29,5 millones, “encarnación de elegancia y el refinamiento en la región de la Tramuntana”, según el anuncio que la publicita. “Es como una joya radiante”, reza el anuncio. La finca, de 200 años de antigüedad, cuenta con helipuerto para poder “aterrizar un helicóptero en la propiedad, garantizando el transporte más cómodo hacia y desde este refugio extraordinario”.

En Esporles, sin embargo, se concentra buena parte de las propiedades más lujosas. Una de ellas es la de Son Simonet, cuya peculiaridad radica en que durante varios años fue propiedad y base de operaciones del empresario colombiano Andrés Piedrahita, considerado el intermediario en España de Bernie Madoff, símbolo del crack financiero de 2008 y quien, desde 2009 hasta su fallecimiento en 2021, cumplía una condena de 150 años de prisión por haber cometido un fraude multimillonario mediante una estafa piramidal. 

Piedrahita, socio a su vez de Fairfield Greenwich, gestora de fondos propiedad de su suegro, Walter Noel, se convirtió en una de las mayores fortunas de Mallorca tras instalarse en la mansión de Esporles. Siempre con la mirada puesta en la captación de nuevos inversores, organizaba habituales fiestas veraniegas a las que acudían numerosos representantes de la élite política, social y económica. Entre ellos, su amigo y magnate Alberto Cortina Alcocer, quien, por su parte, encargó en 2005 la construcción de un chalet con piscina en el cabo mallorquín de Formentor. Diez años después, y después de múltiples vicisitudes en los tribunales, la Justicia obligó a demoler la vivienda por su “monumental impacto en el paisaje” fruto de la gran envergadura de la obra y la deforestación ocasionada.

Otro de los visitantes que asistían a las suntuosas reuniones en Son Simonet era José Manuel Entrecanales, uno de cuyos hermanos, Bruno, se estableció en Mallorca hace más de una década para dedicarse, entre otros ámbitos, a la recuperación de la agricultura, el paisaje y el patrimonio arquitectónico de algunos de los lugares más emblemáticos de Valldemossa. El industrial, cuya fortuna asciende a 250 millones de euros, según la revista Forbes, compró hace varios años la emblemática finca Son Moragues, una possessió de más de 500 años de antigüedad ubicada a las afueras del municipio de Valldemossa.

Mallorca, la isla que “atrae la codicia del capital”

A juicio de los investigadores Macià Blàzquez y Angela Hof, autores, entre otros trabajos, de Un assalt urbà al fora vila. Turisme immobiliari a Mallorca, la isla “atrae la codicia del capital de alrededor porque conserva paisajes atractivos, es segura y pertenece a la fortaleza del euro y la OTAN, lo que hace muy rentables las inversiones en terrenos inmuebles, equipamientos e infraestructuras”. Tal como apuntan Blàzquez y Hof, la edificación de nuevas construcciones conlleva consecuencias ambientales y sociales en perjuicio del paisaje natural de la isla y la población local, que ve cómo se abandonan los cultivos y aumenta el consumo de agua “para usos suntuarios”, como las piscinas y los jardines de vegetación atlántica “más exuberante”.

A juicio de los investigadores Macià Blàzquez y Angela Hof, la isla 'atrae la codicia del capital de alrededor porque conserva paisajes atractivos, es segura y pertenece a la fortaleza del euro y la OTAN, lo que hace muy rentables las inversiones en terrenos inmuebles, equipamientos e infraestructuras

“El campo se cierra en beneficio de los propietarios y de las élites que levantan vallas para vetar el acceso, incluso a los caminos públicos más tradicionales”, abundan. Y uno de los casos más paradigmáticos es el de Esporles, donde fincas pertenecientes a familias de larga tradición han acabado en manos de propietarios de gran poder adquisitivo, provocando con ello un “acaparamiento de tierras” que excluye a la población que desea disfrutar de históricos espacios naturales debido a la privatización del entorno que las rodea.

En esta línea, los investigadores subrayan que el uso del territorio “es un producto más del capitalismo, cambiable y apropiable”. Por ejemplo, con el uso urbano: “Mallorca es un buen ejemplo por su función turística e inmobiliaria. Es muy rentable hacer compraventa de tierras mallorquinas; la simple presencia de tantas inmobiliarias lo demuestra”, añaden en su estudio Blàzquez y Hof, quienes apuntan que un elemento que contribuye a este proceso es el “sobredimensionamiento de los megaproyectos de infraestructuras, que hacen el espacio más aprovechable para el capital: el aeropuerto, las autopistas, los puertos, las centrales térmicas, las desaladoras, la incineradora de residuos, los centros comerciales... Su crecimiento absorbe capitales que extraen una rentabilidad expansiva en el espacio y en el tiempo”.

La hotelización del patrimonio balear

Uno de los ejemplos más llamativos de la reconversión del patrimonio histórico en nuevos negocios es el de la antigua possessió de Son Bunyola, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), que el magnate británico Richard Branson convirtió en un hotel de lujo con 26 habitaciones. Según Blàzquez, se trata de la mayor inversión hecha en Mallorca hasta el momento en este tipo de proyectos: “Unos 60 millones de euros”. La estancia ronda los 600 euros por noche.

Uno de los ejemplos más llamativos de la reconversión del patrimonio histórico en nuevos negocios es el de la antigua possessió de Son Bunyola, catalogada como Bien de Interés Cultural (BIC), que el magnate británico Richard Branson convirtió en un hotel de lujo con 26 habitaciones. Según Blàzquez, se trata de la mayor inversión hecha en Mallorca hasta el momento en este tipo de proyectos: 'Unos 60 millones de euros

La hotelización del patrimonio rural balear no ha alcanzado sólo a las possessions. En 2010 se inauguraba en Llucmajor el Hotel Cap Rocat en una antigua fortaleza militar de finales del siglo XIX. El antiguo depósito de pólvora se transformó en sala de fiestas y las troneras de los cañones al borde del acantilado se aprovecharon para crear suites con unas increíbles vistas al mar. En Ariany (Mallorca), un convento del siglo XIX se ha transformado en hotel rural, promocionado ahora como “un refugio de armonía y tranquilidad”. También es decimonónico el convento de les Monges de la Caritat de Sineu que, desde hace dos años, está en trámites para su conversión en alojamiento turístico. 

Ante el abandono paulatino al que se ha visto abocado en los últimos años el patrimonio religioso, los conventos y monasterios en desuso se han convertido en un goloso pastel para los grandes inversores y los intereses de capital extranjero. Algunos portales inmobiliarios se dedican, incluso, de forma específica a la venta de este tipo de edificaciones, convertidas hoy en un caramelo para aquellos que quieren sacar el máximo provecho al espacio que ocupan y rentabilizarlas con su conversión en hoteles u otro tipo de negocios. En enero, un nuevo convento se incorporó a la lista de inmuebles históricos en venta: Ca ses Monges, en el municipio mallorquín de Campanet, ofertado por 945.000 euros y anunciado en internet como un “chalet pareado con grandes posibilidades”.

“Es una cuestión de clase social, no tanto de procedencia”

En declaraciones a elDiario.es, Blàzquez apunta que “en realidad es una cuestión de clase social, no tanto de procedencia”, al recordar el ejemplo de la familia mallorquina Sampol Massanet en la finca Son Vic de Superna o el de la familia del magnate Juan March -financiador del golpe de Estado de 1936- en Son Ternelles (Pollença). En este último caso, en septiembre de 2023 la Justicia declaró de titularidad pública el acceso a esta possessió, ubicada en uno de los espacios medioambientales más valiosos de Balears. Los descendientes pelearon hasta el último momento para evitar el acceso público a Son Ternelles, pero el Tribunal Superior de Justicia de Balears (TSJIB) permitió finalmente que los senderistas pudieran transitar por este paraje.

Los ecologistas, a través de la entidad GADMA, denunciaron el año pasado que más de 200 caminos públicos -35 caminos públicos situados en el núcleo de Manacor- han sido cerrados y usurpados por propietarios privados. En Alcúdia, por ejemplo, 15.629 metros cuadrados de dominio público marítimo-terrestre se encuentran ocupados por seis balnearios y servicios específicamente destinados al turismo. En Menorca, conocida por el alto grado de conservación de su patrimonio y su naturaleza salvaje, el Camí de Cavalls fue el año pasado abierto al público tras cientos de movilizaciones y años de pleitos desde los noventa. Numerosos tramos -casi 90 km de los más de 180 con los que cuenta el camino- se encontraban en manos de las numerosas fincas que lo atraviesan.

Etiquetas
stats