Menudas Bodegas y su apuesta por el patrimonio histórico y vitícola de La Rioja

Comenzaron diez, ya son once y van camino de doce. Jaime Ruiz y Bodegas Óscar Pérez en Briones, Bodegas Jaurius y Rulei en Badarán, La Bodeguita Escondida en Hervías, Bodegas Horola en Baños de Río Tobía, Bodegas Gama en Cárdenas, Bodegas Reminde en San Asensio, Elena Corzana en Navarrete y Bodegas Larraz en Cenicero. Son pequeñas bodegas con mucha personalidad y que desde hace menos de uno año conforman Menudas Bodegas.
Un grupo de viticultores, amantes de todos los procesos del vino que han decidido aunar fuerzas y seguir apostando por lo singular y natural. Una asociación abierta a más socios, pero eso sí, con una serie de condicionantes y requisitos. Y es que cada una de las bodegas que forman Pequeñas Bodegas embotellan menos de 5.000 botellas al año porque priman más la calidad que la cantidad. Realizan la cosecha manualmente y respetan los ritmos naturales del viñedo. Son viticultores propios y, si compran uva, lo hacen a un precio rentable para el viticultor. Y además, tienen un compromiso con los viñedos viejos y con el entorno rural. Por todas estas razones, y por este modo de entender la viticultura, Menudas Bodegas recibe este año el premio 'Rioja Rural Km0', un proyecto que busca visibilizar a los pequeños viticultores de la DOCa Rioja, destacando sus esfuerzos y sus singularidades.

Y es que además de vino, Menudas Bodegas también contribuye al mantenimiento de las zonas rurales en las que tiene representación otorgando nuevas posibilidades al vecindario además de favorecer el mantenimiento de servicios para toda la población. “Conservamos el patrimonio vitícola y el patrimonio histórico de las bodegas”, asegura Elena Corzana y miembro de este proyecto. “Es uno de nuestros valores, poner en valor el patrimonio, todos estamos en zonas rurales, en pueblos pequeños y estamos trabajando en edificios antiguos, bodegas con caladas, casas antiguas... Pero además, estamos manteniendo nuestros viñedos y nuestras variedades”. Elena Corzana utiliza en la elaboración de sus vinos maturana tinta y blanca, variedades, explica, “que se encontraron en Navarrete en el año 89. Tradicionalmente, la maturana blanca se le ha llamado en Navarrete, Rivadavia, hay escritos que hablan de esta variedad en 1622, es la primera variedad de Rioja que aparece en un escrito, son variedades minoritarias de Navarrete que están muy adaptadas al suelo y al clima de aquí”. Pero además, estas Menudas Bodegas tienen una excelente visibilidad con respecto a enoturismo. “Hervías, Cárdenas, Cordovín... son pueblos pequeños que atraen enoturismo, turistas que acuden a estos lugares a conocer nuestros vinos y también a hacer turismo, un turismo que van más allá de Logroño y Haro, estamos fomentando un conocimiento más interior de Rioja”, apostilla Corzana.

Adrián Moreno Llorente de Bodegas Rulei también destaca la aportación de estos pequeños viticultores a la conservación del patrimonio porque hay varios socios que, reformando sus calados, han evitado que estos caigan en el olvido. “En mi caso, he continuado con la reforma de mi bodega del siglo XIX o Jairo Morga que ha reformado su bodega en Badarán, ayudamos a conservar el patrimonio histórico, pero también el vitícola porque también está en riesgo de perderse porque somos partidarios de las viñas viejas, de que no se pierdan”.

Y además de esta protección del patrimonio histórico y vinícola, Menudas Bodegas es también un paraguas bajo el que cobijarse. “En Francia cuentan con un sistema especial para pequeños productores, sin embargo, aquí, nosotros tenemos que hacer exactamente lo mismo que la mayor bodega de Rioja con la diferencia de que cuando ellos ponen un millón de litros, nosotros ponemos mil”, explica Jairo Morga de Bodegas Jairus. “La excesiva burocracia es lo peor de todo, por esta razón, cuando nos podemos unir, lo hacemos”. Y así, relata que han comprado barricas entre unos cuantos, comparten información y dudas. “Y una vez al mes, nos juntamos para analizar cómo van las cosas, solucionar dudas compartir un buen vino de nuestras bodegas”.
Estas son las historias de estas personas jóvenes y maduras, hombres y mujeres apasionados de la vid y el vino que comparten sus creaciones y que este año recibirán el premio Rioja Rural Kilómetro Cero de Rioja 2.

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